Cierre de Gálvez. Vileza y patrañas en su discurso 

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El domingo 14 de enero no solo en Guatemala hubo marrullerías deleznables. Un ejemplo estupendo nos lo dio Xóchitl Gálvez al cerrar su precampaña en la Arena Ciudad de México. Fue lo normal en una pésima candidata de una pésima opción.

 

La candidata opositora ofreció otra perorata. Una vez más. Lo usual, el sello de la casa, lo esperado y refrendó ser una pésima candidata y con creces, visto lo visto en esa ocasión. Otra vez, fue haciendo gala de su arsenal de insultos al presidente, reclamando respeto, ella, la que llamó pendejos a los mexicanos careciendo del derecho a hacerlo y lanzando un ¡basta! al presidente que no casa con el que no espeta a sí misma con sus frivolidades y su carencia bochornosa de proyecto de país, como no sea el que le escriba su padrino, el Señor X,  porque no es que decepcionara, es que nos recordó que si no es con teleprónter no sabría ni hablar y otra vez mandó el irrefutable mensaje de su incapacidad y nos recordó de manera palmaria que la última vez que un candidato usó teleprónter para ocultar sus evidentes carencias discursivas –que implican no conectar cabeza con boca– fue el priista Peña Nieto y así nos fue de mal. Sí, no es casual que votar Xóchitl Gálvez sea votar PRI ¡otra vez! pues es su candidata y apoyarla sería tener la desgraciada oportunidad de ver de regreso al PRI. Ese es el alto riesgo que supone votar a Gálvez. Traer de regreso al putrefacto PRI que la apoya y a su vez ella apoyándose en un teleprónter.

 

En cuanto a su discurso, carente de propuestas, carente de sensatez, ya no digamos de objetividad, la candidata Gálvez de nuevo hizo gala de sus preocupantes y evidenciadoras incoherencias, mentiras e imprecisiones. Algo muy grave aspirando a ser presidenta de la República, porque equivoca diagnósticos y yerra veredictos y sentencias, pese a que se supone que conoce los problemas de este país, pero no. ¿Qué se quiere? es una pésima candidata en la peor de las opciones, cosa que ya sabíamos y lo demostró otra vez.

 

Cuánta vileza, cuánta mentira, cuánto odio destripó, escupió en un hipócrita mensaje la candidata opositora, en vez de formular propuestas. Eso no se le da, lo suyo es el insulto y las ideas huecas. Una perorata otra vez donde la sobada cantaleta era que nadie que ame a México puede agredir como lo ha hecho López, pueda decir tanto en contra de actuar de tantos, cariacontecida ella, la que llamó pendejos a los mexicanos. Carece, pues, de calidad moral para señalar a nadie, ella, que carece del derecho a insultar a ningún mexicano como sí lo ha hecho. Y menos de llamarlos pendejos. ¿Quién se creyó y quién se cree la prianista, como para mal suponer que tuviera semejante derecho?

 

La vileza de la candidata Xóchitl Gálvez, impuesta por el Señor X y apoyada por el PRI que quiere regresar de su mano –que junto con el PAN omitió preguntarle a los ciudadanos si la querían de candidata, obviando las encuestas finales, temerosos de que fuera rechazada por votantes inteligentes que saben que con Xóchitl Gálvez no llegarán a nada asó como va– arropada por el PRI que representa si gana la presidencia por un despiste de los electores desinformados y crédulos, se atrevió con una gran mentira que era previsible sostenerla por todos los opositores a los gobiernos que enfrentaron y afrontaron la pandemia: decir que este gobierno es responsable de 800 mil muertos por su causa.

 

Veamos, Xóchitl Gálvez: si todos no hubiéramos vivido la pandemia, como sí la vivimos, quizás nos tragaríamos tu mentira. Sostener tu mentira es irresponsable, a tono con la frivolidad que define de los pies a la cabeza a Xóchitl Gálvez apoyada por el PRI. Mientras escupe al cielo diciéndola, olvida que, de entrada, si esa cifra fuera cierta enlodaría a los gobiernos panistas, puesto que había estados gobernados por el PAN, cuya inocultable inutilidad como gobiernos panistas estribó en no articular verdaderos planes de contingencia que mejoraran el plan sanitario del gobierno federal que tanto desprecian, porque a la prianista recuérdesele que no lee la Constitución y un día sí y otro también dice tonterías alusivas a la Constitución, porque la desconoce y olvida que la salud pública es competencia de los 3 niveles de gobierno. Y, por lo tanto, estados y municipios son corresponsables. Si le parece que 300 mil muertos no son la cifra exacta de muertos por COVID-19, que no olvide, y sus alcahuetes y simpatizantes con ella, que esas cifras “bajas” las reportaban estados y municipios panistas al gobierno de la República, que se limitaba a reproducirlas. Les convenía decir que en sus entidades no morían muchos bajo el PAN. ¡Ja!

