En Oaxaca la mayoría de la ciudadanía está en desacuerdo con todo tipo de manifestaciones y le otorga un alto bono al gobernador Salomón Jara Cruz para aplicar el Estado de Derecho; incluso con la fuerza pública.
Conforme a una encuesta de Grupo Impacto, el 43% de las personas consultadas expresaron estar en “desacuerdo” con la reciente manifestación de normalistas que vandalizaron los alrededores del Palacio de Gobierno hasta con quema de llantas como presión para la liberación de uno de sus compañeros; y un 14% dijo estar “muy en desacuerdo”.
Que la autoridad estatal haya cedido a la liberación del ‘normalista’ mediante violencia no fue tan bien visto por la ciudadanía; la muestra demoscópica reflejó que el 38% considera que el gobierno “hizo mal, (pues) de debe aplicar la fuerza para evitar dañar el patrimonio público”; el 22% estima que “ni bueno, ni malo, (sino) fue una acción justa para ambas partes”; mientras que un 25% considera que hizo “lo correcto (porque) se debe evitar reprimir la protesta social”; el resto no sabe o no contestó.
Y a una pregunta más general como la siguiente “¿Usted cómo considera que debe actuar el gobierno del estado en el caso de las manifestaciones que violenten el Palacio de Gobierno?”, el 42% de la ciudadanía consultada dijo que “debe ejercer todo el peso de la ley para garantizar que se cuide el espacio público”, el 48% consideró que “debe reprimir solo en caso de que sea estrictamente necesario, pero garantizar el derecho de protestar”; en tanto el 10% estimó “que debe evitar por todos los medios evitar represión sobre las manifestaciones aún a costa del patrimonio público”, y otro 10% indicó no saber.
La encuesta levantada el 14 de marzo mediante método telefónico y de un tamaño de 600 entrevistas a personas mayores de edad seleccionadas de manera aleatoria, es solo una muestra (incluso muy pequeña) del hartazgo ciudadano en la tierra natal de don Benito Juárez García, autor del universal apotegma “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”
Qué paradoja ¿no?, en la entidad del Benémerito de las Américas no se respete el derecho ajeno de vivir en paz, a transitar libremente, ante las constante manifestaciones ‘sociales’ en Oaxaca, que desde el 2006 se convirtieron en violentas, constantes, y que no solamente afectan inmuebles históricos y emblemáticos como el Palacio de Gobierno (símbolo del poder), sino que también dañan la economía de la ciudadanía oaxaqueña.
Cuando hay manifestaciones ‘sociales’, el comercio cierra, el sector productivo se paraliza, la ciudadanía llega tarde a su trabajo, el turismo se asusta y se va.
De ahí seguramente que la ciudadanía oaxaqueña respalde aplicar el Estado de Derecho, lo cual no es represión, concepto distorsionado precisamente desde el 2006 cuando el entonces gobernador Ulises Ruiz Ortiz intentó desalojar a los profesores que se habían instalado en plantón indefindo en el primer cuadro de la capital oaxaqueña respaldados por ‘organizaciones sociales’, pero sus funcionarios fallaron.
Calificaron de “represor” a Ruiz Ortiz cuando solamente pretendía ejercer el Estado de Derecho para restablecer el orden y la estabilidad en la entidad, que era una hoguera entre barricadas en la capital oaxaqueña, ‘toma’ de edificios públicos y bloqueos carreteros en distintos puntos del territorio.
Al cabo del tiempo, a esa manifestación magisterial se le incrustaron intereses diversos convirtiéndola en una masa amorfa con un propósito distinto a las legítimas demandas del gremio: La desaparición de poderes en Oaxaca y juicio político a Ulises Ruiz, que no prosperaron. Lo que sí prosperó fue la derrota del PRI en el 2010, otra de las metas del movimiento iniciado en el 2006, amén del del hartazgo ciudadano hacia el priismo.
El entonces mandatario estatal priista Ulises Ruiz prácticamente estaba solo; no tuvo el respaldo del Gobierno Federal del PAN.
Pero Salomón Jara no está solo, él pertenece al mismo partido político del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador: Morena. Por lo tanto, debe contar con su respaldo para evitar que el orden se altere en el estado de Oaxaca. ¿O quieren otro 2006?
Por cierto, del gobierno federal (ahora encabezado por AMLO) depende el otorgamiento de plazas magisteriales, no del gobierno estatal. Así que al tabasqueño le corresponde arreglar la demanda de los normalistas.
Han sido tantos años de manifestaciones ‘sociales’ y en consecuencia de afectación a los derechos de la ciudadanía oaxqueña que seguramente por lo mismo una mayoría reflejada en el 47% de personas encuestadas ve “la liberación del zócalo de la ciudad de Oaxaca” como la razón principal de aprobación de la gestión de Salomón Jara Cruz.
Se trata de una encuesta distinta de mil entrevistas a igual número de personas mayores de 18 años, la cual aplicó también Grupo Impacto para evaluar los cien días del gobierno del morenista, con el siguiente resultado: El 67% aprueba su gestión, aunque en contraste la razón principal del porcentaje de desaprobación es que “no se han notado los cambios”.
Sin embargo, el hecho de haber liberado el zócalo y el Palacio de Gobierno, en cuyo pórtico prácticamente vivieron manifestantes y vendedores ambulantes durante alrededor de 20 años, de entrada es significativo.
“HAY QUE RESPALDAR AL GOBENADOR”: ULISES RUIZ
En su reciente visita a la capital de su entidad, Oaxaca, se le preguntó a Ulises Ruiz Ortiz qué consejo le daría a Salomón Jara Cruz ante las manifestaciones ‘sociales’, y dijo:
“No soy quién para darle consejos. Pero hay que respaldarlo, es el gobernador del estado; apenas lleva cien días, entonces hay que concederle el beneficio de la duda”.
RESPETO A LA MINISTRA PIÑA
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha considerado admirador de don Benito Juárez, lo ve como un ejemplo a seguir. Sin embargo, no predica su apotegma: “Entre los individuos, como entre las Naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz.”
Se inmiscuye en la vida de otros estados nacionales. Y en México poco lo demuestra respecto de los otros dos poderes: El Legislativo y el Judicial.
Y como el mal ejemplo se propaga, algunos de sus seguidores quemaron una piñata alusiva a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña.
Al presidente AMLO no le gusta el debería, pero debería llamar a sus seguidores al orden y al respeto.
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