Morenistas quieren ‘chiflar y andar en la procesión’ en la ruta electoral

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Claudia Sheinbaum y Morena podrán negar que ella anda en plena faena proselitista por casi todo el país con el propósito de posicionarse en el ánimo del electorado rumbo a la sucesión presidencial 2024. Es la aspirante con más actividad política-electoral.

Lo mismo ha asistido a la toma de posesión de mandatarios estatales, que ha impartir conferencias sobre cualquier cosa en diversas entidades federativas, donde además en distintos momentos han aparecido lonas de todo tamaño promoviendo su imagen.

Anda del tingo al tango en su carrera por suceder a Andrés Manuel López Obrador en la Presidencia de la República, previa la obtención de la candidatura del partido guinda. Y todavía le da tiempo de atender sus tareas como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México.

Mmmm…¿y en serio le da tiempo? ¿O delega funciones y obligaciones?

Como quiera que sea, cabe decir como reza la sabia filosofía popular: “No se puede chiflar y andar en la procesión”.

Porque aunque las personas dedicadas a la administración pública y a asuntos electorales digan tener todo perfectamente controlado como para desempeñar ambas funciones, siempre existe el riesgo de sucesos inesperados.

Como ocurrió con el choque de trenes ocurrido hace unos días en la Línea 3 del Metro mientras Claudia Sheinbaum andaba en Michoacán, donde, además de otras actividades, impartiría la conferencia magistral “Políticas Exitosas de Gobierno” en la Ciudad de México.

Claro, fue un accidente, que tampoco hubiese podido evitar la Jefa de Gobierno sin salir de la capital del país. Pero al menos se hubiese trasladado de manera inmediata al lugar de los hechos para operar la atención a la contingencia, y hubiese evadido la lluvia de críticas por andar fuera de la entidad donde gobierna.

Es un lamentable ejemplo del por qué las personas aspirantes a cargos de elección popular deben separarse del cargo público o popular que ostenten, pues además de descuidar la función que desempeñan en el momento, caen en la tentación del uso de recursos públicos para fines electorales.

Siendo de quienes llegaron para instaurar la “Cuarta Transformación” del país, las ‘corcholatas’ morenistas a la sucesión presidencial deberían poner el ejemplo separándose desde ya del cargo que ejercen ahora para dedicarse de lleno a actividades que los posicionen en el ánimo de la ciudadanía rumbo a las elecciones de 2024.

¿Por qué conformarse con impartir conferencias a militantes de Morena? Es electorado de por sí conquistado por la marca guinda. Hay que ir a los rincones más apartados del país, caminar pueblos, comunidades y ciudades; pernoctar ahí, convivir con la ciudadanía. Ya encontrarán un tema para justificar el recorrido sin ser acusados de proselitismo.

Andrés Manuel López Obrador lo hizo prácticamente de manera permanente durante más de 12 años en su busca por la Presidencia de México, como candidato y sin postulación.  Inventó una defensa del petróleo, luego un movimiento de regeneración y cuánta cosa. Y así consiguió presencia y organizó estructura electoral.

¿Cómo se financió? Eso sí sigue siendo un misterio. Dicen que por “cooperación del pueblo”.

En fin.

Retomando el tema: Pero Claudia Sheinbaum como Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard como Secretario de Relaciones Exteriores y Adán Augusto López Hernández como Secretario de Gobernación, ¿a qué hora van a los pueblos, comunidades, colonias y ciudades de todo el país?

No están haciendo campaña a ras de tierra como la hizo AMLO.

Ni siquiera Ricardo Monreal, que como senador tiene más margen para moverse y recorrer por lo menos la geografía electoral que concentra el mayor número de votos para hacer presencia y construir estructura. Le serviría de ventaja, incluso si no resulta el candidato de Morena (como todo parece indicar) a la sucesión presidencial.

Las ‘corcholatas’ morenistas parecen confiadas en la fuerza de López Obrador, en la marca Morena y en el trabajo político de las gobernadores y los gobernadores, presidentes municipales y legisladores, emanados del partido guinda y partidos aliados.

Casi igualito como lo hacían las personas candidatas del Revolucionario Institucional en los mejores tiempos de este partido: Se montaban en la ‘maquinaria’ y listo, ganaban.

No obstante, es mejor el trabajo político personal a ras de tierra, lo cual están dejado de lado las “corcholatas” morenistas a suceder al tabasqueño.

EL RESTO DE ASPIRANTES 

Incluso, lo olvidan las personas aspirantes a candidaturas de Morena a cargos de elección popular a disputarse en las elecciones concurrentes de 2024: Senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales, presidencias municipales, alcaldías.

Quieren “chiflar y andar en la procesión”. O sea, continuar ejerciendo un cargo público y al mismo tiempo desempeñar actividades proselitistas; confiados, además, en que el efecto AMLO y la marca Morena funcione igual como en el 2018, y esperanzados en las tareas políticas de los gobernantes estatales y municipales.

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