A propósito de la Cumbre de los Líderes de América del Norte, qué complicado para México contar con un presidente cuya prioridad es el desarrollo social por encima del desarrollo económico, el cual es preponderante en Estados Unidos y Canadá.
Mientras el presidente estadounidense, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, tienen como como preferente la inversión, el mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, parece seguir hostil al asentamiento de empresas extranjeras.
Incluso, se resiste a impulsar el crecimiento de empresa mexicanas (grandes, pequeñas y medianas). Por el contrario, desde su primer año de gobierno implementó duras medidas para el sector económico al cual consideró aliado del PAN y del PRI; pero que, sin embargo, varios hombres de negocios respaldaron su candidatura en 2018 y entonces no hizo el feo.
Dada la postura o punto de vista de Biden y Trudeau frente a la de AMLO, quizá pueda decirse que la Cumbre es una reunión en aras de la riqueza de los tres países del Norte de América, pero con cierta resistencia mexicana…bueno, más bien lopezobradorista.
Porque seguramente la mayoría de la población mexicana estaría de acuerdo en impulsar de manera contundente el desarrollo económico con la instalación de empresas extranjeras y mexicanas que generen empleo, sin descuidar el desarrollo social. Un equilibrio, digamos.
Simplemente el impulso de la economía social en las comunidades marginadas de nuestro país (sobre todo en entidades del Sur-Sureste que donde se concentran los mayores índices de pobreza) generaría empleo y, en consecuencia, desarrollo económico.
Pero la ‘lógica’ de la ‘estrategia política’ del presidente López Obrador parece ir en el sentido solamente de paliar la pobreza mediante programas sociales. Quizá porque la ayuda es recíproca: Cuando hay que defender a la “Cuarta Transformación”, ahí están los ‘pobres’ dispuestos a defenderla, empezando con votos.
No en vano desde la campaña de 2018 el entonces candidato de la coalición “Juntos Hacemos Historia” (Morena-PT-PES) usó como slogan el “Primero los pobres”.
Los pobres le agradecerían más al gobierno del presidente López Obrador la generación de fuentes de empleo y enseñarlos a trabajar, que paliar la pobreza con programas sociales, los cuales sin duda ayudan y tienen sus bondades, pero no son la solución a la marginación.
Ahora bien, si el T-MEC tiene como uno de sus propósitos fundamentales convertir a los tres países en un bloque influyente en las dinámicas globales de comercio, México no puede quedarse al margen en virtud de una política energética distinta a la que impulsan Canadá y Estados Unidos.
Con un poquito de voluntad y sin caer en el entreguismo a los vecinos del Norte, el presidente López Obrador podría buscar conseguir equilibrios en beneficio de nuestro país: Qué le dan ambos países a México a cambio de abrirse la participación de empresas extranjeras en el mercado energético.
Incluso, AMLO podría sentar las bases de un equilibrio energético interno, produciendo petróleo refinado y también energías limpias.
En fin. En el tema comercial y de globalización, el mandatario mexicano a veces parece contradictorio cuando viene impulsando de manera decidida el Corredor Inter-oceánico. Éste no es una casualidad frente a los países vecinos del Norte de América, como tampoco lo es el proceso para terminar de implementar la reforma laboral.
La reforma laboral es una exigencia del T-MEC.
DROGAS
Sin duda la detención de Ovidio Guzmán, hijo de “El Chapo” y uno de los jefes del Cártel de Sinaloa, se insertó en los preparativos para la Cumbre de los Líderes de América del Norte, en la cual uno de los temas es la seguridad.
El gobierno de Estados Unidos atribuye a Ovidio Guzmán el tráfico de fentanilo a ese país. Entonces, es evidente que lo quería preso y lo pretende juzgar conforme a las leyes gringas.
Sin embargo, tal detención no terminará ni con la violencia en México porque las bandas criminales no se acaban con el hijo de “El Chapo” en la cárcel, ni se terminará con el tráfico de drogas a Estados Unidos, cuyo gobierno también deja mucho que desear en su política de seguridad sobre todo en la frontera.
El trafico de drogas depende casi siempre de un mercado de consumidores y del cruce fronterizo sin problemas.
Es un tema en el que Estados Unidos y México necesitan de una eficaz estrategia de común acuerdo.
UN POR CIERTO
Qué rápida fue la detención de Ovidio Guzmán en la víspera de la cumbre trilateral. ¿Quiere decir que las autoridades mexicanas siempre tienen ubicadas a las cabecillas de importantes bandas criminales?
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