Europa se escora a la derecha

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Al parecer el efecto pandemia está fagocitando políticamente a Europa que en las urnas está votando por los partidos conservadores y de ultraderecha y castigando la gestión sanitaria del gobernante de turno. En Francia, en abril del año pasado, el presidente Emmanuel Macron sudó la gota gorda para derrotar, en segunda vuelta, a la ultraderechista Marine Le Pen en unas elecciones marcadas por una abstención récord y un ascenso histórico de la ultraderecha. Le Pen obtuvo el 41.5% de los votos frente al 58.5% de Macron.

Ya 2022 anunciaba el camino de las futuras elecciones europeas en medio de la crispación ciudadana aquejada por una combinación de factores: primero, la larga duración de la pandemia del Sars-CoV-2; segundo, el golpe en las expectativas de recuperación económica derivada de la invasión de las tropas rusas; y tercero, la confirmación de otra crisis económica que además afectará a la mayor parte de los países europeos.

Para septiembre de dicho año, las elecciones primero, en Suecia y luego, en Italia, terminaron de confirmar los pronósticos de sociólogos y politólogos que alertaban de una vuelta a las posiciones más conservadoras como una forma inconsciente, de cierta parte de la ciudadanía, de sentirse más protegidos y de buscar mayor estabilidad en medio de la incertidumbre desechando ideas arriesgadas.

A todos sorprendió que, en la siempre moderada Suecia, una coalición de derechas (desde conservadores, grupos liberales hasta grupos ultranacionalistas y antinmigrantes) arrebatasen la victoria a la coalición de izquierda de la entonces primera ministra socialdemócrata, Magdalena Andersson. Los primeros ganaron con el 49.5% de los votos contra el 48.8% de los votos a favor de Andersson.

Después vendrían las elecciones en Italia (26 de septiembre) con la extrema derecha alzándose con la victoria y convirtiendo a Giorgia Meloni, en la primera mujer en convertirse en primera ministra.

La tercera economía de Europa gobernada por Hermanos de Italia con un discurso antiinmigrante, opuesto a la Unión Europea (UE) y profundamente nacionalista y que terminó aplastando las ilusiones de los partidos de centro izquierda que obtuvieron solo el 26% de los sufragios.

Meloni ha llegado al poder gracias a una alianza derechista que incluye a Liga, de Matteo Salvini y a Forza Italia, que se mueve dentro del espectro centroderechista. Esta coalición controla además el Congreso y el Senado. En las pasadas elecciones locales, del pasado 28 de mayo, nuevamente el votante italiano reforzó a la coalición de derechas que les gobierna.

Uno de los mayores logros de la derecha fue ganar la ciudad portuaria de Ancona en la región central de Marche después de más de 30 años de gobierno de centroizquierda.

La única victoria significativa del centro-izquierda fue en la ciudad de Vicenza, en el norte de Italia, pero el margen fue ajustado: el candidato de la izquierda ganó con el 50.5% de los votos en comparación con el 49.5% del centro-derecha. “La derecha gana en todas partes, la izquierda solo en Vicenza”, fue el titular del diario de izquierda La Republica.

El mapa político territorial europeo va pintándose de gobiernos conservadores ultranacionalistas, antiprogresistas y escorados hacia una derecha más rancia.

Algunos mandatarios como Víktor Orban, primer ministro de Hungría, celebran estos cambios porque consideran que al fin llegan al poder en otros países, gobernantes con los que guarda afinidad ideológica.

 

A COLACIÓN

Inicialmente, el país ibérico tendría elecciones generales a finales de este año o bien a principios de 2024, pero el batacazo en los comicios municipales y autonómicos sufrido por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente Pedro Sánchez, ha terminado precipitando los acontecimientos.

El domingo 28, España entera se durmió con la victoria aplastante del Partido Popular (PP) que incluso arrebató capitales como Sevilla otrora bastión del PSOE; y, se despertó, con el presidente Sánchez convocando elecciones generales anticipadas para el 23 de julio y disolviendo las Cortes, tras notificar su decisión, muy temprano por la mañana, al rey Felipe VI.

El mapa político postelectoral deja un escenario bastante contrario para el  PSOE y se entiende más que nada como un mensaje del español de a pie contra el sanchismo fundamentalmente.

Además, en Madrid ha pasado un fenómeno interesante porque el PP, con José Luis Martínez Almeida, seguirá gobernando en el Ayuntamiento y lo hará con una mayoría absoluta; lo mismo para Isabel Díaz Ayuso que refuerza a los populares con su imagen y mantiene su fuerza electoral ganando con la mayoría absoluta. España también parece seducida por ese cambio de corriente política que va tiñendo de gobiernos conservadores a Europa, la respuesta la tendremos el próximo 23 de julio.