Varapalo electoral contra Sánchez

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Estas elecciones municipales y autonómicas en España han sido un termómetro muy sensible del sentir del español de a pie que ha llegado harto a las urnas de la gestión de gobierno del presidente, Pedro Sánchez y de sus alianzas frankestein que han llevado a su partido, el PSOE, a entablar pactos con Unidas Podemos; y, en el Congreso, con fuerzas independentistas y nacionalistas con el fin de sumar votos para sacar adelante los presupuestos y algunas de sus reformas.

En unos meses más habrá elecciones generales en España y el mandatario Sánchez pretende presentarse a las urnas con la finalidad de quedarse otros cuatro años más. Se antoja una odisea imposible dados los resultados electorales obtenidos este domingo que han pintado de azul el mapa político ibérico.

El Partido Popular no solo se ha posicionado mejor en muchos de los municipios en los que ya gobernaba, sino que incluso ha arrebatado alcaldías y comunidades autónomas al PSOE. Con los resultados escrutados, casi al 90% al momento de escribir esta columna, se tendría que el PSOE solo habría logrado retener el poder en tres comunidades autónomas (Asturias, Navarra y Canarias además con pactos necesarios) de las nueve en las que gobernaba .

Se trata de un batacazo socialista claro y duro. A tal punto que la reconfiguración del mapa político postelectoral deja un escenario bastante contrario para el PSOE y se entiende más que nada como un mensaje del español de a pie contra el sanchismo fundamentalmente.

En Sevilla, otrora bastión del PSOE, como resultado de estas elecciones se producirá un cambio porque los socialistas pierden “la joya de la corona” y habrá un gobierno del Partido Popular quizá con un pacto con la ultraderecha de VOX.

Pero en Andalucía no solo el Partido Popular ha conquistado Sevilla: en aquellas ciudades en las que ya gobernaba, los ciudadanos votaron por darle una mayoría absoluta a muchos de sus alcaldes y por sacar al PSOE del gobierno en aquellas partes en las que ya estaba; así, el PP, gobernará en siete de las ocho capitales andaluzas.

Hay duros golpes contra el inquilino de la Moncloa: otro medular tiene que ver con Valencia porque pierde Compromís y gana el PP que seguramente pactará con VOX.

En la capital de España ha pasado además un fenómeno interesante porque el PP, con José Luis Martínez Almeida, seguirá gobernando en el Ayuntamiento  y lo hará  con mayoría absoluta; lo mismo para Isabel Díaz Ayuso que refuerza a  los populares con su imagen y mantiene su fuerza electoral ganando con  la mayoría absoluta.

Si en Madrid surgió de las calles el movimiento social que terminaría cristalizando en el partido político de Podemos que, en su momento su mentor Pablo Iglesias dijo, había surgido para “asaltar el cielo del poder”, pues bien la misma gente, con sus votos, ha terminado echándolos del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad de Madrid y no tendrán ninguna representación.

 

A COLACIÓN

Era casi imposible que las feministas y otros grupos sociales no castigasen a Unidas Podemos, tras el error garrafal de la conocida como ley del solo sí es sí, cuya intención principal era penalizar más a los agresores sexuales pero que, lamentablemente, ha logrado el efecto contrario porque en su elaboración no se consideró todos los efectos jurídicos y los jueces han aceptado revisar las penas de cárcel de agresores y violadores que con dicha ley han visto reducir sus penas de prisión y algunos han sido hasta excarcelados.

En estas elecciones se han movido de manera importante las fichas de varios partidos: si el PP logra una posición muy relevante de cara a las elecciones generales para favorecer a Alberto Núñez Feijóo; en cambio, el PSOE se desinfla en bastiones importantes como Sevilla, Valencia, en Barcelona todavía no se sabe qué tipo de pactos terminarán formándose porque hay casi un triple empate entre Colau, Collbani y Trías.

¿Qué ha pasado con los partidos que se convirtieron en bisagra en las elecciones pasadas? Ciudadanos ha quedado prácticamente borrado del mapa político porque ha perdido 2 mil 400 concejales y  no entró en ningún parlamento autonómico y en Madrid están eliminados. Los errores de su mentor, Albert Rivera, que hace cuatro años se negó a pactar con Sánchez para formar gobierno marcaron el derrotero, no solo de Ciudadanos, también del gobierno de Sánchez, que se vio forzado a pactar con Unidas Podemos y con los independentistas y nacionalistas. Nunca sabremos cómo hubiese sido un gobierno de coalición PSOE-Ciudadanos.

Me parece razonable que la gente de la calle envíe un mensaje directo a Unidas Podemos: quiere un trabajo estable y bien remunerado más que subsidios.

Entonces, Ciudadanos desaparece, mientras Unidas Podemos entra en una debacle nacional y en cambio, la ultraderecha se afianza como una tercera fuerza política con Vox. Pero tampoco lo hace de forma escandalosa porque en varias ciudades en las que ya gobernaba el PP incluso con un pacto con VOX, el elector ha decidido darle más votos al PP para que no tenga que pactar con VOX. Es un aspecto interesante, porque al final estamos viendo un cambio de rumbo en estas elecciones municipales y autonómicas.

En esta democracia madura que tradicionalmente se ha movido en el bipartidismo con gobiernos, del PSOE y del PP, en los últimos años la fragmentación política llevó al multipartidismo que originó que tanto el PSOE como el PP no lograsen, respectivamente mayorías en varias ciudades y comunidades autónomas y los pactos fuesen necesarios. En estas elecciones, la gente ha votado más por la estabilidad de cara al futuro que por la incertidumbre de si la coalición saldrá bien o mal; por ende, los votos han vuelto más a reorganizarse hacia los dos grandes partidos.  Sánchez lo tiene crudo para ganar las generales, pero conociendo que está acostumbrado a las remontadas… todo puede suceder.