Totalmente desvinculados unos de otros, los mexicanos entre sí y sus gobernantes transitamos por un momento de degradación sin precedentes mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador anuncia un recorrido de despedida por el país con grandes mítines de agradecimiento… para él.
Cómo nunca antes en todos los sectores y niveles, en los tres poderes de la Nación, se vive la fractura y la confrontación con graves amenazas para el Sistema Político, Social y Económico y para la gobernabilidad.
Los niveles de inseguridad son en muchas regiones, estados y municipios, aterradores.
Asediado, agredido como nunca antes desde la propia Presidencia de México, el Poder Judicial entró estos días en la confrontación interna al abrirse una indagatoria judicial contra el expresidente de la Suprema Corte, el exministro Arturo Zaldívar, por corrupción y abuso de autoridad, pero sobre todo por ejercer presiones a jueces y ministros al poner bajo supeditación del Poder Ejecutivo al Poder Judicial.
No hay antecedente similar.
El poder Judicial, la Suprema Corte, era el único bastión de la República a salvo.
Aunque minado y ciertamente disminuido por los constantes embates del presidente Andrés Manuel López Obrador, la institución central de ese poder, la Suprema Corte se vio afectada por el entreguismo evidente de Zaldívar y por el escándalo de plagio cometido por la ministra Yasmín Esquivel.
La designación directa a dedo de Lenia Batres, personaje de pena ajena, sin las menores capacidades para ocupar el cargo que ahora tiene en la Corte, forma parte de esta degradación nacional que se suma al saqueo y destrucción impresionante en todos los sentidos cometido contra el país por el propio presidente López Obrador.
No sólo ha despilfarrado fondos y recursos públicos por billones sino que ha realizado por capricho obras sin destino como es el AIFA, el Tren Maya y la Refinería de 2 Bocas y desechado otras como el NAIM, que modificaron gravemente el desarrollo nacional.
Especial tema es el de darle a las cúpulas del Ejército y Armada tareas administrativas, de gobierno, y de construcción, ajenas a sus funciones constitucionales, militarizando así importantes sectores del país en lo que sugiere un intento de inducir a la corrupción de sus mandos y comprar así sus apoyos electorales.
Hay que recordar que al inicio de su mandato, en un encuentro con aliados suyos de La Jornada, dijo que si por él fuera, desaparecería al Ejército.
Quizá a esa intención obedece haberle dado tareas que no eran de su competencia. Los busca desaparecer con una “implosión”. Desde dentro. El objetivo es el mismo.
Y mientras su candidata Claudia Sheinbaum es atada de pies, manos, pensamiento e intenciones por él mismo López Obrador, a través de dictarle su programa electoral de Gobierno vía sus 20 reformas con las que pretende instaurar un nuevo Sistema en México, con Corte e Instituciones electorales supeditadas al ejecutivo, y un Poder judicial sometido a sus dictados para que así cumpla con la continuidad de la llamada 4T, él habla de un supuesto Golpe de Estado en su contra por parte de la oposición.
En este contexto, Andrés Manuel López Obrador dice que el lunes 3 de junio, apenas horas después de las elecciones del domingo 2, iniciará un recorrido del “adiós” y “agradecimiento” por el país.
“Sí (es una gira del adiós) para despedirme y sobre todo para dar gracias, agradecer a la gente por su apoyo, su respaldo, porque siempre hemos contado con su acompañamiento…
“Ya nos vamos a soltar el pelo, porque si quiero que nos reunamos con mucha gente, ver a quienes han sido pues los precursores de este movimiento, los que todavía no se nos han adelantado, quiero verlos y es posible que hagamos actos en plazas.
“Ninguna de las 32 entidades se quedará sin ser visitada, advirtió.
“Me voy a despedir porque pues yo me retiro y nada, Por el afecto, por el cariño, por el amor, vamos a estar recordando y comunicando, no voy a tener red social, no voy a escribir ningún mensaje por tuit, por Facebook, por nada, tampoco voy a poder recibir a compañeras, compañeros, porque si no me convierto en lo que no quiero, no deseo ser líder moral”, apuntó.
SAQUEO DE AFORES Y AMNISTÍA
En una nueva crisis legislativa, Morena y aliados en el Senado y la Cámara de Diputados avanzan para aprobar en sus plenos sus iniciativas para transferirle al presidente Andrés Manuel López Obrador los 40 mil millones de pesos de las Afores no cobradas por los jubilados durante los últimos años, a fin de que los aplique en lo que quiera, y además para otorgarle facultades para que pueda dictar una amnistía a delincuentes que el mandatario considere pueden aportar datos en asuntos judiciales importantes para el Estado… o sea: para él.
En el cuestionado tema de los 40 mil millones de pesos de las Afores, la Comisión de Seguridad Social de la Cámara de Diputados aprobó ayer con 19 votos a favor y 10 en contra crear el Fondo de Pensiones para el Bienestar que tomarán los recursos de Afores de personas mayores de 70 años que ya no estén activas. Ahora, el proyecto pasará al Pleno para ser discutido.
La reforma modifica la ley del IMSS, la ley del ISSSTE, del Infonavit y la Ley de Sistemas de Ahorro para el Retiro. Es un nuevo saqueo al pueblo, indicaron PRI, PAN y PRD.
En cuanto a la amnistía, Ricardo Monreal, de nuevo coordinador de los senadores de Morena, dijo que es necesario otorgarle esa facultad al Presidente para ir a la verdad de las tragedias que han enlutado al país y han generado heridas profundas en la sociedad.
Esta, como otras iniciativas ha generado polémica, sobre todo en el actual momento de polarización propio de los procesos electorales y de renovación de los Poderes de la Unión, reconoció el zacatecano.
“Pero soy un legislador que cree que México debe cicatrizar sus heridas, debe conocer la verdad y que castigar a los responsables de problemas que han dañado al país”, justificó.
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