Martín-Miguel Rubio Esteban
Francisco de Cascales ( 1564-1642 ). Alférez, historiador y crítico literario. Cascales peleó con gran valor en Flandes y viajó por Francia y el sur de Italia antes de establecerse como historiador oficial de Murcia y profesor de gramática y retórica. Su larga estancia en Flandes como soldado le puso en contacto con los mejores humanistas de su época, de los que en sus Cartas Filológicas habla con admiración. Como historiador publicó en 1598 Discurso de la ciudad de Cartagena, y en 1621 Discursos históricos de la ciudad de Murcia. Como crítico y soldado humanista de extraordinaria cultura obtuvo el reconocimiento de Saavedra Fajardo y Carrillo y Sotomayor. Dejó inconclusa una Epopeya del Cid. Su diálogo Tablas poéticas y la antología Florilegium artis versificatione (1639) quedaron ensombrecidas, a pesar de su gran valor filológico, por las Cartas filológicas ( 1639 ), estudio erudito donde ataca a Góngora y, sobre todo, a sus seguidores que sin el genio del maestro caen en la aberración. Su cadáver fue enterrado en la Iglesia de Santo Domingo de Murcia, siendo colocada una lápida conmemorativa en su sepultura por iniciativa del conde de Roche el 22 de diciembre de 1902. Cascales ha sido incluido en el Catálogo de Autoridades de la Academia.
Guillén de Castro y Bellvís ( 1559-1631 ). Capitán de guardacostas y miembro fundador de la Academia de los Nocturnos, con el nombre de “Secreto”. Respecto a su función como capitán de guardacastas recordemos que Ron Chernow afirma que el servicio de guardacostas que creó Alexander Hamilton en los recién nacidos EEUU se inspiró en la organización del español. En el marco del objetivo de guardar las costas españolas contra el turco y la piratería Guillén de Castro fue capitán de caballería. Posteriormente sirvió como militar al conde de Benavente en Nápoles. En 1623 fue nombrado caballero de la Orden de Santiago, gracias a su amistad con el duque de Osuna y el conde-duque de Olivares. Su aportación más significativa fue la adaptación del tema del Romancero al teatro del Siglo de Oro, que llegó a su cima en Las Mocedades del Cid, obra en dos partes publicada por primera vez en 1618. Esta obra sirvió a Corneille para su Cid, sin duda inferior al del español. Siguiendo el mismo tema escribió Las hazañas del Cid, una magnífica epopeya y una vibrante exaltación de los sentimientos del honor y del patriotismo, ante cuya representación debieran conmoverse todos los corazones españoles. Son también adaptaciones El conde de Irlos y El conde Alarcos, temas de la épica y de la novela caballeresca. Se cree que Los mal casados de Valencia, una de sus comedias de capa y espada, es en parte autobiográfica, y que en ella recuerda ciertos aspectos de su desafortunado primer matrimonio. El Narciso en su opinión, al parecer tuvo influencia en El lindo don Diego, de Moreto. Entre sus obras de corte histórico figuran Pagar en propia moneda, La humildad soberbia, La justicia en la piedad y El amor constante. Adaptó con gran gusto tres novelitas de Cervantes para el teatro: Don Quijote de La Mancha, centrado en el episodio de Cardenio y Lucinda, El curioso impertinente y La fuerza de la sangre. También escribió obras de tema mitológico: Progne y Filomena y Los amores de Dido y Eneas. La ópera de Henry Purcell se funda en el texto precisamente de Guillén de Castro. Su obra Ingratitud por amor ha llegado a conquistar Brodway. Castro figura en el Catálogo de Autoridades de la Academia Española. El mismo Lope dijo de él: “Piden sus versos oro y bronce eterno”.
