No puede negar AMLO que se comprometió a procurar una nación estable con respeto a los ordenamientos constitucionales y darle fuerza al Estado de derecho. Lo manifestó en múltiples foros, pero lo juramento el día que tomó posición del cargo presidencial. Al paso de cinco años es una materia pendiente y que en muchos casos incumplida.
Resolver de manera expedida no se ha cumplido y en muchos casos, cada día más la protección oficial y la impunidad lucen: Pemex, Segalmex, Notimex, colapsó en el Metro, Pío López Obrador, aduanas, Insabi… en estas fechas se cumplen cinco meses del artero ataque contra uno de los periodistas más conocidos del país: Ciro Gómez Leyva. Sin embargo, el gobierno lejos de resolver lo ha atacado en las mañaneras y no ha mostrado ningún interés, ni en cumplimiento de sus obligaciones, por atender el asunto.
Ciro, hay que decirlo, con valentía profesional ha continuado cumpliendo cotidianamente su profesión atendiendo incluso a personajes nocivos y manipuladores como Epigmenio Ibarra (otro cobijado y protegido por Palacio Nacional).
Acusado de un autoatentado, el gobierno no ha podido probar nada ni hacer nada. Pero con todas las sospechas apuntan principalmente a Palacio Nacional por su detestable comportamiento hacia los medios de comunicación y sus trabajadores. Estorban, incomodan los periodistas y más aún el libre ejercicio de un quehacer necesario en una democracia. Las mañaneras se han convertido en patíbulo a comunicadores y en tribunal acusatorio para todos.
A los desafíos lanzados por AMLO y a las respuestas y réplicas de los señalados, el presidente recula y se esconde: Xóchitl Gálvez, Silviano Aureoles, Jorge Ramos, Rafael y Carlos Loret de Mila, sólo para citar a algunos. Incondicionales del presidente como el vergonzoso caso de Jenaro Villamil. Sanjuana Martínez o el propio vocero Jesús Ramírez que manipulan y condicionan la información. Filtran líneas pidiendo se difunda más que Ciro era cercano a García Luna que sobre la agresión que casi costó la vida del periodista.
Los datos que han proporcionado es que se detuvieron a los autores materiales, no han determinado el móvil y el autor intelectual, aunque sigue en entredicho la captura de “El Patrón”, Armando Escárcega.
La Fiscal Ernestina Godoy ha mostrado su abierta incompetencia para resolver el caso y más cuando presentan a la opinión pública sicarios de baja monta que mal disparan a un auto blindado y son presa fácil de las cámaras de seguridad que de inmediato sirvieron para la investigación por la prestancia de Omar García Harfuch.
Vale decir que ningún legislador morenista siquiera se ha atrevido a destapar este archivo y menos lo hace, frente a frente, Epigmenio Ibarra en el programa radiofónico de Ciro, este productor que hace apología del narcotráfico y que ha acusado a los soldados mexicanos de “asesinos”.
La alfombra de Palacio Nacional es de considerable tamaño para esconder por debajo tantos asuntos acumulados que no se resuelven y si irritan al tabasqueño toda vez que se le cuestiona.
Muchos estamos pendientes de Ciro Gómez porque no merece, por su fuerza profesional, ser tiro al blanco de matones que al parecer están muy protegidos por algún poderoso que le ha colocado un tapabocas al presidente de México y no precisamente por la pandemia.
Y ahora entendemos por qué el tabasqueño pidió desaparecer a la OEA porque “no sirve para nada” y es que este organismo internacional está pendiente del caso de Ciro y de los derechos humanos en México, así de claro.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2, izzi 135 y mexiquense radio.