La lista de candidatos a diputados por la alianza PRI-PAN-PRD-Coparmex ha comenzado a mostrar sus intenciones: reposicionar una bancada aliancista para quitarle la mayoría absoluta y calificada a Morena, frenar la segunda generación de contrarreformas antineoliberales y restaurar las reformas aprobadas por la alianza PAN-PRI-PRD-empresarios del Pacto por México de 2012-2014.
Los principales operadores del proyecto de Pacto por México de Peña Nieto en diciembre de 2012 son los ahora arquitectos de la alianza PAN-PRI-PRD-Coparmex: el priísta José Murat Casab y los perredistas Jesús Ortega y Jesús Zambrano. De los panistas que aprobaron el Pacto fueron Gustavo Madero como presidente y Ricardo Anaya Cortés como presidente de la Cámara 2013-2014 y por tanto director de las aprobaciones de las reformas y luego coordinador parlamentario en 2015.
Por el PRI destaca la fuerza política de José Murat Casab para poner ahora candidatos a diputados, entre ellos a otro de sus hijos. En diciembre de 2012 Murat fue el encargado de convencer a los Chuchos Ortega y Zambrano a traicionar el proyecto alternativo del PRD de López Obrador y llegar a acuerdos con Pela Nieto. Zambrano, hoy uno de dos Chuchos que controla al PRD, era presidente del PRD en 2012 y firmó el pacto en la ceremonia protocolaria. La alianza PRD-Peña Nieto en el Pacto fue el detonador de la fundación de Morena.
El actual presidente en funciones del PRI, el exgobernador campechano Alejandro Moreno Cárdenas Alito, fue diputado en la bancada priísta del 2012 y ahí despuntó por su entusiasmo y luego pasó a importante activo del presidente Peña Nieto, quien lo proyectó como la “nueva generación de jóvenes políticos priístas” (varios de ellos en la cárcel o perseguidos por la justicia acusados de corrupción) y lo hizo gobernador de Campeche en 2015. El voto de calidad de Peña Nieto desde la semiclandestinidad política hizo a Alito presidente del PRI en agosto de 2019. Hoy Alito se agandalló para si una candidatura plurinominal en primer sitio.
La campaña presidencial y decisiones centrales en Palacio Nacional de López Obrador han sido para desmontar los acuerdos del Pacto por México, desde la óptica lopezobradorista de que privatizaron la economía y afectaron el nivel de vida de los mexicanos por cederles los precios y trifas a las utilidades empresariales. La disputa eléctrica actual se da en torno a la reforma peñista del Pacto por México para profundizar la privatización de la electricidad. Aún con la oposición de la Suprema Corte y con las amenazas estadunidenses de invocar el Tratado, la reforma lopezobradorista a la reforma peñista en electricidad es el centro de la disputa por las definiciones de gobierno.
Los primeros datos que preocupan a la alianza PRI-PAN-PRD-Coparmex fueron reconfirmados por la encuesta de Consulta: aún sin candidatos, Morena lidera la victoria legislativa y la mayoría de las gubernaturas, empujada por la aprobación de López Obrador de 60%. Pero en el fondo hay otro dato que indicaría que la campaña en torno a las reformas del pacto por México beneficiaria a Morena: la falta de una dirección política coalicionista y en el hecho de que Morena sí puede meter el Pacto por México y a Peña Nieto en la campaña y la alianza carece de liderazgo y sólo se va a centrar en el discurso antipopulista aún con la carga histórica de que el populismo fue priísta.
El problema para la alianza PRI-PAN-PRD-Coparmex radica en que la lista de candidatos hasta ahora revelados no garantiza entusiasmo social, revela la presencia de grupos dominantes sin calidad política y el discurso antilopezobradorista sólo va a provocar una cohesión en los morenistas. Aún sin atacar a la oposición, López Obrador ha mostrado ser un hábil comunicador para hacer campañas políticas en sus conferencias de prensa y la lista de priistas, empresarios y panistas corruptos no ha terminado de desahogarse.
Asimismo, la campaña contra el Pacto por México tiene a su favor el hecho de que las promesas de bienestar del gobierno de Peña Nieto y sus aliados con las reformas aprobadas fueron incumplidas y que la abrumadora mayoría de votantes no va a las urnas con motivaciones de proyectos, sino animados o desanimados por discursos. En los hechos, las reformas del Pacto por México en nada beneficiaron a la sociedad y sí produjeron fortunas vinculadas a la corrupción.
Política para dummies: La política electoral se gana en estructuras, no con discursos.
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