Vicente Martínez de Espinel ( 1550-1624 ). Soldado, poeta, novelista y músico. Estudió en Salamanca y después viajó por toda España e Italia sirviendo como segundo capitán con Alejandro Farnesio, sucesor de Don Juan de Austria. Presenció y participó en el cerco de Maastricht (1579). Desde la rendida fortaleza de Bravante, Espinel acompañó al príncipe de Gonzaga a Milán, en donde residió aproximadamente tres años. La permanencia de Espinel en Italia fue muy provechosa, pues pudo allí perfeccionar sus facultades poéticas y musicales. Fue apresado en la isla de Cabrera por piratas africanos y estuvo un tiempo como prisionero en Argel; sirviendo durante meses como galeote “amarrado al duro banco” fue finalmente liberado por Marcelo Doria al apresar éste el galeón corsario. Estos episodios autobiográficos aparecen en su gran novela Vida del Escudero Marcos de Obregón. Fue conocido entre sus contemporáneos por habérsele atribuido la invención de la décima ( llamada “espinela” en su honor ) y por haber añadido la quinta cuerda a la guitarra. Cervantes lo llamaba amigo, y Lope de Vega, maestro. El invierno de 1623/1624 fue el más duro que España conoció en el siglo XVII, y de aquellos fríos enfermó, volviendo su alma al Creador. A los distintos capítulos de su magnífico Marcos de Obregón los llama “descansos”. Nuestro soldado tenía una idea muy negativa de la política: “Vuesa merced sabe poco de palacio, que aquí el doblez y la ficción están en su lugar; no hay verdad, sino lisonja, argentería falsa y mentira, y el que no la trata no puede valer en palacio”.
Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés ( 1479-1557 ). Soldado y cronista. Tomó parte en la reconquista de Granada y luchó en Italia con Gonzalo de Córdoba. Hizo viajes al Nuevo Mundo en 1514, 1520, 1526, 1532, 1536 y 1549. El difuso relato de sus impresiones es de gran importancia por las observaciones etnológicas y topográficas. Sus actitudes eurocéntricas y militaristas fueron criticadas por el humanitario fray Bartolomé de Las Casas, quien tuvo especial cuidado en indicar en sus obras los numerosos errores de hecho e interpretación que había cometido Fernández de Oviedo. No obstante, es justo decir que la visión que de la conquista tenía Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés fue defendida por Ginés de Sepúlveda, el antagonista de Las Casas, en su Democrates alter, que aunque hoy pueda no ser políticamente correcto leer, esta obra también expone “razones fuertes” para la conquista en favor del indio. Su Sumario de la natural y general istoria de las Indias ( 1526 ) fue seguida por la más amplia Historia general y natural de las Indias, islas y tierra firme del mar océano (1537). Dejó inacabadas e inéditas las “Batallas y quinquagenas”. Se trata de una serie de diálogos sobre familias y sucesos de España bajo el reinado de los Reyes Católicos y Carlos V. Sus Quinquagenas de la nobleza de España son una desordenada compilación de hechos y personalidades de la corte española. Se le atribuyen generalmente dos obras más: las Reglas de la vida espiritual y secreta teología ( 1549 ), una obra pseudomística que concuerda mal con los que sabemos de su vida y carácter y que, de cualquier manera es una traducción del italiano, y, finalmente, la obra de caballería, Libro del muy esforzado e invencible caballero de la Fortuna propiamente llamado con Claribalte (1519).
Hernán Cortés ( 1485-1547 ). Militar conquistador de Méjico. Estudió Humanidades en Salamanca siendo un buen latinista. Modeló su espléndido estilo literario en la lectura y traducción de Julio César, modelo que siempre han seguido los grandes historiadores militares, como, por ejemplo, Rommel o De Gaulle. Llegó a la isla La Española en 1504. Pasó a Cuba en 1511 y fue comisionado para emprender la exploración de Méjico en 1519. Sin embargo, no llevaba permiso de conquista, por lo que se apresuró a fundar la villa de Veracruz. Pasó por Tlaxcala y Cholula engrosando sus filas con tribus descontentas con los aztecas. En 1520 llegó a la ciudad de Méjico, pero debió volver sobre sus pasos para hacer frente a Narváez, quien venía a quitarle el mando. Después de derrotarlo volvió a la ciudad de Méjico, donde fue derrotado a su vez. Buscó refugio en Tlaxcala y marchó de nuevo contra la ciudad, a la que puso sitio el 20 de mayo de 1521.
