El que se lleva…

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Hay promesas que por ambición electoral quedan empantanados, es el caso de Ayotzinapa. Por los hechos, eventos y figuras se presupone que varios cercanos al hombre de Palacio están involucrados, no conviene entonces destapar la cloaca.

Por ello solicitar una condena de 82 años contra Jesús Murillo, de 76 años de edad, además de una multa por 20 mil UMAS, significa un abuso de poder y con síntomas de venganza e impacto mediático.

La Unidad Especial de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa presentó una acusación contra el exgobernador y exprocurador en donde solicita se le declare culpable de los presuntos delitos de tortura, desaparición forzada y daños a la administración de la justicia en el Caso Iguala.

En tanto, el subsecretario de Derechos Humanos, Asuntos Religiosos y Migración, Alejandro Encinas está muy comprometido en aniquilar la llamada “verdad histórica” concluida durante el sexenio de Peña Nieto resbalando en contradicciones y acusaciones muy temerarias.

No han podido presentar testimonios contundentes que hagan variar las indagatorias nacionales y extranjeras sobre el caso, incluso entrevisté a uno de los médicos forenses más reconocidos de México en el Programa de Va En Serio y el doctor José Luis del Hierro me confirmó que es imposible la incineración de más de 40 cuerpos amontonados en el mismo sitio, porque se necesitaron días, mucho combustible, y aun así los cuerpos de hasta abajo no podrían consumirse porque ni siquiera se alcanzaría la temperatura mínima para la incineración.

No se han atrevido a dos cosas sustantivas, demostrar si intervinieron los narcotraficantes y el por qué no se ha intervenido a indagar qué hay dentro de la normal en donde se presume han vehículos secuestrados, combustible, armas y puede ser un centro de adiestramiento para guerrilla.

El procurador Alejandro Gertz Manero, ha informado escuetamente que en el escrito acusatorio se entregó al juez de control 177 datos de prueba con 69 testimonios, 43 peritajes y 65 documentos. Así como ocurrió con el debilitamiento del llamado grupo Atlacomulco en el Estado de México, la tendencia última es erosionar a los hidalguenses y como muestra hay que seguir la persecución a Osorio Chong después de Murillo.

Hay dos verdades: se acabará el sexenio y Ayotzinapa no se resolverá dejando en una posición muy incómoda a Alejandro Encinas; y Murillo Karam no saldrá de prisión.

Es increíble como todos los días, en las mañaneras, el presidente se empeña en encontrar en cualquier persona a un enemigo y hay quien asegura que la crudeza se tonificará durante los próximos meses como estrategia política.

Sin embargo, hay una máxima muy clara “el que se lleva, se aguanta” y es que nada es seguro después del término del sexenio para seguir deteniendo archivos y carpetas comprometedoras.

Conductor del programa VaEn Serio mexiquense tv canal 34.2,
Izzi 135 y mexiquense radio.

@cramospadilla