AMLO no espero a la mañanera del lunes y declaró con ira, enojado contra la Suprema Corte. Descalifico a sus integrantes y los atacó. Si no es su “democracia” elipsis no funciona. Volvió a criticarlos por los salarios, pero no explica el mismo cómo estira sus recursos para atañedera las necesidades de su familia que presumen lujos y viajes.
Prometió que no habría privilegios para sus funcionarios y familias y veníos que Gertz Manero se atiende en un hospital en Estados Unidos y su hijo José Ramon recibe atención especial por parte de los militares en asistencia médica o acude al ABC de Observatorio.
La administración federal presume su amplio respeto a la democracia y fundamenta su defensa a otras naciones como Perú, pero aquí menosprecia las determinaciones de otro de los poderes: el judicial. Esto deja apreciar que los resultados próximos en Coahuila, Estado de México y la elección presidencial será muy cuestionada si los resultados no favorecen a Morena.
Ya se nota el distanciamiento de Ebrard con el presidente, para muestra su reciente libro en donde propone y enfrenta las principales tesis de gobierno del tabasqueño. La ruptura dentro de Morena se profundiza y los peores enemigos, no adversarios, de las “corcholatas” son ellos mismos.
El factor de la intervención del crimen organizado será prioritario este año y el siguiente y en ello el gobierno de Estados Unidos está muy pendiente. Un presidente pragmático y demócrata no salpica calificativos negativos contra figuras de primer orden amparados por la misma Constitución y el provocar agresiones físicas o mediáticas radicaliza y separa.
Asilar y defender a extranjeros es un paso extremo y contrario a permitir que se deteriore la imagen de un poder y se ponga en riesgo la seguridad personal y familiar de los Ministros. Hace unos días en un vuelo comercial Evo Morales fue expulsado de la aeronave por los inconformes pasajeros acusándolo de corrupto.
El gobierno de México le ofreció protección y asilo sí que éste lo aceptara. Países como Estados Unidos saben que aplicando “the rules of the law” (Estado de Derecho) pueden hacer equilibrio social y político. Eso lo sabe amlo por ello confía en los dictámenes legales de la Corte estadounidense, cosa que no hace aquí.
Por meses mantuvo una campaña mediática contra Calderón y García Luna esperando resultados favorables a su “movimiento” pero no fue así. Sus argumentos mediáticos se sostenían por las audiencias y el fallo final. Allá estaban haciendo lo que el gobierno de aquí no quiso o se no se atrevió.
La Suprema Corte de la Nación dista mucho de las acusaciones del presidente. Son el garante del cumplimiento de las leyes que nos rigen ni de las que nos pretenden imponer. Merecemos un país con justicia no con acomodos políticos a beneficio de unos cuantos, los que ostentan el poder. El poder legislativo ha dejado mucho que desear por los mayoriteos y una multitud de personajes que saltan de un partido a otro.
Desconocen protocolos, procedimientos, artículos constitucionales e incluso llegan ahí solamente por cubrir una cuota de poder. Aun así los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial son primordiales par que la nación encuentre sentido, rumbo y categoría le guste o no al presidente y le están dando clases públicas por ello anda molesto.
Una reciente encuesta incluso comentada por Federico Arreola expone que la sociedad cree más en la Corte que en la Presidencia, en la Ministra Piña que en Ejecutivo Federal.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi235 y mexiquense radio.
@cranospadilla