Las pugnas internas de los caciques y otras circunstancias lo convirtieron en vencedor. El 15 de octubre de 1522 recibió la carta del emperador que lo confirmaba como conquistador de Méjico y merecedor, por tanto, de una serie de posesiones, cargos y dinero. Después de una expedición por tierras de Guatemala y Honduras comenzada en 1524, volvió a España en 1528. En 1530 regresó a Méjico, después de haber probado su inocencia en los cargos que le había hecho la Audiencia, pero en 1540 volvió a España, donde murió. Cortés fue el primer cronista de su hazaña, en unos informes oficiales que envió al emperador para darle cuenta de ella. Conocemos cinco de esos reportes, escritos en epístolas: la primera se encuentra perdida, y ha sido sustituida, en las ediciones de las Cartas de relación, por un informe fechado el 10 de julio de 1519 por el regente de la Villa Rica de la Vera Cruz, que cuenta la llegada de los conquistadores a Méjico y la cantidad de oro, joyas, plata y piedras preciosas que hallaron. La segunda carta lleva fecha de 30 de octubre de 1520 y fue publicada por primera vez en Sevilla en 1522. Cuenta cómo Cortés y sus hombres entraron al interior del país y cuáles fueron sus principales hazañas. En esta carta se cuenta dramáticamente la derrota española de “La noche triste”, cuando más de quinientos españoles murieron y varias decenas fueron aprehendidos para ser sacrificados a los dioses, y luego en parte comidos.
La Carta III ( 15 de mayo de 1522 ) tiene un subtítulo: “de las cosas sucedidas y muy dignas de admiración en la conquista y recuperación de Temixtitán”. La Cuarta Carta fue enviada por Cortés el 15 de octubre de 1524. En ella habla de la traición de Diego Velázquez, gobernador de la isla de Cuba y su rival como gobernador de Méjico, ya que Cortés tenía que haber hecho todas sus conquistas en nombre de Velázquez – por ser su subordinado – y no en nombre propio. Pide al emperador en esta carta que le reconozca como gobernador y capitán general de Méjico, y le pide más hombres para poblar el país. La Quinta Carta ( del 3 de septiembre de 1526 ) no fue publicada en su tiempo, pues hasta el siglo XIX no se descubrió su existencia – junto con la primera carta – en la Biblioteca Imperial de Viena. En ella describe la traición que le hizo Cristóbal de Olid, a quien había enviado a conquistar lo que hoy es Honduras. Cortés tenía muchos enemigos en la corte que murmuraban de él, acusándolo de ser el asesino de su esposa y de Juan de Garay, y de haber ocultado gran parte del botín y no haberlo dado al emperador, como correspondía.
Fue entonces llamado a España, pero aunque salió inocente del juicio no fue nombrado virrey de Nueva España, como había pedido. Como general tomó parte en la desastrosa expedición enviada por Carlos V contra Argel en 1541, y se retiró a continuación a Castilleja de la Cuesta, cerca de Sevilla, donde murió el 2 de diciembre de 1547, a los setenta y dos años de edad. Poco antes de morir, cansado de que en la Corte no se recordaran de sus servicios, paró un día en plena calle la litera del emperador. “¿Quién sois?”, le preguntó el César Carlos V, a lo que replicó Hernán Cortés: “Soy un hombre que ha dado a Vuestra Majestad más provincias que ciudades os dejaron vuestros abuelos”. Su estilo literario es claro y a menudo lacónico, como corresponde al estilo ático que abrazan todos los grandes generales escritores desde Julio César. Destaca su gran cualidad de narrador en las escenas en las que describe el mundo nuevo que se muestra ante sus ojos. En parte, el entusiasmo puede ser retórico, para enaltecer su conquista, pero en parte debe haber sido auténtico, pues nos transmite su asombro con gran vivacidad. Sus Cartas de relación fueron muy populares en Europa. Poco después de su publicación en español fueron vertidas al latín y al italiano. Lorenzana las publicó en Méjico en el siglo XVIII y fueron entonces traducidas al francés. La colección completa se publicó por primera vez en Madrid en 1852, y se reeditaron en 1960.
Publicado originalmente en elimparcial.es