El Instituto Nacional Electoral (INE) también se adelanta. Ya inició los preparativos para el Proceso Electoral Federal 2023-2024 concurrente con procesos electorales locales en 30 entidades federativas, los cuales empezarán en septiembre.
Se adelanta como siempre lo ha hecho: Afinando detalles para poner la mesa para la fiesta cívica del próximo año, en que la ciudadanía es la invitada de honor, mientras los partidos políticos son los que ponen las candidaturas a manera de platillos del banquete. Ahí los electores (cual comensales) se deciden por los mejores o por los menos peores.
El INE es el organizador de esa fiesta, de ese banquete. A ver como sale con la dirección de Guadalupe Tadeei Zavala, primera Consejera Presidenta del Consejo General del Instituto.
Por lo pronto, el INE prevé convocar a 98 millones de posibles votantes a las urnas para renovar más de 20 mil cargos a nivel federal y local: Senadurías, diputaciones, concejalías, alcaldías, 8 gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Y ya avaló:
El Modelo de Casilla Única para la jornada electoral concurrente del 2 de junio de 2024.
Dotar de mil boletas a cada casilla especial en el ámbito local.
La realización del monitoreo de las transmisiones sobre las precampañas y campañas electorales en los programas que difundan noticias.
El diseño de 53 documentos sin emblemas para iniciar el procedimiento administrativo de licitación pública y producirlos durante el segundo semestre de este mismo año.
Los modelos y la producción de los materiales electorales y del líquido indeleble.
La reutilización de canceles electorales, cajas paquete, mamparas especiales, marcadoras de credenciales, marcadores de boletas y aditamentos para mampara especial (existentes en los inventarios de las juntas distritales).
La elaboración de un sello que contiene una “X”, el cual estará disponible en las casillas para permitir que las personas con discapacidad, mayores o que se encuentren impedidas físicamente para marcar sus boletas, lo utilicen para seleccionar la opción de su preferencia en la boleta electoral.
Esos, entre otros acuerdos, los cuales en sí mismos son decisiones contundentes sobre todo el número de boletas en casillas especiales, la casilla única, los modelos y la producción de los materiales electorales y del líquido indeleble, y el monitoreo de precampañas y campañas electorales (donde por cierto formalmente no entran las pre, pre, pre).
Aunque parezcan acuerdos mínimos, son relevantes si se considera que las de 2024 serán las elecciones más grandes del país, por el número de cargos a elegir (alrededor de 20 mil) y porque van acompañadas de la elección madre: La presidencial.
Además, dadas las características de los tiempos ‘democráticos’, la elección llamada ‘madre’, pues en este proceso electoral ya no será la más competida porque los partidos políticos se disputarán la mayoría de las cámaras del Congreso de la Unión, vital ahora para el partido gobernante.
Postulaciones en las que también participarán las candidaturas independientes.
En fin, con los primeros acuerdos ya va de avance el renovado Consejo General del INE en la preparación de las elecciones concurrentes 2024, cuyos procesos electorales (por si no se habían dado cuenta) están prácticamente en la antesala de su respectivo arranque; casi a dos meses y fracción.
Por eso a los partidos políticos en su mayoría les corre prisa por definir cuanto antes la candidatura a la Presidencia de la República, de la cual seguramente dependen las definiciones de otras candidaturas a cargos populares, principalmente senadurías, diputaciones federales, las ocho gubernaturas y la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
CUIDAR LAS FORMAS
Si el jefe político de Morena, el presidente Andrés Manuel López Obrador, y el dirigente formal, Mario Delgado Carrillo, aseguran que lo que se vive en Morena en estos momentos no es un proceso interno para elegir candidatura presidencial, ni los participantes realizan precampaña, entonces las ‘cocholatas’ deberían cuidar las formas.
Porque en verdad descuidan negligentemente la portería. Actúan y hablan como personas precandidatas, cuando se supone deben asumir un papel de informadores para la “defensa de la transformación” a fin de ganar la “Coordinación” de esta defensa.
Con su negligencia se ponen en riesgo de ser impugnados y en una de esas hasta de perder la postulación.
