Lo decíamos la semana anterior, el juego político es lo que es y se ameritan las debidas respuestas. Llorado se viene de casa, no resta sino aguantar.
A los opositores se les atraganta el triunfo de Morena de 2018 a causa de sus errores y corruptelas. Y van en ese circo que es la definición de candidato único, tan únicos ellos, y les gusta adornarse mucho y no es para tanto. Se les da su cinismo de desmemoriados. Y para petulancia, la de Beatriz Paredes diciendo con gran desatino, el gran disparate de que López Obrador es un accidente. Se hizo fuerza de la bacinica con semejante, tamaña tontería. Mejor hubiera admitido que el PRI perdió en 2018 por el nauseabundamente corrupto Peña Nieto, mientras ella vacacionaba de embajadora en Brasil sin que hasta hoy sepamos su aporte. ¿A qué suena más realista y más sensato admitirlo? Pues, sí.
Vamos a ver, señora, usted como priista no está para dar lecciones a nadie y su petulancia es insultante a la democracia, de la que siempre ha renegado el PRI. Los priistas balbucean a veces y con el mismo desatino que Paredes, que ellos la construyeron. No, admitieron, cedieron cuando ya no les fue quedando de otra, no por convicción, que no es lo mismo.
Así, para accidentes ya que quiere hablar de ello la suspirante, los hay en la historia política contemporánea de México, y lo es el PRI, secuestrador de la Revolución que no hizo ni es su heredero a título de perpetuidad y exclusividad como sus rateriles representantes impusieron todo el siglo XX, robándose las elecciones y como partido autoritario y hegemónico a punta de represión. Torcieron la Revolución, tornándola en “Robolución”, el priismo, miembros y simpatizantes. Sí que fueron un accidente y de los graves, para México. El PRI volvió “Robolución” a la Revolución. Ese es su aporte. Ese fue el accidente impune hasta hoy. El Frente cobijando al PRI es eso y no es opción en 2024.
Desconocemos de qué se ufana una persona como la priista Paredes, cuyo anquilosado y corrupto partido –que solo puede ofrecer a Alito y fue estruendosamente derrotado ¡por fin! en Estado de México– ha sido el rey del fraude electoral, del que ninguno de sus candidatos a presidente ganó jamás por la buena ni mucho menos 30 millones de votos, y que jamás obtuvieron un índice de aceptación como el del morenista. Se entiende que estén ardidos los priistas y han merecido perder en 2018 y como si no lo supieran. ¿De qué se ufana Paredes llamando accidente a López, si el PRI solo ha sabido boicotear y despreciar la democracia? ¿de qué se ufana ella, cuyo partido es excluyente por naturaleza del resto, porque se cree, se mal cree que solo lo priista vale? Y eso que es lo que vale menos, de siempre. Cuán accidentada fue su declaración, perfectamente casada y coherente con su priismo. Priismo que no es ni jamás fue sinónimo de avance. Que le quede bien claro a los priistas que aún no quieren enterarse: México ha sido mucho más sin el PRI, más que con el PRI y muy, pero muy a pesar del PRI. ¡Claro! Es innegable.
A mayor abundamiento, quién sabe de qué se ufana la priista que ha perdido las elecciones directas más recientes en su trayectoria política, porque accidente ha sido necear con candidatearla, rechazada por los ciudadanos en las urnas, cual debe, una y otra vez. Y que solo ha ocupado puestos recientes de a dedazo, a falta aceptación desde el voto directo. Ella, que en el 80 aniversario del PRI invocaba por referentes a Tata Lázaro y a Tata Plutarco. Vergonzoso. Y por partida doble. El PRI, en voz de su entonces dirigente, iba con la mirada bien clavaba en el pasado, no en el futuro que hasta hoy el priismo no ha sabido ni podrá esbozar, porque el PRI es pasado y México apuesta al futuro y si por accidente como en 2012 –otro accidente y de los más graves con Peña Nieto por ribete– el PRI regresara solo o acompañado en 2024, sería una verdadera tragedia para este país que sigue pagando los estragos del ingente desfalco priista.
Qué lástima de declaración de Paredes que suele tener la cabeza amueblada como para lanzar juicios tan ridículos. A saber por qué resbaló de esa manera. No entendió el 2000 ni mucho menos el 2018. Se comprende, siendo priista. Merece nuestra conmiseración.
