La corrección del dólar tras la era Trump

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El mercado de divisas es sensible a las maniobras internas de cada país en materia de política monetaria; cambios en la relación del mercado externo de bienes, servicios y mercancías y respecto de la salud de sus respectivas balanzas de pago.

También impactan otros factores que pueden ser más subjetivos: el escenario de volatilidad, las expectativas de inversionistas y de importadores y exportadores y gestores de fondos de inversión respecto al futuro inmediato ya sea porque habrá elecciones, un cambio de régimen político; por el impacto de una catástrofe; por la solicitud de endeudamiento externo. Cualquier factor que tienda a ensombrecer el panorama.

Luego están las maniobras de las variables exógenas: cambios en las tasas de interés internacionales de referencia, caídas en los mercados financieros o bursátiles; contracción económica; vicisitudes económicas, financieras, bursátiles o cambiarias en los países socios comerciales o económicos. Desde luego, un escenario de incertidumbre y cambios en la oferta y demanda en los mercados internacionales de materias primas; entre otros más.

Se pueden conjugar una serie de factores que combinados entre sí pueden influir para que una moneda se aprecie o deprecie más o menos respecto del dólar o cualquier otra divisa.

En el caso particular del dólar, hace cuatro años durante el gobierno del republicano Donald Trump, había un súper dólar; el billete verde estaba bastante fuerte y esto no solo afectó en México, también en Turquía y otros países fundamentalmente emergentes.

En 2017, la moneda mexicana cotizaba en 19.66 pesos por dólar ya la victoria de Trump anunciaba un cambio en la política monetaria, de inversiones y de estímulos fiscales. El día que se dio a conocer su triunfo en la Presidencia, el peso se depreció a 17.35 pesos por dólar e inició una carrera de depreciaciones por momentos encima de los 21 pesos por dólar.

Trump basó parte de su gobierno en la expansión del gasto público y un dólar fuerte que afectó además a la lira turca que llegó a tener su nivel más bajo en una década; igualmente impactó al euro que fue perdiendo preeminencia y lo mismo sucedió con el yen.

No ha durado mucho ese súper dólar que ha comenzado a desinflarse  con una corrección auspiciada  por una combinación de factores: un viraje en la política monetaria en  el gobierno del demócrata Joe Biden; el impacto de  los años que ha durado la declaración de pandemia y las dificultades mundiales en las cadenas de suministros, los constantes roces entre Estados Unidos y China con sanciones y aranceles que han perdurado desde que fueron impuestos en la administración encabezada por Trump; más  la invasión de Rusia a Ucrania; las sanciones de Occidente y las maniobras de política monetaria que han llevado a las tasas de interés a  un nivel que no se veían en las últimas dos décadas y el temor de una estanflación y una crisis económica larga.

En la última semana de junio de 2023, el peso siguió apreciándose respecto de la divisa estadounidense ubicándose en 17.50 pesos por dólar y esa corrección a la baja del dólar también es visible en otras monedas de países emergentes.

El economista mexicano, Macario Schettino, recién escribió que a más largo plazo se anticipa que el comportamiento del peso  no sea precisamente para celebrar “porque a plazos más largos, la depreciación de la moneda mexicana está asegurada”  y por eso no hay que confiar demasiado en la cotización de ahora. “Queda por saber la razón del debilitamiento del dólar. Una posibilidad es la recesión que tanto se pronostica, pero no acaba de ocurrir”.

 

A COLACIÓN

Al respecto de si hay o no una desdolarización, Mariano Sardáns, CEO de FDI Gerenciadora de Patrimonios me dijo que hay mucho marketing al respecto… muchos presidentes saliendo a hablar de lo mismo.

“Lo estamos viviendo hemos visto hablar al respecto a Lula, a Modi en India; la misma China por supuesto y yo diría que es más una expresión de una serie de deseos más de lo que realmente está ocurriendo porque si ahora mismo le preguntas a un exportador de cualquier país, si quiere tener su dinero en yuanes o en rupias o en reales, la respuesta será que lo quieren en dólares”, de acuerdo con el directivo financiero.

Para Sardáns claro que hay una apreciación de los tipos de cambio pero también depende de qué país: “Por ejemplo, México, es uno de los grandes beneficiarios de la huida de empresas de China porque hasta hace dos años era un proveedor no confiable por todo el tema del lockdown  el cierre de puertos y de ciudades provocó que se viera a China como un proveedor no confiable”.

En México, remarca el experto financiero, el peso está apreciándose gracias a la salida de estas empresas que dejaron China y se fueron a India o al propio México que es además el vecino de Estados Unidos así está muy cerca esa fabricación del principal consumidor del mundo.

En cuanto al comercio mundial, medido en dólares hace veinte años a hacerlo en la actualidad,  Sardáns estima que si se ha reducido en unos veinte puntos. Ojo que este dato es importante.

@claudialunapale