No es la primera vez que pasa y hay que poner más atención a las denuncias por racismo en Francia, aconsejó Ravina Shamdasani, portavoz de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU (ACNUDH) pidió a Macron que el país “tuviera en cuenta su historial de racismo en la policía” para evitar otra imprudencia policial.
“Este es un momento para que el país aborde seriamente los profundos problemas de racismo y discriminación en la aplicación de la ley. También enfatizamos la importancia de la reunión pacífica. Pedimos a las autoridades que garanticen el uso de la fuerza y que respeten siempre los principios de legalidad, necesidad, proporcionalidad, no discriminación, precaución y rendición de cuentas”, declaró Shamdasani desde Ginebra.
Según las últimas cifras publicadas por el regulador policial de Francia, hubo 37 muertes durante las operaciones policiales registradas en 2021; y diez fueron asesinadas a tiros.
Al interior de Francia, diversas ONG´s y otras asociaciones civiles denuncian la acción policial a la que han llegado a equiparar con la brutalidad de la actuación policial en Estados Unidos violentando los propios derechos humanos.
Para los defensores de los derechos humanos, la Ley de Seguridad Global de Macron, es una forma de proteger la acción policial y ha contribuido a un incremento en las denuncias por la actuación de los cuerpos policiales sobre todo contra jóvenes inmigrantes.
¿Qué está pasando en Francia en los suburbios de las ciudades más importantes? ¿Es todo producto de la brutalidad policial o hay un caldo de cultivo en el que convergen varias aristas sociales, económicas, culturales, raciales o inclusive políticas?
A COLACIÓN
Al respecto hablé con Pedro González, él me dijo que el caldo de cultivo es la propia insatisfacción de los inmigrantes de segunda, tercera y cuarta generación que llegaron a Francia.
“Muchos son franceses de pleno derecho. Algunos llegaron a Francia, desde los años 1960 con la guerra de Argelia y las actuales generaciones han heredado la escuela gratuita, la enseñanza republicana y resulta que la rechazan. Para mí ha quedado evidente este sesgo en las revueltas más graves de 2005”, me dijo el fundador de Euronews.
González que, en su momento, destacó como corresponsal de RTVE en París, recordó que en los episodios de 2005 muchos inmigrantes sentían un rechazo hacia su propia nacionalidad e identidad francesa a tal punto que “no se sabe qué es lo que quieren”.
“No se aprecian ni valores de izquierda o de derecha. Más bien hacer una contabilidad de sus hazañas quemando vehículos, incendiando edificios, con heridos y hasta muertos. Para luego subir todo eso en las redes sociales; para mí es desolador”, apuntó el también fundador del Canal 24 horas.
Lo más inquietante, procede González, es que luego estas generaciones se refugian en imanes extremistas y así van fomentando todavía ideas más radicales y violentas.
Preocupa igualmente la guerra de desinformación. Yo estoy muy de acuerdo con González de que una forma de destruir a una democracia es a través de la desinformación. “Se trata de un factor nuevo, hay mucha desinformación en estos incidentes como en muchos otros y los que vendrán igualmente. El Real Instituto Elcano recientemente dio unos datos: el 60% de la desinformación que padecemos viene de granjas de inteligencia artificial rusa y china. Y lo que pretenden es destruir la democracia”.
A juicio de González, no hay razón para destruir las ciudades con tal fiereza nada justifica tal saña contra el inmobiliario, las vías públicas, los destrozos de los coches particulares; ni siquiera, añade, la acción del gobierno de incrementar la edad de jubilación de 62 a 64 años de edad.
“Y por último quiero destacar un punto que para mí es muy revelador: cuando le cortaron la cabeza al profesor Samuel Paty, en octubre de 2020, en la periferia de París no hubo ninguna revuelta, ni protestas masivas”, recordó con certeza.
Este lamentable acontecimiento sucedió el 16 de octubre de dicho año. Paty era un profesor de secundaria que fue asesinado y decapitado en un acto de terrorismo islamista; su cabeza fue mostrada en Twitter. El asesinato lo cometió un refugiado ruso de 18 años de edad de origen checheno que se había radicalizado. Y no, en efecto, no hubo ríos de personas protestando ni destruyendo todo a su alrededor…
@claudialunapale