Bueno, ya empezó la nueva era del Instituto Nacional Electoral (INE) con un Consejo General totalmente renovado; no queda ninguna persona en las consejerías designadas en 2014 a la luz de la reforma electoral integral que entró en vigor aquél año.
Adriana Margarita Favela Herrera, José Roberto Ruiz Saldaña y Ciro Murayama Rendón fueron la última consejera y los últimos consejeros de la primera integración, así como Lorenzo Córdova Vianello, quien tuvo el honor de ser el primer presidente del máximo órgano de arbitraje electoral que mutó de IFE a INE.
Ahora el honor lo tiene una mujer: Guadalupe Taddei Zavala, en cuya ceremonia en la cual rindió la protesta de ley para asumir el cargo, pronunció un discurso equilibrado, dándole su lugar a los partidos políticos vía sus representantes ante el Consejo General y sin caer en provocaciones.
En ese momento pudo haber revirado los señalamientos del PAN en torno a los vínculos de familiares de ella con Morena y gobiernos locales emanados de este partido político. Pero la consejera presidenta se mantuvo ecuánime seguramente para evitar confrontaciones por demás innecesarias.
También le dio su lugar al órgano colegiado, es decir al Consejo General, que en realidad es el órgano que toma las decisiones; éstas no son unilaterales, sino colegiadas, aunque la misma ley le otorga ciertas facultades como, por ejemplo, para proponer a la persona titular de la Secretaría Ejecutiva del Instituto.
Claro, nos referimos a la normatividad confeccionada en 2013-2014 (cuando Morena aún no existía como partido político), no al “Plan B” de la reciente reforma electoral aprobada por el partido guinda y aliados, cuya vigencia fue suspendida por un ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) donde en torno al mismo han llovido controversias y acciones de inconstitucionalidad.
Pero no obstante las facultades que la ley le da a la consejera presidenta, las máximas decisiones están en la cancha del Consejo General, incluyendo aquellas derivadas de algunas de las atribuciones de la persona titular de la Secretaría Ejecutiva, quien, por cierto, es clave en otro tipo de decisiones: Las administrativas y algunas relativas al control de la estructura desconcentrada del INE.
Secretaría Ejecutiva donde llegará otra persona porque cuando Edmundo Jacobo Molina anunció su renuncia, dijo que presentaba ésta con carácter irrenunciable. Se hizo a un ladito de manera estratégica, y extraña porque apenas había ganado el medio de impugnación que lo restituyó en el cargo.
Pero está bien que se haya hecho a un lado porque la nueva consejera presidenta necesita una persona de su confianza en la Secretaría Ejecutiva. Y la postura de dimisión de Edmundo Jacobo tal vez le valga para cualquier acción en su contra.
Por cierto, llevar la fiesta en paz, tal vez sería mejor olvidarse de las ‘persecusiones’ en contra de Lorenzo Córdova, Ciro Murayama y Edmundo Jacobo, salvo que en el INE existan irregularidades irreparables en cuanto al manejo financiero del Instituto.
LA NUEVA ERA EN ÓRGANOS DESCONCENTRADOS
La nueva era del INE poco a poco irá permeando en lor órganos desconcentrados (en las entidades federativas y en los municipios), conforme se vayan renovando.
Estructuras que amén de pasar por exámenes de oposición, al final casi siempre (con sus honrosas excepciones) representaba un reparto de cuotas entre los actores políticos representados en el Consejo General y Consejos Locales del INE, y con mano de la Secretaría Ejecutiva.
Cosas de la ley y de los consensos.
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