La verdad es que de la nada, en el marco de una anunciada renovación de imagen a finales del año anterior –normal, de rutina en apariencia– el lunes 8 de enero a la de sin susto, el espacio informativo de Canal 11 cambió sin previo aviso. A los televidentes nos han dejado colgados esperando al equipo que de manera elocuente había conducido el informativo de las 9 de la noche, que era un adecuado resumen para un noticiario nocturno que pretende cerrar el día. Eso significaba hasta entonces, bastante información propia de todo noticiario serio. Hecho pensando en los televidentes y proveyéndoles de información importante, variada y no menos oportuna al cierre de la jornada.
Se le ha sustituido al equipo de mujeres periodistas cuya eficacia, agilidad y presencia las distinguía y venían desempeñándose tan atinadamente, por un par de rostros sin voz, cuadrados, pasmados, sin carisma y acartonados hasta más no poder. Parece ahora un programa del siglo XX y sin el dinamismo que un horario nocturno reclama y el equipo reemplazado sí había conseguido.
No, no es aceptable como televidente que se reemplace un noticiario por un programa de análisis sin más, que no es un noticiario como dice serlo. Es el punto de partida más burdo para conseguir que el público se aleje.
Las primeras semanas pretendieron imponer un estilo fatal de dar 3 notitas medianamente “explicadas”, para luego tomarse media hora entrevistando a funcionarios del gobierno para que contaran su verdad y sanseacabó. Todo local, ni una visión del mundo. Han ido cediendo, incorporando más notas, incluidas las internacionales. Para eso, no haber quitado de ese horario al equipo anterior y, acaso, dejarle a este par de conductores otro espacio para hacer sus análisis y sus contextos, que es lo que han ofrecido. Nadie dice que no sea positivo hacerlo, peor no así y en ese horario.
Quienes tomaron la decisión de imponerlos, amén de dotarlos del horario y la mayor continuidad de medios posibles para tratar de apuntalarlos a la fuerza, han revuelto el concepto de noticiario con programa de análisis, que caben perfectamente bien diferenciados y mejor por separado. Si son tan buenos en lo segundo los actuales conductores, haberles destinado su horario propio. Canal 11 tiene muchos horarios muertos entre repeticiones y películas mexicanas viejas. Era cosa de repensar ya los tiempos. Muchas televisoras destinan los sábados por la noche o los domingos por la mañana desde hace décadas, al análisis político y les ha funcionado de maravilla.
Por principio de cuentas, una máxima sentencia dice ¿para qué cambiar a lo que funciona? Como televisora pública que es Canal 11 no demostró que los índices de audiencia del noticiario nocturno ameritaran cancelarlo para sorrajarle al público, de la nada, un programa lento, soso, aburrido y soporífero con el que recetan desde entonces de 9 a 10 de la noche y solo de lunes a viernes, faltaba más. En segundo lugar, lanzado el nuevo programa llamado Punto de referencia, sin valorar al público. Eso ya es per se una majadería de la televisora. De la nada sin avisos de un cambio profundo. Tercera, al equipo de noticieros se les dejó en las ediciones matinal y vespertina con públicos muy diferentes, no entendiéndose el por qué sacarlos del horario nocturno de características distintas.
Si Canal 11 quería a fuerzas introducir ese nuevo programa, obtiene el rechazo de esta columna. Mucha inclusión del IPN, pero no parece muy dispuesto a respetar el derecho de las audiencias, imponiendo una fórmula equivocada tomando decisiones improvisadas.
El mentado programa Punto de referencia, se antecede de una decisión que lo coloca en igual en el canal 14 al mismo tiempo, pareciendo necesario y muy urgente posicionarlo a como diera lugar. ¿En serio con Nájar y Alzaga al frente? Él tan gris y una vocecilla inaudible, ella apanicada y sin carisma ante la cámara. Nájar dice en una entrevista en Operación Mamut (hasta por ahí quisieron meterlo) que era necesario dar contexto, no hacerle el juego a medios opositores, informar…pues…¿eso no hacía el equipo de las 9 de la noche que transmitió hasta el viernes 5 de enero? no se entienden sus palabras. ¿Quería Canal 11 un programa de análisis y contexto? Ya podrían quitar las repeticiones de Cristina Pacheco y dejarla descansar en paz, o ese infumable Primer Plano que hace lustros dejó de ser un espacio certero de análisis para ser bravuconada opositora o las soporíferas emisiones de las 10 de la noche entre martes y jueves que no sabemos si de verdad se ven.
El noticiario de la tarde ahora se come parte de Once Niños, se apretuja, y se ve forzado en un horario al que no corresponde en el contenido que pretende, que quedaba también en la noche. Saraí Campech por años nos cerraba el día con la atinada oferta cultural que parece mentira, no es lo mismo decirla a media tarde que in situ donde se estaba desarrollando la vida cultural nocturna en CDMX y otros lugares.
¿En qué pensaron en Canal 11 al poner ese programa de Punto de referencia? como televidente no lo veo más. Es tan aburrido y sin ritmo ni tono para el necesario espacio nocturno que tiene muy precaria oferta informativa, si es que lo hay con el ánimo de mantener la atención del televidente. Como espacio que ahora va de matraquero solo del gobierno, pierde mucho. Es un error no apostar a la pluralidad y dotarlo de la información de un noticiario que cierra el día, cubriendo como se cubría, deportes, meteorología, noticias internacionales y aun las nacionales, las más. Campea la idea tonta en medios de que un informativo nocturno debe pasarse una hora en tres notas y a una velocidad tan lenta que solo mueve a sueño. Por cierto, a Nájar se le ve desesperado por jalar audiencia. Como siga como va, va derechito al desastre. Por su bien háganle un favor: cámbienlo de horario y restituyan lo que había.
No puede callarse la mala decisión tomada en Canal 11. Allá ellos, matando uno informativo nocturno que era equilibrado y sobre todo, informador. Sí, quisiéramos ver análisis y de quererlos, los buscaríamos en otros horarios no interfiriendo con un programa que, como se indicó al principio, no se sabía que tuviera peros para seguir.
Sí, es punto de referencia de los que uno ha de hacerse en televisión a estas alturas. Uno de bostezos, de equivocada apuesta. Aplica el “apaga y vámonos”. Nada más negativo puede sucederle a un programa de televisión que se lo ha buscado. Yo ya procedí.