Yasmín Esquivel, un caso que hiere la educación y la justicia

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El caso de la ministra Yasmín Esquivel Mossa llama a la reflexión de todas las instituciones educativas de nivel superior en el país y de la Secretaría de Educación Pública para implementar medidas tendentes a evitar el plagio de tesis de titulación.

Y también establecer sanciones a quienes incurran en tal conducta y a quienes revisen dos o más tesis idénticas sin observar la copia íntegra del texto.

Es más, es un caso para legislar al respecto. Las y los representantes populares del Congreso de la Unión tienen en sus manos el poder elaborar una ley sobre titulaciones; o en su caso, reformar normatividad educativa existente.

Porque, imagínense, el Comité de Integridad Académica y Científica concluyó que la entonces alumna de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón, Yasmín Esquivel Mossa, “copió parte sustancial del contenido de la tesis presentada un año atrás por el alumno de la Facultad de Derecho, Édgar Ulises Báez”, tras el análisis comparado de contenidos, cronología y estilos de escritura.

Sin embargo, “la normatividad universitaria carece de los mecanismos para invalidar un título” expedido por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), aún cuando el plagio de una tesis esté documentado.

¿Y ahora? Pues en su boletín, la UNAM refiere que “el contenido de la resolución del Comité de la FES Aragón será enviado a la SEP para los fines a que haya lugar.” 

Y si la hoy ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y ex apirante a la presidencia de ésta, es afín al Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, puede que no haya lugar a nada. Igual y sí hay lugar por lo menos a pedirle la renuncia al cargo jurisdiccional porque está de por medio hasta el prestigio del mandatario que la defendió (y promovió) a capa y espada.

¿YASMÍN DEBE RENUNCIAR AL CARGO DE MINISTRA? 

Por ética, por pudor profesional, Yasmín Esquivel Mossa sí debe renunciar al cargo de ministra de la SCJN para ponerse a disposición de las autoridades competentes y cumplir la determinación a que haya lugar, sí es que la hay.

Incluso, por iniciativa personal debería dejar de ejercer como profesional del Derecho hasta limpiar su imagen, titulándose como debe de ser con una tesis original si acaso la norma se lo permite, salvo que demuestre con pruebas fehacientes la inexactitud de la conclusión del Comité de Integridad Académica y Científica.

Conclusión demodelora para Yasmín Esquivel,  aún cuando su titulación como Licenciada en Derecho con una tesis plagiada se convalide por el simple transcurso del tiempo. Es una probabilidad ante tanta laguna en la normatividad y tanto embrollo político.

No obstante, debe renunciar al cargo de ministra y sin necesidad de que se lo pida AMLO o la presidenta de la Corte, Norma Lucía Piña Hernández, pues el plagio de la tesis le ha hecho perder calidad moral para formar parte del máximo tribunal constitucional.

Y todavía sostuvo que más bien a ella le plagiaron la tesis que habría empezado dos años antes, lo cual es harto dudoso porque tuvo que haberla terminado al menos un año después y uno antes a la del otro estudiante.

La profesora Martha Rodríguez Ortiz, directora de ambas tesis, deberá explicar qué pasó.

JUICIO POLÍTICO 

Ya lo anunció el senador Germán Martínez Cázares, del Grupo Plural, que éste pedirá iniciar juicio político en contra Yasmín Esquivel, pues conforme al artículo 95 de la Constitución para ser ministra se necesita tener título, no cédula profesional.

Y bueno, el título lo tiene. El dilema está la validez del mismo debido al plagio de la tesis para su titulación como Licenciada en Derecho, el cual, como bien dice el senador, lo expide la Universidad.

Además, la cuestionada ministra a jurado cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanen.

En fin, el caso Yasmín Esquivel hiere la educación y la justicia; a la UNAM y a la Corte.

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