Qué bueno que el presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra bien, en plena recuperación de su tercer contagio de Covid-19, como lo informó su esposa Beatriz Gutiérrez Müller durante el encuentro cultural los “Fandangos por la Lectura”, este martes en la zona indígena de Villa Tamulté de las Sábanas, Tabasco.
Y como lo confirmó en la ‘mañanera’ de este miércoles el Secretario de Salud, Jorge Alcocer, quien aseguró que el mandatario nacional se encuentra recuperándose satisfactoriamente para regresar a sus actividades en los próximos días; incluso informó que su presión arterial está controlada.
La recaída de AMLO hace pensar en ¿qué pasaría si ocurriera su ausencia absoluta en el ejercicio de la Presidencia de la República por enfermedad que lo coloque en una situación de incapacidad?
Tocamos madera, pero siempre es una probabilidad; incluso si estuviese completamente sano, pues nadie tiene la salud comprada por más poderoso o famoso que sea.
La ausencia absoluta por enfermedad o por incapacidad derivada de enfermedad no la prevé de manera expresa la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, solo prevé las hipótesis de revocación del mandato, renuncia (por causa grave calificada por el Congreso), y la licencia temporal que se convierta en absoluta.
Es más, la Carta Magna tampoco alude expresamente la hipótesis de fallecimiento (tocamos madera); suponemos que va implícita en la “ausencia absoluta”.
Quizá haga falta reformar los artículos relativos a la ausencia temporal y absoluta de la persona titular del Poder Ejecutivo Federal, para establecer claramente las hipótesis y el procedimiento respectivo a seguir porque las disposiciones vigentes están algo enredadas.
En fin, ¿qué pasaría si en estos momentos se diera la ausencia absoluta de AMLO en la Presidencia de la República por renuncia porque los médicos le recomienden retirarse del trajín del ejercicio de la administración pública, evitar enojos por la ineficiencia de algunos de sus colaboradores o por las acciones de la oposición, evitar la emoción de las ‘mañaneras’ y hasta olvidarse de su papel de jefe político de Morena y de la sucesión presidencial?
Cosa que no va a ocurrir porque AMLO es totalmente elecciones, un operador político nato, y un político acostumbrado a llevar las riendas del poder sin compartirlas con nadie, que va a dejar el cargo y menos el timón de la sucesión; en resumen, su proyecto de nación y político a corto, mediano y largo plazo.
Pero en el supuesto, ya no habría elección extraordinaria. La Constitución establece que
“Cuando la falta absoluta del Presidente ocurriese en los cuatro últimos años del período respectivo, si el Congreso de la Unión se encontrase en sesiones, designará al presidente substituto que deberá concluir el período, siguiendo, en lo conducente, el mismo procedimiento que en el caso del presidente interino.”
Habría un Presidente sustituto.
Pero mientras el Congreso de la Unión nombra sustituto, “el Secretario de Gobernación asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo”.
Incluso, el Congreso podría nombrar al mismo Secretario de Gobernación como sustituto.
En fin, son solo hipótesis, porque conforme las versiones sobre el progreso de la salud del mandatario nacional, hay AMLO para el sexenio completo en la Presidencia de la República, y Adán Augusto López Hernández seguirá en la Segob y al mismo tiempo participando como ‘corcholata’ a la sucesión presidencial junto con las otras tres ‘corcholatas’ morenistas: Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal.
Aunque al parecer la preferencia electoral se está cerrando entre Claudia y Marcelo.
MARCELO EN TABASCO
El fin de semana, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, acompañó a la esposa del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, Beatriz Gutiérrez Müller, al evento “Fandangos por la Lectura” en la Villa Tamulté de las Sabanas, Tabasco.
La entidad natal de AMLO y de Adán Augusto López Hernández.
Marcelo fue invitado por Beatriz.
¿Se trata de un espaldarazo al canciller como aspirante a la sucesión presidencial? ¿Pues qué tiene qué ver o hacer el Secretario de Gobernación en un evento cultural? ¿O su presencia obedeció porque también asistió un embajador?
Parece más bien espaldarazo.
Quizá en la Presidencia de la República y en Morena ya se dieron cuenta de que la preferencia se está cerrando entre Claudia y Marcelo.
Por cierto, los “Fandangos por la Lectura” parece una estrategia, y buena, para placear a las ‘corcholatas’ presidenciales morenistas.