UE sin vehículos contaminantes a partir 2035

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Los tres órganos del gobierno de la Unión Europea (UE) están de acuerdo en mitigar los efectos del cambio climático, en reducir a cero las emisiones contaminantes y sobre todo, en hacerlo, lo más pronto posible.

Ayer en Estrasburgo, la Eurocámara aprobó por 340 votos a favor contra 279 negativos y 21 abstenciones, lo que es ya una norma histórica: “Reducir a cero las emisiones de CO2 para turismos y furgonetas nuevos a partir de 2035”.

Eso significa  que ningún fabricante automotriz podrá vender un coche que genere emisiones contaminantes y eso implica un enorme esfuerzo de reconversión rápida de los estándares de producción que, se supone, deberán llevar a una reducción de costos y a vender vehículos cero emisiones a costo accesible para la población.

Para que esta medida aprobada por el Parlamento Europeo entre en vigor deberá ser aprobada por cada uno de los parlamentos de los veintisiete países miembros de la UE.

Solo así se pondrá en marcha y para que eso suceda puede pasar tiempo, mucho tiempo de discusión al seno de cada país y eso dependerá igualmente de la capacidad de influencia de los lobbies de los grandes fabricantes automotrices en sus respectivos parlamentos.

La industria automotriz europea lo está pasando mal, arrastrada por los nuevos tiempos; unos que corren al calor de la presión del cambio climático; de la inestabilidad en las cadenas de suministros a nivel mundial provocadas por la pandemia; por la guerra comercial entre Estados Unidos y China; y aderezada, por la invasión rusa a Ucrania.

Hay guerra por obtener los chips y otros componentes necesarios para producir los vehículos modernos con sus GPS y otras sofisticaciones. Los europeos se han dado cuenta que sus cadenas de producción y de valor dependen mucho en materia automotriz de China  y ahora buscan corregir esa dependencia multiplicando las inversiones en empresas y start ups para producir millones de chips, semiconductores  y de componentes locales.

Pero repito no será fácil la reconversión total. Hay muchas resistencias pero también hay un mercado  que no está listo para pagar vehículos con nuevas características a precios exorbitantes.

De ser aprobada la  normativa por todos los parlamentos de los países europeos miembros del cónclave de la UE, no sólo habrá que dar muchos estímulos monetarios a los fabricantes para llegar a la meta del 2035 con un parqué vehicular absolutamente ecológico; también habrá que darle a la población estímulos económicos, ayudas, planes de subsidios para acceder a comprar estos nuevos coches cuyos precios, además, tendrán que ser competitivos.

 

A COLACIÓN

Lo que no ha dicho el Parlamento Europeo es qué harán con todos  los millones de vehículos contaminantes que seguirán circulando en 2035; y todavía peor: qué harán las miles de personas que en la actualidad están comprando un vehículo híbrido creyendo que así son menos contaminantes y que estarán indemnes de sanciones  o impuestos verdes a futuro. Pues resulta que los híbridos de ahora no son cero emisiones y no valdrán en 2035.

Aquí habrá muchos disgustos. El que siempre sale perdiendo es el consumidor, el dueño del vehículo, porque la automotriz terminará como sea respaldada con recursos.

Lo que sí se avizora, es que el tamaño de la industria automotriz (una de las principales generadoras de riqueza dentro del PIB) seguirá reduciéndose en el futuro inmediato.

Ayer, mismo inclusive, Ford dio a conocer que recortará su plantilla en Europa: al menos 3 mil 800 trabajadores se quedarán sin trabajo eso significa una reducción del 11% de la plantilla laboral.  No se descarta que otros fabricantes automotrices secunden a Ford.

Por lo pronto, el Parlamento Europeo, señala que: “Habrá también objetivos intermedios de reducción de emisiones para 2030, del 55% para los automóviles y del 50% para las furgonetas en comparación con el nivel de 2021, y como una media para el conjunto del parque de vehículos nuevos de la UE”.

Ahora bien, no olvidemos a la ciudadanía europea, cada día más proclive a dejar sus vehículos por bicicletas y subirse al transporte público que encima sigue siendo eficiente.  Ya veremos qué pasa en unos años más…

@claudialunapale