Hasta hoy, el poder de las armas en México no había estado sometido al civil como ahora.
Largo fue el período en que los generales y coroneles postrevolucionarios operaron en México con plena autonomía hasta la impunidad. En su mayoría entendieron las nuevas reglas y con el surgimiento de lo que es hoy el PRI, el general Plutarco Elías Calles estableció un sistema político que puso fin a revueltas e instauró el régimen de presidentes civiles, egresados de las universidades.
Uno de los últimos militares atrabiliarios, en los 40, fue Maximino Ávila Camacho.
En contrapartida sobresalieron los generales respetuosos, amables, nacionalistas, inteligentes y con gran sentido político como Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho. De esa estirpe surgieron el general Marcelino García Barragán y Alfonso Corona del Rosal.
Los generales fueron intocables y respetables hasta que uno de ellos, José de Jesús Gutiérrez Rebollo, cayó en prisión a fines del siglo pasado vinculado al narcotráfico.
Desde entonces todo se ha torcido en las fuerzas armadas.
Nada que ver con aquellos generales de antaño. Los actuales mandos operan hoy bajo la sospecha de la corrupción y sus presumibles vínculos con los cárteles de la droga.
La tropa es otra cosa. Pueblo uniformado.
Es con estos antecedentes y en un contexto plagado de irregularidades en que hoy comparecen ante la Comisión Bicameral de Seguridad Pública, en el Senado, el general Luis Cresencio Sandoval; el almirante José Rafael Ojeda, la titular de Seguridad Pública, la periodista Rosa Icela Rodríguez y David Córdova Campos, titular de la Guardia Nacional.
Un ejercicio inédito.
Todos, miembros del Gabinete de Seguridad y diputados y senadores deberán aprender en esta primera comparecencia legislativa cuáles son sus límites y comportamientos.
El primero de todos, que los militares y miembros del Ejecutivo deben rendir cuentas ante la representación popular que es el Legislativo.
Eso no significa que deban tolerar injurias y acusaciones o groserías como suele ocurrir de parte de la oposición.
Exigir respuestas, atender sugerencias, no da facultades a diputados o senadores de degradar a los militares, o que estos actúen con soberbia y arrogancia.
MONREAL, HAY CONFIANZA EN LAS FUERZAS ARMADAS
Impulsor y coordinador del encuentro, el zacatecano Ricardo Monreal, dijo:
“Iniciamos la semana preparándonos para esta comparecencia con el gabinete de seguridad, para revisar y evaluar el informe que envíe el presidente Andrés Manuel López Obrador a la labor de la Fuerza Armada permanente en tareas de seguridad pública. Se trata de un hecho inédito”.
Es en este ejercicio, agregó, en que el Senado y Diputados deberán aportar su esfuerzo para recuperar la tranquilidad y la paz en este México convulso.
Y aclaró que, debido a la naturaleza de la información que generará este encuentro, que la comparecencia tendrá un carácter confidencial.
“Confió mucho en que nos enfrentemos juntos con éxito a este flagelo (el de la inseguridad y ejecuciones, desapariciones) que tanto daño ha causado, que tanto dolor nos ha ocasionado”, indicó el presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado.
Será, precisó Monreal, un ejercicio que no se realizado en la historia del país y queremos contribuir todos a que, en materia de seguridad, el país esté en mejores niveles de tranquilidad y de confianza en las Fuerzas Armadas, de confianza en las fuerzas públicas de seguridad, de confianza en los órganos que se encargan de la seguridad.
LA NANOTECNOLOGIA Y LA SALUD
En alianza con investigadores chinos, el doctor Octavio García, científico mexicano, ha creado un equipo del tamaño de una cafetera y con 3 kilos de peso, que se puede conectar a cualquier enchufe eléctrico, que en 9 minutos detecta y diagnostica enfermedades como el COVID, Influenza, VIH, tuberculosis y cáncer, y un centenar más.
Este nanolaboratorio puede igual detectar y solucionar el ataque de plagas o enfermedades humanas, animales e incluso vegetales en la actividad agrícola.
El doctor García encabeza en la Ciudad de México el Instituto Traslacional de Singularidad Genómica (ITRASIG), junto al Grupo T, integrado por jóvenes mexicanos dedicados a la investigación científica en el área de la salud.
Su objetivo, explica, ha sido aprovechar la alta tecnología para el diagnóstico serio, profesional, en beneficio de la salud de comunidades aisladas y marginales, con poca o nula infraestructura hospitalaria pública o privada.
Ello lo logra con su equipo “Nanoluci”, un mini laboratorio portátil que sustituye a los grandes laboratorios de análisis médicos que es capaz de hacer hasta 200 análisis genéticos en apenas unos minutos.
“Nanoluci”, con un costo de entre 70 y 90 mil pesos, ya se comercializa en México, China y Vietnan.
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