No ha tomado por sorpresa que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, vindicará su promesa electoral de privilegiar a los productores locales y a los artículos autóctonos -sin piezas de importación- como lo ha hecho al implementar Buy American.
También quedan por ver las maniobras qué llevará a cabo en el árido terreno de la geopolítica, no será nada fácil por supuesto y vamos a llevarnos sendas sorpresas.
Esta columnista habló con Antonio López Vega, director del Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset, para conocer su opinión acerca de lo que al parecer se esperaría de la política exterior de Biden, algo que sin duda tiene que ver con la vuelta de Estados Unidos al multilateralismo y a suscribirse a los acuerdos de sostenimiento medioambiental y de resolución de conflictos internacionales desde una perspectiva activa.
“Creo que es capital la recuperación del diálogo del bloque Occidental para digamos ayudar a surcar las procelosas aguas de la coyuntura internacional que viene con diferentes actores como pueden ser China y Rusia y que allí la voz unida de Estados Unidos y la UE es fundamental para hacer valer los valores tradicionales de democracia, sostenibilidad y justicia social que han iluminado el pensamiento en nuestro espacio en los últimos cien años”, me dijo en exclusiva el directivo español.
Con la era Trump sucedieron decisiones arbitrarias: el reconocimiento de Jerusalén solo como capital de Israel, el traslado de la embajada estadounidense de Tel Aviv hacia Jerusalén y el anuncio de cortar todos los fondos norteamericanos a organismos de ayuda a los palestinos entre éstos los de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA).
Al parecer, durará todavía un tiempo borrar la sombra del gobierno del republicano, hay la percepción en Europa de que ha hecho mucho daño e intentó hacerlo todavía más cuando perdió las elecciones.
Quizá todas las reincorporaciones no sucederán tan rápido como se quisiera aunque la Unión Americana ya priorizó el Tratado de París y a la Organización Mundial de la Salud; faltaría la UNESCO o bien revertir decisiones serias y torales como abandonar el Tratado Nuclear con Irán y hasta renegociar el Tratado de Cielos Abiertos y el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio suscrito con Rusia.
Hay además que recuperar el brío y el respeto global. Se cuenta un amplio abanico de desafíos en el horizonte para Biden y Harris, para López Vega algunos tan relevantes como recuperar la imagen de Estados Unidos en el ámbito internacional: “A lo largo de estos cuatro años con los asuntos en materia racial con los desatinos de Trump en el escenario internacional… en el mundo ha crecido la percepción de que la solidez y tradición de compromiso con el american way of life se venía diluyendo incluso los propios valores democráticos se han visto cuestionados con el asalto al Capitolio de estos días atrás; creo que uno de los desafíos pasa por recuperar la imagen de Estados Unidos en el escenario internacional”.
A COLACIÓN
Hay otro asunto de gran calado por su contexto de seguridad y defensa: la OTAN, las últimas decisiones de Trump pasaron por reducir las tropas en Alemania para reubicarlas en Polonia y convertir además a esta nación en nuevo muro de Europa del Este para la seguridad estadounidense considerando la cercanía de Rusia.
Lo deseable es que se reactiven los vínculos trasatlánticos con la OTAN, considerando la propia visión internacional del presidente Biden, una visión que se ha descrito como “liberal intervencionista” no alineada con Rusia.
La configuración de su gabinete puede dar pistas de esta posible visión, especialmente en el caso de Victoria Nuland, nominada a subsecretaria de Asuntos Políticos; ella durante la Administración Obama apoyó el Maidán Ucraniano en contra de los intereses de Rusia. Así es que la OTAN podría constituirse en un instrumento de intervención y de presión.
Tampoco hay que pasar inadvertido el caso del opositor ruso, Alexei Navalny, para ser juzgado por un delito de difamación en su país y que ha levantado manifestaciones de condena y repulsa tanto de la UE, como de Jake Sullivan, asesor de Seguridad del presidente Joe Biden.
“El señor Navalny debería ser liberado inmediatamente y los responsables del inadmisible ataque contra su vida deben rendir cuentas”, escribió Sullivan en su cuenta de Twitter @jakesullivan.
Navalny fue internado en agosto pasado en un hospital en Alemania gravemente envenenado, los médicos lograron salvarle la vida y tras pasar un tiempo de recuperación regresó a Moscú en los primeros días de enero y fue detenido en el aeropuerto.
Los desencuentros por los derechos humanos con Rusia serán mucho más frecuentes en la nueva Administración de Estados Unidos y casi seguro asumirá la misma postura con China.
@claudialunapale