En España, las constantes alertas alimentarias revelan que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no está haciendo bien su trabajo de velar por la seguridad alimentaria de la población y el problema podría estarse exportando.
Precisamente, tres equipos de inspectores mexicanos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) encontró un panorama inquietante en su pasada visita a España, en una ronda de reconocimiento a una muestra de 24 empresas cárnicas, con las que México tiene contratos de importación.
Su intención fue evaluar las medidas higiénicas sanitarias en todos los procesos: desde el bienestar animal, el mantenimiento antes y después de la muerte; las condiciones de despiece, la situación de limpieza de las plantas; las medidas de control en los empleados; la verificación de la presencia de veterinarios durante toda la jornada; las condiciones de almacenamiento en dichas plantas españolas; la eficiencia y capacidad de respuesta para detectar riesgos sanitarios así como la verificación de los controles y que se cumpla con las inspecciones oficiales y el correcto llenado de toda la documentación sobre cada proceso.
Como parte de la vigilancia estricta que marcan los acuerdos de importación y exportación de bienes perecederos es una actividad rutinaria que suele llevarse con cierta periodicidad por parte de los profesionales encargados de salvaguardar las condiciones fitosanitarias.
Recientemente en México, renunció Francisco Javier Trujillo Arriaga, un funcionario que llevaba al frente del Senasica casi tres décadas y lo hizo objetando una serie de presiones para que su equipo relajase las inspecciones; fundamentalmente, de los productos cárnicos importados por el país azteca cuyo volumen permite abaratar el precio de la carne ante el consumidor nacional. Esta dependencia federal tiene la atribución de “proteger los recursos agrícolas, acuícolas y pecuarios de plagas y enfermedades de importancia cuarentenaria y económica”. Es decir, es la primera autoridad que vela porque los productos arribados desde el exterior, para ser comercializados, no se conviertan en un problema de salud pública que termine dañando o matando al consumidor. Vigila la calidad de los alimentos importados.
Con base en estas prerrogativas, un grupo de inspectores del Senasica viajó como es una costumbre hacerlo en el ámbito de los acuerdos comerciales para realizar un registro in situ de un muestra de empresas cárnicas españolas con las que se comercia de manera habitual. Se trató de un reconocimiento llevado a cabo en el segundo trimestre del año, cuyo resultado ha hecho saltar todas las alarmas.
Actualmente se tiene un total de 342 plantas españolas habilitadas en el Sistema de consulta de Plantas Autorizadas (SICPA) del Senasica para la exportación de productos cárnicos a México a través del esquema de autorización conforme al procedimiento de prelisting establecido por el país azteca.
El informe de inspección que he tenido en mis manos revela irregularidades en la mayoría de las empresas auditadas por el siguiente todo lo siguiente que es un resumen de lo que he leído.
Deficiencias sanitarias tanto en el área de conservado de los animales vivos como en los mataderos; en los procesos de despiece y de posterior procesamiento. Plantas con moho, suciedad, utensilios que no son desinfectados correctamente; carne que no es tratada con la higiene necesaria para evitar una contaminación cruzada; carne tirada en el suelo y en contacto con la suela de los zapatos de los empleados; plagas, moscas, larvas o sanitarios para los empleados dentro de las mismas áreas de corte y de producción; empleados que no tienen rigurosos controles de higiene, ni protocolos, para evitar una contaminación cruzada; falta de veterinarios, inspecciones oficiales laxas o inexistentes, desinterés y un incorrecto llenado de los informes y documentos necesarios para las inspecciones sanitarias así como falta de análisis para detectar infecciones por listeria o salmonella, entre otras.
A COLACIÓN
Este informe fue remitido de manera confidencial por la Asociación Nacional de Industrias de la Carne de España (ANICE) para sus más de 800 empresas asociadas con la finalidad de llamar la atención hacia un grave problema que amenaza con provocarle pérdidas al sector superiores a los 8 mil millones de euros en exportaciones.
No solo la bronca es con México. Fuentes consultadas confirman que el año pasado, un grupo de inspectores chinos viajó a España para realizar un reconocimiento en los protocolos de producción de carne ibérica con la intención de abrirle la puerta a España para exportar este insumo a China.
Sin embargo, fue imposible hacerlo. Tras la visita, el grupo chino encontró que no cumplían con los protocolos exigidos por las leyes chinas. Lo mismo aconteció con Corea del Sur este año.
Fuentes consultadas que piden su anonimato denuncian que toda la industria alimentaria española, pero principalmente el sector cárnico, está controlado por una mafia y señalan al Ministerio como responsable directo “porque las inspecciones o son muy laxas o no existen o lo saben y lo están permitiendo”.
“De las 24 empresas inspeccionadas por México en varias partes de España, dos pasaron los controles, cinco quedaron suspendidas y 17 tienen graves fallos de distinta índole; les han dado un período de tiempo para subsanar sus deficiencias y volverán a ser revisadas para verificar si han cumplido y pueden volver a ser dadas de alta o no”, revelaron las fuentes consultadas.
@claudialunapale