Los demonios de la guerra

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Con centenares de tanques apostados a lo largo de la Franja de Gaza listos para la invasión y el asalto, el presidente Biden ha intentado en un viaje infructuoso a Tel Aviv (que ha durado siete horas), parar una invasión.

“Israel tiene todo el derecho a defenderse y nosotros estaremos siempre de su lado. Pero quiero decirles que no se dejen consumir por la ira contra Hamás, y sobre todo, que no cometan los mismos errores que Estados Unidos ha cometido tras el 11 de septiembre… mientras buscábamos justicia también cometimos errores”, indicó Biden en rueda de prensa en Tel Aviv.

El mandatario norteamericano anunció 100 millones de dólares de apoyo a Gaza y Cisjordania y cerró su visita con el adelanto de que pedirá al Congreso una ayuda “sin precedentes” para los hebreos.

Mientras Biden retornaba a su país,  el Pentágono informó que un buque de la marina norteamericana ubicado en el mar Rojo derribó  tres misiles y varios drones que habrían sido lanzados desde Yemen, al parecer por militantes hutíes.

En consecuencia, el mandatario estadounidense  ordenó desde el avión presidencial que el Pentágono enviase a Israel varios interceptores Iron Dome  y más escudos antimisiles y a petición del dignatario, el general Lloyd Austin, secretario de Defensa, llamó al presidente de Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohammed bin Zayed y también al emir de Catar, el jeque Tamim  así como a los ministros de Defensa de Arabia Saudita e Israel.

Si bien Biden consiguió que Israel permita que Egipto abra el puesto de control de Rafah para que entre la ayuda humanitaria, Netanyahu puntualizó que los palestinos no tendrán nada de Israel, ningún suministro, ni ninguna ayuda.

Respecto de la liberación de rehenes, el premier israelí dijo que la lucha será larga pero que no descansarán hasta traer de vuelta a las personas secuestradas por Hamás.

Y mientras el ejército israelí se prepara para el asalto, hasta Tel Aviv siguen viajando diversos líderes: lo hizo Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea; el primer ministro de Alemania, Olaf Scholz y tras marcharse Biden, arribó su homólogo británico, Rishi Sunak. Han ido para arropar a Netanyahu.

A los palestinos de Gaza los arropa la gente del mundo que han salido en masa a protestar a las principales capitales exigiendo la liberación de  Palestina; que se detenga la masacre contra los palestinos e incluso se juzgue a Netanyahu por crímenes de guerra.

 

A COLACIÓN

No son pocos los enfrentamientos, ni los roces diplomáticos: en España, la ministra de Igualdad, Ione Belarre, miembro del gobierno de coalición del presidente en funciones, el socialista Pedro Sánchez, sigue criticando abiertamente “la política genocida” de Israel y pide que Sánchez reconozca el Estado Palestino.

A su vez, en Medio Oriente sube la tensión. Así  Jordania advierte que terminará desatándose una guerra en la región y Egipto, su presidente  Abdelfatah El-Sisi, descartó acoger a dos millones de palestinos que Netanyahu intenta echar de su tierra y de sus hogares.  “No podemos abrir la frontera, terminarán colándose muchos yihadistas”, indicó preocupado.

Desde Jerusalén, Fleur Hassan-Nahoum, su vicealcaldesa puntualiza que detrás de los ataques terroristas está la mano de Irán: “Ellos tienen un régimen fundamentalista e intentan que en la región no haya paz, nosotros desde los Acuerdos de Abraham hemos establecido nexos diplomáticos con varios países y estábamos en ruta de hacerlo con Arabia Saudita… pero Irán quiere boicotearlo. Porque unos queremos vivir en paz, en democracia y en libertad pero ellos bajo el fundamentalismo más extremo”.

En un principio, desde Exteriores de Irán, negaron cualquier vinculación con los atentados terroristas del 7 de octubre, pero con el  paso de los días, el presidente de Irán, Ebrahim Raisi, advirtió a Netanyahu que están cometiendo una doble injusticia contra Gaza e incluso ha llamado a los países árabes a realizar un boicot energético y establecer sanciones a la economía hebrea.

“Lo que está pasando en Gaza y al oprimido pueblo de Palestina es una afrenta a la civilización, la libertad y los derechos humanos; es un genocidio por eso estoy seguro, que  la sangre de los oprimidos mártires palestinos destruirá el actual orden mundial y creará un sistema justo en el mundo. Con cada gota de sangre que vierten los palestinos, el régimen sionista avanza un paso hacia el colapso”, advirtió.

Para pesar de la Humanidad, vamos a otro escenario de guerra incierto. El problema es que se abre la Caja de Pandora y empiezan a salir todos los demonios… volverlos a meter adentro cuesta mucho trabajo… y vidas.

@claudialunapale