El berrinche de Zelenski con la OTAN

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No cabe duda que se ha cumplido mi vaticinio: recién iniciada la invasión de las tropas rusas a Ucrania aventuré que la OTAN terminaría siendo más fuerte que nunca. Y se ha cumplido tras el ingreso de Finlandia como su miembro treinta y uno y próximamente de Suecia, como su socio número treinta y dos.

Y es que, el ingreso de ambos países con su política internacional neutra y más que nada amigable para no contrariar al vecino ruso, rompió un tabú que sepultó el buenismo en aras de cuidar la propia seguridad. ¿Quién garantiza que Rusia no intente apropiarse de todos sus viejos territorios soviéticos?

Los países que antes no querían gastar ni media décima del PIB en defensa ahora están sacudiéndole el polvo a su arsenal militar acumulado y rebasado por los avances tecnológicos.

La invasión rusa de Ucrania ha sido una vitamina para la OTAN: yo no recuerdo en lo personal ser testigo de tal unidad; es verdad que adentro hay países cuyos líderes tienen sus propias concepciones hacia cómo debería ser la ayuda concedida a Ucrania. Por ejemplo, los países de Europa del Este, presionan para que la Alianza Trasatlántica tenga más presencia e implicación en reforzar el flanco oriental de Europa.

La misma Polonia siente pasos en la azotea, así como los pequeños países bálticos que tienen tan cerca a Bielorrusia, el incondicional de Putin y que ahora además albergará parte de sus armas nucleares.

En esta Cumbre de la OTAN en Vilna, la bella ciudad capital de Lituania, nuevamente la Historia se ha hecho presente. No solo Suecia podrá ser miembro gracias a que el presidente turco, Recep Tayipp Erdogan, aceptó levantarle el veto, sino que además nace el Consejo OTAN-Ucrania.

Prácticamente los aliados crean un gran centro de operaciones para desde allí coordinar la ayuda militar, logística, económica para que Ucrania resista ante la invasión.

Lo que queremos, dijo Jens Stoltenberg, cabeza de la OTAN, ante los medios presentes en Vilna es que “Ucrania prevalezca” como país soberano, libre e independiente.

Me ha parecido también muy interesante que Stoltenberg, tras despedirse en mayo pasado de su mandato, aceptase la petición del presidente Biden de quedarse por otro año más para darle continuidad y certeza a los destinos de la Alianza en momentos en que todos necesitan un poco de templanza para tomar decisiones cruciales. Y el noruego ha tenido don de mando y mucha diplomacia para lograr que haya cierto entendimiento necesario entre las posturas de los aliados.

Y también envía un mensaje claro a Rusia porque en determinado momento se llegó a barajar la opción de nombrar al británico Ben Wallace, titular de Defensa o bien al propio general Lloyd Austin, jefe del Pentágono, como sucesores de Stoltenberg. El mensaje para el Kremlin es subliminal: seguirán apoyando a Ucrania, pero nadie quiere una guerra con Rusia.

 

A COLACIÓN

Zelenski se ha dado un baño de masas en Vilna, tras hablar ante una multitud reunida en la Plaza Lukiskiu, que lo coreaba emocionada  mientras hablaba de libertad… del sueño de la libertad europea, de la seguridad y del progreso.

El mandatario ucranio es ya un líder mundial, me asombra ver cómo ha crecido su figura gracias a ese don de gente; no es solo carismático, sino que es un líder nato. Ojala que no terminen asesinándolo y el derrotero de Ucrania sea un polvorín de guerrillas luchando contra el enemigo invasor mientras Putin aplasta a los civiles insurrectos e impone a un gobierno títere.

El tiempo sigue pasando y vamos a otro otoño que está ya a la vuelta de la esquina y eso significa hambre y más sufrimiento para una población que resiste estoica en sus casas dejando a la suerte que una mañana le caiga un misil en el edificio en el que vive.

El presidente ucranio ha llegado a la Cumbre de la OTAN decepcionado porque esperaba ese gran anuncio en el que los aliados aceptaban allanarle el camino a Ucrania para convertirse en su miembro número treinta y tres aunque no hubiese una fecha exacta.  No lo ha conseguido… pero Zelenski es tozudo y la guerra no tiene indicios de terminar pronto porque quiere tener algo con lo que negociar una paz;  y la UE también quiere una negociación en la que Rusia sobre todo no vuelva a invadir a otro país.

Esto del multilateralismo habla también de un proceso de fe, confianza y de respeto a las instituciones, a los tratados y a las leyes. Putin con su invasión los ha ignorado todos. Y la única respuesta ante eso es más armas, más gasto en defensa, buscar que mediante la unidad unos países se protejan entre sí y es que hay miedo… sí lo hay.