¿Qué las cifras están mal? hay que voltear hacia municipios y estados panistas a preguntarnos ¿qué onda con tus cifras reportadas al gobierno federal? No nos vayan a responder los panistas que son transparentes, que para transparencias ya vimos sus pactos panistas mafiosos con el PRI en Coahuila. Marko Cortés derrapando todos los días exhibiéndose por sí mismo tratando de salvar el pellejo con el desatino que lo caracteriza.

 

Pues bien, si no hubiéramos vivido la pandemia, la Gálvez sabría que el excedente de muerte de 2020 está catalogado muchas veces como neumonía atípica porque quienes levantaban el acta no tenían elementos médico-científicos para llamarla de otra forma. Fue solo después y aplicable de ahí para adelante, que hubo elementos para llamarlo COVID-19, cosa no retroactiva. Les guste o no, les fastidie o no.  La ciencia no miente, aunque la prianista Xóchitl Gálvez, sí o es que simplemente haga gala de ignorancia o vaya repitiendo las cosas, de oídas o, de plano, de mala fe. La ciencia es ciencia, es científica, aunque la oscurantista Xóchitl Gálvez no sea científica y desprecie las evidencias científicas y no le agrade hablar con la verdad. Peor para ella. ¿Se sigue asesorando como otros sabiendo solo de la “doctora Muelitas”? Sí, esa señora dentista venida a más, metida a epidemióloga, que los opositores a Morena, medios incluidos y ¡vaya que sí! tomaban cómo mesías, cómo especialista que no era y le daban micrófonos todo el tiempo usándola cómo su fuente de información. ¿O lo fue la Universidad Jenkins? Peor nos la pone. La de EEUU, país que con su millón de muertos por negligente y antivacunas, no es la mejor referencia para la manera de tratar la pandemia, como nadie lo fue, que se actuó con lo que se sabía y había, que era poco y la Gálvez si hablara con la verdad, no lo brincaría de reconocerlo.

 

Así que es muy miserable Gálvez cargándole muertos al gobierno mexicano, el de vacunaciones masivas libres que todos vimos y pudimos acudir a ellas a pie y en auto. El  gobierno del ‘quédate en casa’, el que buscó vacunas por doquier y las consiguió y estableció una logística increíble que todos vimos para acercar el medicamento a los más. Medicamento puesto bajo libertad. Lo dicho: si no hubiéramos vivido la pandemia, le compraríamos sus chifladuras a la prianista Xóchitl Gálvez. Gálvez, mientes, dígase con todas sus letras y fuerzas, ya que quieres hacer de la pandemia una banderita política. Usarla así es de una ruindad y una miserable condición que solo cabe en ti y tus partidos.

 

Como la vivimos esa pandemia, sus palabras son insultantes a la inteligencia de los mexicanos. Este punto importa, conociendo opositores que se la pasaron en las calles, en reuniones mientras el gobierno les pedía quedarse en casa. De paseo, en la chunga y escribiendo en redes “que mal manejada está la pandemia”. No, pues sí. ellos, irresponsables, eran el vivo ejemplo de que cuando no se quiere entender, no hay manera. Respuesta a sus quejumbres: hay que tener cara y ser tan incongruentes, sordos y ciegos para expresarse así. Nula calidad moral para cuestionar nada, justo como le sucede a Gálvez.

 

El discurso facilón y mediocre de Gálvez, plagado de odio, se fue a lo que expresamos en entregas recientes: atacar a López en vez de proponer. Nada avala que sus ataques generen voto contra Morena. Nada avala ni sugiere que ella, en cambio, esté haciendo propuestas como ya debería. La Gálvez se calló que la apoya el putrefacto PRI echado en 2000 y en 2018 con tanto esfuerzo, y que ella representa su regreso. Y Recuérdese que cuando el PRI gana, México pierde y ahí está el corrupto gobierno Peña por muestra.

 

Total, un discurso tramposo, maniqueo, de generalizaciones vanas, apostando al humo, a la esperanza, cuando se esperaría de la Gálvez qué si fuera mejor que su contrincante, hubiera dejado claro, aterrizado, propuestas puntuales y nos vaguedades que apenas trazó. Sí, es una candidata inflada de nulos aportes. Imposible darle el voto. Por cierto, leyó en el teleprónter –esta vez tenía varios porque no fuera a ser que le sucediera lo mismo que en el monumento a la Revolución, donde al apagársele, se perdió en la perorata, justo como le sucedía a Peña Nieto (es que son tan, pero tan parecidos)– gritó faceta cual posesa, que el presidente saque a los gobernadores morenistas de la elección. ¡Uy!  casualmente se cayó y no exigió debiendo, que sus afines también se salgan. Ello lleva a recordarnos que Gálvez viene con mucho dinero opositor a López detrás del aparato de estados y municipios de los partidos que la apoyan, metiendo las manos también y a ellos no les pidió salirse ¿Así, o más incongruente? Merece perder la elección.