Cada administración de gobierno tiene una forma peculiar de gobernar, que lo
caracteriza para la posteridad.
La administración del presidente Gustavo Díaz Ordaz se caracterizó por la
creación de empresas públicas y políticas populistas. Esta administración
comenzó a ver el esbozo del modelo neoliberal en el mundo, pero no alcanzó a
prosperar su inclusión en nuestro país.
Mientras que las administraciones de José López Portillo y Miguel de la Madrid
fueron etapas de crisis. En el primero, con la nacionalización de la banca, mientras
que con el segundo, crisis tras crisis económica.
Curiosamente fue en la administración de Miguel de la Madrid cuando se
institucionalizó la presentación del Plan Nacional de Desarrollo y la creación del
concepto y las políticas públicas de seguridad nacional, la cual, fue absorbida por
completo por las Fuerzas Armadas.
En la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari hubo un intento por
impulsar al país al primer mundo, con la firma del Tratado de Libre Comercio, pero
el retroceso democrático al que el país había estado sujeto y las políticas sociales,
provocaron el estallido de la insurgencia en Chiapas.
Además, se creó el Instituto Federal Electoral, se adelgazó la estructura
burocrática y la oposición comenzó a ganar terreno en el ámbito político, cuando el
PAN ganó su primera gubernatura en el país.
Al presidente Ernesto Zedillo le tocaron tiempos difíciles con la crisis de 1994, pero
el sistema político mexicano ya estaba en decadencia, con un modelo político
agotado y explotado en los últimos 60 años, el hilo se rompió por lo más delgado y
el PRI no tuvo más remedio que entregar el poder en el 2000.
Las esperanzas de cambio político, económico y social llegaron con Vicente Fox
Quesada, pero poco a poco la desilusión salió a relucir, por las impericias de una
administración mediocre y torpe.
Luego vino la administración del presidente Felipe Calderón Hinojosa, en donde el
sello de la casa fue el aumento desproporcionado de la inseguridad, el desgaste
de las Fuerzas Armadas.
La característica del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto fue la corrupción
y la continuación de la inseguridad, en el que la primera no ha sido castigada y la
segunda continua su permanencia sin poder ser erradicada.
Hoy la administración del presidente López Obrador ha intentado moralizar un país
dominado por un sistema político viciado, en donde creció y se forjó; en el que la
4T difícilmente podrá alcanzas sus propósitos en un sexenio y cuyo principal
impulsor se dedica la mayor parte del tiempo a desprestigiar o descalificar a sus
críticos, justo en medio de una de las peores crisis sociales, económicas y de
seguridad, con escándalos de corrupción que ponen a prueba el talante de la
transformación.
*Es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de México
Correo electrónico: [email protected]
Twitter: @racevesj