El PRI ¿‘chamaqueó’ al PAN y al PRD?

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Un hecho cierto: 2023 es primero que 2024. Entonces procedería acordar lo primero entre los tres pretendidos aliados en “Va por México”: PAN, PRI y PRD. En ese sentido, lo lógico habría sido pactar primero la alianza y las candidaturas para las elecciones de este año a las gubernaturas de Coahuila y del Estado de México.

Y dependiendo de los resultados, acordar luego la continuación de la coalición electoral para las elecciones concurrentes de 2024.

Sí, porque se desconoce cómo terminarán los virtuales aliados al final del proceso electoral de ambas entidades, si fortalecidos por ganar o peleados por perder las gubernaturas.

Así que pactar desde ahora que el PAN encabece las candidaturas a la Presidencia de la República y al gobierno de la Ciudad de México en 2024, mientras que el PRI postule las gubernaturas 2023 en Coahuila y el Estado de México, parece una coalición futura de realización incierta en relación a los comicios del próximo año.

El pacto de jalón para ambos años electorales seguramente obedece a los tiempos, pues prácticamente cuando termine el proceso electoral local de ambas entidades, estará empezando el proceso para las elecciones concurrentes de 2024.

Y con ese pacto de jalón, saldría ganando el PRI, porque si retiene ambas gubernaturas, seguramente se sentirá con la suficiente fuerza como para poner la candidatura presidencial. Y si el PAN se niega, el Revolucionario Institucional caminará por su lado; ya ven que su dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas (“Alito”) es dado a incumplir acuerdos, como el legislativo sobre la ampliación del periodo en las calles de la Guardia Nacional.

Además, aún es incierta la permanencia del campechano como presidente del Comité Ejecutivo Nacional; varios priistas impugnaron la reforma al estatuto mediante la cual hay la probabilidad de prorrogar su periodo hasta el 2024, el cual formalmente vence en agosto de este año. Si el Tribunal Electoral le da reversa, quien sabe si una nueva dirigencia del PRI respete los acuerdos de “Alito” con el PAN y el PRD para las elecciones del próximo año.

Por lo pronto, sin ver resultados de elecciones pasadas, ni hacer números, pareciera que Alejandro Moreno ‘chamaqueó’ al líder panista, Marko Cortés Mendoza, para aceptar que el PRI postule candidatos a las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México.

¿Cuál fue el criterio de tal decisión? ¿Que el tricolor gobierna ambas entidades? ¿La fuerza electoral de cada partido en éstas?

Porque lo que Marko explicó fueron las tres premisas en base a las cuales los órganos competentes del PAN aprobaron ir en coalición electoral:

Que quede vinculada a una alianza legislativa de aplicación inmediata y a una agenda común para la próxima Legislatura del Congreso de la Unión; compromiso de un bloque legislativo para la elección de consejerías del INE y magistraturas del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación; y la postulación de candidaturas en 2023 y 2024 de alto nivel de “competitividad, representatividad y pluralidad”.

Como haya sido, las candidaturas del Revolucionario Institucional se beneficiarán de los votos del PAN y en menor medida de los votos del PRD, partido que a decir verdad ha venido de más a menos y por lo mismo tiene muy poco capital político-electoral que ofrecer. Solo, el Revolucionario Institucional no gana las dos gubernaturas.

Lo equitativamente ideal habría sido pactar una postulada por el tricolor y la otra por el blanquiazul o por el PRD.

Sin embargo y amén de cualquier beneficio, revisando números el PRI sí tiene con qué justificar el derecho de poner las candidaturas a ambas gubernaturas; al menos en estadísticas.

Los resultados de elecciones federales y locales suelen ser distintos, así como diversos cuando van solas o acompañadas de la presidencial o municipales. Pero nada más como punto de referencia, el resultado de los cómputos distritales de las elecciones federales 2018 fue el siguiente respecto de los tres citados partidos políticos:

 

 

Coahuila
ELECCIÓN PAN PRI PRD
Presidente 281,777

 

334,482

 

12,883

 

Senadores 341,451

 

390,598

 

21,206

 

Diputados 340,543

 

404,664

 

24,931

 

 

 

Estado de México
ELECCIÓN

 

PAN PRI PRD
Presidente 1,233,873

 

1,355,535

 

230,282

 

Senadores 1,175,093

 

1,429,343

 

599,473

 

Diputados 1,139,656

 

1,563,806

 

468,960

 

 

En las elecciones federales de 2021, en el Programa de Resultados Preliminares las cifras fueron las siguientes en ambas entidades:

 

Diputados Federales
Entidad PAN PRI PRD
Coahuila 184,237

 

500,026

 

14,509

 

Estado de México 894,800

 

1,743,117

 

224,905

 

 

Y en 2017, el PRI ganó la gubernatura de Coahuila con Miguel Riquelme Solís en coalición con los partidos Verde Ecologista de México (PVEM) y Nueva Alianza (Panal), por 482 mil 891 votos, aportando el mayor número el Revolucionario Institucional. Cerca del segundo lugar, que fue el candidato del PAN, Guillermo Anaya Llamas con 452 mil 031, postulado en coalición con los partidos Encuentro Social (PES) y Unidad Democrática de Coahuila.

También en 2017, el PRI ganó por 2 millones 40 mil 709 la gubernatura del Estado de México con Alfredo del Mazo Maza en una candidatura común con el PVEM, Panal y PES; la morenista Delfina Gómez Álvarez quedó en segundo lugar con 1 millón 871 mil 542; el tercer sitio lo obtuvo el candidato del PRD, Juan Manuel Zepeda Hernández con 1 millón 84 mil 571 votos; y la panista Josefina Vázquez Mota quedó en cuarto lugar con 682 mil 520 votos.

En cifras, el PRI parece competitivo en ambas entidades. ¿Lo seguirá siendo? Porque hoy la realidad es distinta: Ya no detenta la Presidencia de la República, ni es el partido rico, ni su unidad interna es la ideal.

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