Tan esto es así, tan es cierto que el PRI solo ha perdurado ya que iba imponiéndose a la fuerza, ya no digamos que existe hoy en función de que le dan respiración de boca a boca desde el PAN, pues carece ya por fortuna, del acceso directo al erario de 30 entidades, lo que implica una sequía brutal donde ya no puede desviar recursos como era su costumbre, como la Estafa maestra y la Operación Zafiro, ambas priistas, y sabiendo que lo peorcito sigue en el PRI, que de otra manera no puede continuar. Hoy requiere alianzas desesperadas o no gobierna. Eso habla de sus evidentes postración, putrefacción y e inviabilidad. Allá el PAN que lo alcahuetea, mimetizado. Hoy el PRI y el PAN sí son los mismo y para mal. Y al panismo, decirle: tanto criticó la alianza PRI-Morena y acabó haciendo lo mismo. Burdos.
Por eso, no entenderlo explica que gente como De la Madrid hijo, Gurría, Guajardo no entendieran que sobran, que no son populares, que son rechazados, y que se quedaran en el camino de la contienda electoral en ese circo montado por Claudio X. González. Partidos genuflexos, PRI, PAN y PRD. Ninguno de los referidos son populares ni aceptados como para suponer ni por error, ni por accidente, que tenían futuro sus burdas aspiraciones, sus absurdas pretensiones priistas, no sustentadas con un buen desempeño o en favor de México. Que como Luis Donaldo Colosio, hayan servido al PRI nunca ha significado ni significará que eso supusiera servir a México. Siempre han sido dos cosas distintas el servir a intereses priistas que servir a México. No lo olviden.
Se puede decir más alto, pero no más claro.
La semana que termina ha definido cosas interesantes entre los suspirantes del circo opositor. Ese frente es un verdadero circo en toda regla. Va disfrazado de ciudadanía que no es. Igual que Morena, puede ganar en 2024, porque en democracia nadie la tiene ganada. Va para todos, pero que los opositores lo tengan claro, que van muy soberbios, muy sobrados y como Paredes, muy accidentados en sus estrategias rústicas y zafias.
Así, Santiago Creel se va al fondo con ese 21 % de preferencias, según datos opositores revelados. ¿Tan bajo y tan rechazado entre los opositores a Morena? Pues sí, lo normal, solo él se cree popular. Por eso y más lo apodan Santiago Cre-él. Él, que habla como si trajera al rey de la oreja. Dicho de otra manera, cuando engolar la voz o llorar lágrimas de cocodrilo no te alcanza para el embuste y embaucar a los ciudadanos. Interesante, porque además de afirmar que se siente muy a gusto en el PRI, lo normal, el tipo no deja de hablar como si de verdad fuera popular, como si contara con un 110 %, sí, 110 % de aceptación, desde alguien que es tan impopular como Santiago Creel y no ha ganado una sola elección directa en cada puesto de elección ocupado, al que solo llega por dedazo y ha ocupado sin preguntar a las urnas que ahora clama defender; con lo que francamente, ha rayado ya en el ridículo con cada declaración que lanza.
Así mismo, que Paredes siga en la contienda más obedece a oponer una mujer contra la designada Sheinbaum, más que por un aporte de ideas o de agenda. Pero va, la Paredes llega con dos elecciones directas perdidas. La putrefacta maquinaria priista tendría que movilizarse para que ganara, pero ni ella ni el odio ciego panista a Morena alcanzarían si la Paredes no se sacudiera, igual que Xóchitl, al Señor X y el pasado, ambos factores, imposibles de negar.
También nos dejó el circo opositor, estar ahora impugnado por el impresentable Mancera, que ahora pide explicaciones que jamás dio con su ridículo reglamento de tránsito, sus fotomultas y esos contratos de cámaras o sus corruptelas al por mayor. México gana atorándose De la Madrid hijo y Mancera. Ya no digamos de momento, dejando de lado a todos los que ya no siguen en esa contienda como suspirantes. Parvada de impresentables. Y que el Frente no se autoengañe: no es opción en 2024. Careciendo de otra agenda que no sea la derrotada en 2018, como lo ha demostrado, sencillamente, es retroceso. El Frente amplio por México es retroceso y de los graves. No les alcanzaron 5 años para renovarse, autocriticarse y proponer algo mejor a lo que fueron y a lo presente. A ellos y a sus seguidores. Son derrota en sí mismo y no entienden que la gente no votará lo que sea. Aprendan de Edomex. Tanta ceguera de su parte, es perfectamente comprensible.
Así pues, el Frente que se va de frente, con un logo que parece primar en rosa a la ciudadanía, que no sociedad civil, que ni eso saben distinguir, y elija ese tono rosa de manera tan desafortunada mintiendo en ser ciudadano y con ellos, ir unido –porque el desprestigiado INE de Lorenzo Córdova se agandalló también el color rosa y esos del Frente van por las mismas– solo va recordándonos que se agandallan lo que pueden, como el PRI a la bandera nacional en su logo. ¿Gandallas para la Presidencia? No, gracias.