2 de junio: ¡A votar! 

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En 2024, el Padrón Electoral convoca a 98 millones 329 mil 591 de electores residentes en México. Sume usted la respectiva Lista Nominal de Residentes en el Extranjero integrada por 187 mil 388 electores; y añada la denominada como Lista Nominal de Electores en Prisión Preventiva que incluye a 30 mil 391 más y a 4 mil 2 ciudadanos de la Lista Nominal de Electores de Personas con Voto Anticipado. Están convocados a elegir 20 mil 375 cargos.
Acudir a las urnas es imperioso. El 2 de junio es la ocasión. Es un derecho y es una obligación  cívica. Lo público nos compete a todos. No es ni cosa de exquisitos ni de unos cuántos dizque entendidos, aunque así lo crean y así lo conciban, equivocadamente. No. Es cosa de todos. No ha de ser visto como asunto ajeno a nuestra existencia, ya que lo público rige también nuestro devenir.
Votar es una muestra de involucramiento con la sociedad, con la conciencia colectiva sobre nuestro futuro como personas, como sociedad, como país. Que nadie se inhiba ni se abstenga y que, por el contrario, todos votemos efectivo. Así procede. Apartémonos de elucubraciones y posturas facetas pretendiendo con ellas firngir ser interesantes anulando nuestro voto, por ejemplo. Son mamarrachadas. La democracia es acción efectiva, directa, valiente, expresiva y anular nada expresa. Es el silencio, silencio y no compromiso social. El límite es el respeto democrático a la expresión del otro bajo el imperio de la ley. Y lo adecuado será el voto efectivo. Conque…que cada quien decida.
Llevamos un sexenio atestiguando a iluminados que cuestionaron el resultado de 2018, olvidándose de que fue legítimo y fue legal. Olvidándose del derecho irrenunciable a expresarse en las urnas, libremente, cuestionando a otros mientras callaban tramposamente por quién emitieron su voto. Sabián que era igual o más cuestionable aquello que eligieron. Llevamos un sexenio atestiguando gente violenta con quienes en su derecho, consiguieron el respaldo de 2018. Su conducta es deplorable y la urna ha de encausarla. En democracia nadie repudia a nadie ni nadie pretende imponerse a nadie por la fuerza y el insulto y, menos, de manera violenta. En democracia se aceptan los resultados. Sean los que fueren y mientras se obtengan con la ley en la mano.
La participación colectiva, multitudinaria, permite tres cosas: refleja más fielmente el sentir ciudadano de una manera mucho más auténtica, siendo el voto efectivo como corresponde, el que permite materializar el sentir colectivo. También permite acallar falsos apoyos, revela una fuerza real, un respaldo medible, refleja el sentir de la ciudadanía, mientras más votantes expresan de manera afirmativa su postura, involucrándose en un proceso electoral. Lo ideal, sí, es que los ciudadanos no se limiten a acudir a la urna, pero hacerlo ya es un paso gigantesco en la construcción de la ciudadanía. Y en tercer lugar, es importante y no es cliché: si usted no vota, otros sí lo harán y sus votos y no el suyo, serán los que cuenten en la toma de decisiones. Solo el voto efectivo es el que cuenta en la ley mexicana. La democracia la hacemos todos y nos pertenece a todos. Nadie está en el lado correcto de la Historia, ya que tal no es per se, patrimonio de nadie.
De manera tal que este 2 de junio involúcrese, participe, acuda a emitir su voto efectivo y contribuya a la construcción de México. Nos lo merecemos y es lo procedente. No le quepa la menor duda.