No hay sorpresas: Xóchitl Gálvez se confirmó como un fenómeno electoral.
¿Ganará en 2024? Esta por verse. Algunos afirman que no lo logrará. Otros creemos que sí puede hacerlo.
Por lo pronto, a fines de la semana irrumpió definitiva, poderosamente en la vida pública, y arrebató, desplazó al Presidente Andrés Manuel López Obrador de la agenda nacional.
Primero lo echó fuera de San Lázaro al provocar desde la tribuna la huida de diputados y senadores de Morena, PT y Verde, es decir de la mayoría legislativa en un acto que yo no recuerdo. Antes quienes abandonaban el salón de plenos eran las minorías ante la imposibilidad de contener a la mayoría.
En ese evento la hidalguense apabulló a AMLO quien, ya de huida, desde Campeche, acababa de rendir su quinto informe de Gobierno que resultó una copia de sus mañaneras con una serie de repetición de supuestos y abiertas mentiras.
Pero lo importante ocurrió el domingo. Ese día, mientras López Obrador inspeccionaba una vez más su tren en el sureste, en algo que parecía más el pretexto de una evasión, Xóchitl Gálvez recibía del Frente Amplio Opositor -integrado por PAN, PRI y PRD y sociedad civil (a cuyos líderes aplaudieron en vez de abuchearlos)- su constancia como candidata presidencial de la oposición al pie del Ángel de la Independencia y con un paseo de la Reforma atiborrado de miles y miles de simpatizantes que le coreaban aquello de: “Xóchitl ¡presidenta!… Xóchitl ¡presidenta!”.
Desde ahí, sin arremeter contra AMLO ni su cuarta transformación, la senadora Gálvez lo descalificó implícitamente al prometer que se abrirían las puertas de Palacio Nacional cerradas a escuchar y al diálogo, a recibir reclamos desde que llegó el tabasqueño.
Las primeras, las madres buscadoras de hijos desaparecidos una de las cuales se colocó a su izquierda en el templete casi a ras del suelo, apenas de una altura suficiente para verse un poco sobre la gente, pero no inaccesible para la multitud.
Y así reconoció a las clases medias, tan maltratadas y vilipendiadas por esta administración y su Presidente; a madres que luchan por sacar adelante todos los días a sus hijos y procurarles alimento, salud y estudios; a pueblos indígenas, de donde ella misma proviene; a mujeres maltratadas y en riesgo, a estudiantes y médicos y enfermeras, a soldados y marinos tan abandonados ahora; a productores y empresarios.
Tres son las cosas que hará y tres las que no hará, se comprometió:
“… no vamos a seguir dividiendo a México… no vamos a recurrir a la ofensa al insulto y a la descalificación.
“… no vamos a engañar ni manipular a la gente, les diré siempre la verdad: si algo está mal, lo reconoceré; si algo está bien, lo defenderé y si algo no sirve se desechará.
“Soy ingeniera y sé que los problemas no se arreglan con ideología sino con soluciones… mi regla de oro es: cero huevones, nada de ratas
“Quiero un México libre de miedo que provoca el crimen, quiero que ser mujer no sea una desventaja, quiero un mejor México libre de ataduras para quien se esfuerza y se levanta en la mañana no solo a hablar, sino a cambiar, a estar libre de la explotación de un delincuente”.
En una de las pocas alusiones directas respecto de lo que para ella y otros representa la 4T, recordó que AMLO y su alianza electoral “Juntos haremos historia” terminó siendo “una pandilla”, y dividiendo e impulsando el odio entre los mexicanos.
Y recordó:
“Hace apenas unos meses, la oposición estaba desunida y desmoralizada, la pregunta no era si podíamos ganar sino por cuántos puntos nos iban a derrotar… en todos lados decían que no había oposición y hoy es muy distinto, le dimos la vuelta al pesimismo, lo escucho en las calles, me lo dicen en las plazas: juntos recuperaremos México, hoy recuperamos la esperanza…
“Yo acepto con gran orgullo el honor de coordinar los esfuerzos del Frente Amplio por México, la meta es muy clara: vamos a abrir las puertas de Palacio Nacional…
“Esas puertas que cerraron con la mentira, con odio, para todos quienes no piensan como ellos; pero los ciudadanos vamos a volver a abrir esa puerta, la abriremos con la verdad, con la esperanza, porque la esperanza ya cambió de manos…
“Este momento, tan importante, no es obra de una, dos o tres personas… llegamos aquí con el apoyo de más de dos millones de ciudadanos… sin espectaculares ni acarreos, nosotros llegamos aquí con corazón, con amor, esto no se puede comprar, esto no tiene precio, gracias a todas las personas que dieron su firma de corazón gracias, gracias”, indicó.
Reconoció a los partidos que la apoyaron, y a sus dirigentes Marko Cortes del PAN; a Alejandro Alito Moreno del PRI y a Jesús Zanbrano del PRD.
Y a todos los dirigentes locales, y a los militantes de los 3 partidos del frente que sin su apoyo no habría llegado ayer a obtener esta candidatura.
Quedan en esta experiencia, dijo, 2 meses de recorridos por México en que “lo que vi fue mucho dolor y mucha esperanza, la esperanza… vamos a hacer realidad esa esperanza con la victoria… a cambiar de raíz lo que está pasando en México, a corregir el rumbo… pero para ello tenemos que ganar las elecciones de 2024, la presidencial y la del Congreso de la Unión, las gubernaturas, los congresos estatales y las alcaldías en juego… ¡ah! la buena noticia es que hoy con el Frente Amplio por México lograr la victoria es posible, la oposición sí puede llevarse la victoria en 2024”, subrayó y concluyo.
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