El decretazo emitido por el presidente contra un empresario, tampoco muy defendible que digamos, pero evidencia la torpe negociación con grupo Ferrosur, tiene varias lecturas, la Primera, quien le haya transmitido la información del avance del tema al presidente, lo manejó torpemente, pues el funcionario que lo hizo, no consideró o no conoce, las reacciones del presidente. Si ya saben cómo es, que carga permanentemente un resentimiento a todo lo que signifique más que él, dinero, conocimientos, poder, simpatía, todo lo que le signifique competencia desventajosa le altera a obrador. Si saben que cualquier negociación con los hombres del dinero le causa urticaria, lo predispone siempre al ¡no! Y lo lanza al ¡por mis pistolas! Pues alguien se quejó con el – y el mismo presidente lo dijo – ya no le tomaban la llamada al Secretario de Gobernación, lógicamente eso lo encendió y si de por si es de mecha corta y no sabe controlarse y da rienda suelta a sus instintos y a sus impulsos, pues ya montado en ira, ordenó elaborar el decreto y lo firmó. Como es y ha sido él siempre ¡jusilénlo después viriguan! Como Villa. Todavía en la mañanera dijo – como lo hace cambiando las palabras – con la intención de que no se vea lo que en verdad es, dijo “no es expropiación es ocupación” la crónica de los hechos evidencia que todo fue producto de otro de sus arranques viscerales, que le han costado y le siguen costando mucho al país. Actitudes que precisamente no haría un estadista y él no es un Estadista.
El único buen y gran proyecto del sexenio “El corredor transístmico”. Contrasta frente a todas las obras emprendidas por el gobierno “monumentos al fracaso” por ser producto de ocurrencias sin estudios previos, sin planeación, sin medir consecuencias, sin evaluar costo beneficio, las bondades, fortalezas y debilidades, fácil de imaginar lo que pensó y sintió. Una rabia y coraje por ser desobedecido, ira y odio subiéndole el calor del cuerpo con el fuerte deseo de venganza que le ha caracterizado y ha sido y quedará como signo distintivo de su gobierno de su régimen.
Pues le costará a él, la pérdida de muchos millones, algo que quien le calentó la cabeza tampoco midió. Decía uno de los mejores jefes que tuve, el Ingeniero Fernando Manzanilla Sevilla, sabio petrolero, uno de los dos hombres en México que conocían perfectamente la industria petrolera mexicana – el otro Víctor Alcérreca – Don Fernando decía, si me equivoco en una decisión, no es culpa mía, es culpa de ustedes, porque yo tomaré decisiones con la información que ustedes me proporcionan, si me proporcionan mala información, me voy a equivocar. Y el presidente – de por sí, risueño el niño y luego le hacen cosquillas – como dicen en jalisco, pues si trae el resentimiento y odio contra empresarios a flor de piel y luego le calientan la cabeza pues ahí tienen el resultado.
Todas sus corcholatas traerán el estigma de ésta decisión, los inversionistas extranjeros que pueden reactivar la economía del país, no le van a creer a ninguna de sus corcholatas, y eso es pésimo para México.
El único que de llegar a la presidencia puede devolver la confianza de los inversionistas del mundo es Ángel Gurría, pues durante los quince años que dirigió la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) su principal trabajo fue facilitar la solución de problemas económicos de todos los países miembros y de los que le solicitaban, Gurria sabe como atraer inversiones, ojalá todos los mexicanos supieran la importancia de contar con él en la presidencia de México, sin temor a equivocarme, con toda seguridad después de los seis años que gobernara México tendrá las bases para ser una de las cinco economías más fuertes y grandes del mundo, pero obviamente, pocos mexicanos lo ven y lo saben.
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