- Mas de la mitad de los empleos sin seguro social
La informalidad laboral es la que sigue primando en la realidad económica de México: La tasa de informalidad laboral, en el cuarto trimestre de 2022, fue de 55.11% en promedio, con cifras desestacionalizadas. O sea que más de la mitad de la población ocupada estuvo y está en los terrenos de la economía subterránea, la que no contribuye al fisco, ni cumple con las obligaciones laborales de patrones con empleados.
De acuerdo con las estadísticas del Banco de México, el año pasado la tasa de ocupación en el sector informal se ubicó en 28.23% de la población ocupada. Esta tasa es similar a la del tercer trimestre (28.24%).
A lo largo de 2022, en el terreno de la formalidad, con registro de empleos en el Instituto Mexicano del Seguro Social, el mercado laboral en México continuó recuperándose de las afectaciones ocasionadas por la pandemia y, durante el cuarto trimestre de 2022, mantuvo un buen desempeño, presume el Banco de México.
Entre octubre de 2022 y enero de 2023, el número de puestos de trabajo afiliados al IMSS mantuvo una trayectoria al alza con cifras ajustadas por estacionalidad, aunque con cierta desaceleración en su ritmo de crecimiento.
En particular, de acuerdo con los registros del banco central, en el último trimestre del año pasado las tasas de desocupación nacional y urbana permanecieron en niveles bajos. La primera se situó en 3.07%, nivel que se compara con el promedio de 3.20% del tercer trimestre, y la segunda se ubicó en 3.96%, tasa similar al promedio de 4.02% del tercer trimestre.
A su vez, las tasas de subocupación y de desocupación extendida mantuvieron una tendencia a la baja. La tasa de subocupación fue de 7.61% de la población ocupada y la tasa de la desocupación extendida de 11.15%.
Respecto de la tasa de participación, durante el último trimestre de 2022 ésta continuó recuperándose. Si bien no ha alcanzado su nivel previo a la pandemia, la brecha se ha reducido de manera importante. En efecto, con cifras desestacionalizadas, en el último trimestre de 2022 fue en promedio de 60.14% de la población de 15 años y más, por encima de la tasa de 59.73% registrada en el tercer trimestre y por debajo de la observada previo a la emergencia sanitaria (60.44% en el primer trimestre de 2020).
Por su parte, la razón de ocupación a población en edad de trabajar se ubicó en 58.17% en el periodo octubre-diciembre, 0.34 puntos porcentuales por arriba de la registrada en el trimestre previo. Con este avance, esta tasa se situó en un nivel similar al de 58.29% del primer trimestre de 2020.
En cuanto a las diferencias por género, con cifras desestacionalizadas en el cuarto trimestre la tasa de desocupación de los hombres fue de 3.08% y la correspondiente a las mujeres fue de 3.11%.
En términos de su comparación con los niveles registrados previos a la emergencia sanitaria, la tasa de participación laboral y la razón de ocupación a población en edad de trabajar de las mujeres se ubicaron 0.2 y 0.4 puntos porcentuales por arriba de su nivel del primer trimestre de 2020, respectivamente.
En cambio, en el caso de los hombres estos indicadores se situaron 0.6 puntos y 0.4 puntos porcentuales, en el mismo orden, por debajo de dicho nivel de referencia.
En relación con los distintos grupos de edad, durante el cuarto trimestre de 2022 la población ocupada de menos de 25 años se ubicó en un nivel 5.0% mayor al registrado en el primer trimestre de 2020, la de 25 a 64 años fue superior en 6.2% y la del grupo de 65 años y más en 5.3%
Los negocios con el mundo exterior; otra vez las remesas, la salvación
En relación con las cuentas externas del país, los negocios de diversa índole que el gobierno y los mexicanos realizan con extranjeros en sus países, en el último trimestre de 2022 la cuenta corriente registró un saldo superavitario mayor al observado en igual periodo de 2021.
Este superávit se ubicó en 1.2% del PIB, porcentaje que se compara con el de 0.4% registrado en mismo lapso de 2021.
Pero ojo: El incremento anual del superávit, en el último trimestre de 2022, fue reflejo, principalmente, de una reducción del déficit de la balanza comercial, la recuperación en los ingresos por viajes y los elevados ingresos por remesas.
En 2022 en su conjunto, la cuenta corriente registró un déficit de 0.9% del PIB, que se compara con el déficit de 0.6% del PIB registrado en 2021. Esta ampliación del déficit de la cuenta corriente reflejó, principalmente, el importante aumento del déficit de la balanza de mercancías petroleras y la disminución del superávit de la balanza de mercancías no petroleras, lo que fue parcialmente contrarrestado por el dinamismo que continuaron mostrando los ingresos por remesas y por viajes.
A más detalle, la ampliación del déficit petrolero entre 2021 y 2022 se originó, fundamentalmente, de un incremento en el precio de los productos importados, que más que compensó el aumento mostrado en el precio de exportación de los productos petroleros.
Por su parte, el superávit de la balanza de mercancías no petroleras registró una disminución, la cual se originó de la combinación de una ampliación del déficit no automotriz y de un mayor superávit de la balanza automotriz.
En 2022, el déficit de la cuenta de servicios mostró una ligera reducción. Ello como resultado, esencialmente, de mayores ingresos en la cuenta de viajes, parcialmente contrarrestados por un mayor déficit en la cuenta de transporte explicado, a su vez, por mayores egresos por fletes.
Cabe destacar que durante 2022 los ingresos y egresos por viajeros internacionales exhibieron una recuperación. Los ingresos alcanzaron niveles superiores a los registrados previo a la emergencia sanitaria de COVID-19, en tanto que los egresos se ubicaron en niveles inferiores.
Respecto de la balanza del ingreso primario, el déficit en 2022 fue inferior al de 2021 como resultado, principalmente, de un aumento en los ingresos por intereses. Finalmente, en 2022 las remesas mantuvieron un fuerte dinamismo que condujo a una ampliación del superávit de la cuenta de ingreso secundario respecto de 2021.