Por qué no votaré en las elecciones de junio

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La respuesta al título de mi artículo es sencilla:
No votaré en las elecciones de junio en la que se pretende que “el pueblo” elija a los
jueces, magistrados y ministros que integran al Poder Judicial (tanto de la federación
como de las entidades federativas), porque esta elección es una farsa diseñada por un
gobierno autoritario, mentiroso y perverso, que a través de colonizar a las autoridades
electorales con funcionarios y magistrados obtuvieron de la manera más ruin una
fraudulente mayoría calificada en la Cámara de Diputados, no otorgada de ninguna
manera en el resultado de las urnas en las pasadas elecciones del 2024, y con ello
reformaron la Constitución para destruir al Poder Judicial conformándolo, en su
mayoría abrumadora, con juzgadores que estarán al servicio del régimen.

No votaré en estas próximas elecciones porque si, por alguna suerte, casualidad o
milagro, llegare a elegirse a alguna persona capacitada, proba, con conocimientos
amplios y espíritu de hacer cumplir nuestra Constitución, respetar nuestros derechos
humanos e impartir justicia con respeto al Estado de Derecho, aún así, sus
resoluciones se revisarían en otras instancias, por tribunales colegiados, jueces de
apelación o por la propia Suprema Corte, cuyos integrantes estarán al servicio del
régimen, del gobierno y sus intereses, haciendo caso omiso a lo que diga la
Constitución, Tratados Internacionales, leyes, reglamentos y decretos, ya que no habrá
consecuencias si lo hacen, porque el entramado judicial estará integrado por
incondicionales al régimen.

No votaré para elegir a los integrantes del Poder Judicial, porque las reformas que se
hicieron a la Constitución tienen un gran candado para disciplinar a jueces, magistrados

y aún a los ministros de la Suprema Corte, para que se ciñan a los intereses de poder
derivados de la conveniencia del régimen.
El acudir a votar a una elección mal estructurada, en donde los ciudadanos no contarán
los votos, en donde se tendrá que escoger en un mar de candidaturas de personas
desconocidas, con una complejidad en las boletas en la que cada ciudadano se tardará
en votar más de 15 minutos, haciéndose filas interminables y tediosas esperas, aunque
acudan pocas personas a votar, lo único que se logrará es legitimar esta gran patraña.

Estamos destruyendo con esto a un Poder Judicial que gozaba de grandes niveles de
especialización y experiencia; como en todo, había problemas de nepotismo y
corrupción, aunque no generalizada, pero la mayoría se resolvían con apelaciones y
revisiones judiciales. Siempre hacen falta reformas normativas para mejorar los
sistemas, pero considero que la principal reforma necesaria para mejorar la impartición
de justicia está localizada en las fiscalías, ministerios públicos y policías ministeriales y
de investigación, más que en el Poder Judicial.

Reconozcamos que la intención del régimen de hacer esta destrucción del Poder
Judicial (se van a destituir a todos los jueces, magistrados y ministros para sustituirlos
con nuevas personas, aunque a los actuales juzgadores se les da la oportunidad de ser
candidatos en esta elección, que de 4,223 cargos del Poder Judicial de la Federación
que se van a elegir, únicamente 600 son personas que actualmente tienen cargos en
dicho Poder, representando el 14% de los candidatos), es para ser poblado por
personas afines al régimen, ya que los candidatos fueron seleccionados por el Poder
Ejecutivo y el Poder Legislativo, dominados por Morena y sus aliados, y, además, los
candidatos seleccionados por el Poder Judicial, finalmente cayeron a ser designados
por el Senado, porque los integrantes del Comité de Evaluación del Poder Judicial
renunciaron en protesta del cochinero que ha sido este proceso, habiendo pasado el
Tribunal Electoral esa responsabilidad al Senado, que realizó una serie de tómbolas
truqueadas para que quedaran personas afines al régimen.

Por todas estas razones no votaré en la elección del Poder Judicial, y te insto
ciudadano a que tú no lo hagas.