El Popocatépetl entró en erupción y ha afectado inicialmente con cenizas a Puebla, parcialmente a la CDMX y Tlaxcala. El espacio aéreo ha sido afectado. Y hoy vemos las consecuencias de desaparecer el Fondo Nacional para Desastres Naturales (Fonden).
Este fue creado como un programa dentro del Ramo 23 del Presupuesto de Egresos de la Federación de 1996. Comenzó a operar en 1999. Generaba recursos y apoyos a municipios y Estados impactados por desastres naturales con tareas de evacuación, reconstrucción, comida, medicamentos y reposición de servicios públicos. Se coordinaba en muchas ocasiones con el Plan DN-III del Ejercito Mexicano, pero en 2020 la 4aT decretó su desaparición argumentando que se manejaba bajo un esquema de corrupción que nunca comprobó.
Por tanto, no existe ninguna política ni recurso oficial para un apoyo inmediato y expedito en caso de desastres naturales. Cosa improvisada de la llamada austeridad republicana. La emergencia que presenta hoy la actividad volcánica del Popó muestra cómo zonas de evacuación, caminos y albergues están dañados y en abandono.
No hay plan de desalojo confiable ni esquemas de prevención de rapiñas y roble. Las comunidades cercanas al coloso están en riesgo alto incluso desde lo más elemental: beber agua contaminada con azufre o el tratamiento de las cenizas volcánicas.
En una de sus puntadas AMLO determinó que cada dependencia federal, a su forma y manera, se responsabilizará de sus propias catástrofes. A pesar de que el Popo desde hace más de una década es uno de los volcanes más monitoreados por los científicos del mundo, los planes locales de auxilio son inexistentes.
No existe al momento tampoco, como en el caso del aeropuerto de Texcoco, un solo funcionario procesado por haber cometido ilícitos o manejado arbitrariamente el presupuesto. Lo cierto es que desde hace tres años la ayuda no llega a los afectados por desastres naturales. Carlos Valdés, el más experimentado científico en el tema, universitario reconocido, ha llamado la atención a las autoridades por años.
Su pronóstico no es optimista y se espera un escenario muy difícil. Cuando estuvo al frente del CENAPRED fue cauto pero insistente. El gobierno mostró y ha mostrado desdén y su atención se centra mejor en manipulaciones electorales.
Los recursos y fondos necesarios para socorrer a la población. En caso de sismos, inundaciones, erupciones volcánicas o explosiones no se preservaron. Estamos a ante pronóstico de una catástrofe y hemos insistido en el gravísimo error de permitir asentamientos irregulares y anarquía urbana solo para cumplir ambiciones de poder de los políticos en turno.
Permiten viviendas sin servicios en zonas de alto riesgo para ganarse la voluntad electoral de los vulnerables. Juegan con la pobreza y la necesidad. Y más tarde las tragedias son irreversibles. Preguntemos a AMLO por las indicaciones en su tierra, Tabasco, y la respuesta que dio al ordenar abrir las compuertas de las presas aun sabiendo que inundaría a poblados.
Solamente hay que recordar que el paso destructivo de los huracanes Gilberto y Paulina para entender la fuerza de estos fenómenos y su potencial destrucción. Este sexenio, acusando sin pruebas, pero salpicando de acusaciones ha desaparcado fondos, fideicomisos y programas que van desde el impulso de la ciencia e investigación hasta el socorrer a la población.
Vea nada más los parches que están improvisando en la Línea 12 del Metro únicamente para no reconocer errores y sancionar a los responsables, ahí si, de la corrupción.
Conductor del programa VaEnSerio mexiquense tv canal 34.2 , izzi 135 y mexiquense radio.
@cramospadilla