En vez de ASF, AMLO quiere un ‘espejito mágico’

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Con su reacción ante los informes de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el presidente Andrés Manuel López Obrador mete las manos al fuego por quienes han operado las dependencias y los programas donde se detectaron inconsistencias en ele ejercicio fiscal 2019.

Y a riesgo de salir chamuscado en plena época electoral.

El mandatario dice: “Exageran y no sólo eso, están mal sus datos, yo tengo otros datos y se va a informar aquí y ojalá lo hagan ellos, los de la Auditoría Superior de la Federación, porque le están dando mala información a nuestros adversarios, y yo creo que no deben de prestarse a esas campañas”. 

Mal presidente. Quizá sus “otros datos” sean producto del engaño de sus colaboradores para pintarle el mundo ideal que usted concibe como “Cuarta Transformación”, donde en la premisa mayor se ubican la “honestidad” y “cero corrupción”.

¿Ideal o gatopardismo?

Como sea, quedarse con los “datos” de los colaboradores acarrea el riesgo de pasar a la historia como corrupto, y tal vez sus reformas sirvan para convertirse en el primer Presidente de México desaforado y juzgado por los tribunales competentes.

Así que en vez de fustigar a la ASF, debería sentarse con el auditor, David Colmenares Páramo, para que le explique punto por punto donde, por qué y cómo es que existen las “inconsistencias” (por usar la palabra más suave en la escala de corrupción).

Vaya, en algunos casos puede tratarse solamente de falta de papeleo comprobatorio.

Pero si el presidente Andrés Manuel no revisa, no podrá saberlo con exactitud ni podrá corregir el rumbo ante cualquier desvío de recursos. Tampoco podrá meter en cintura a sus colaboradores y colaboradoras; se mantendrá engañado con los otros “datos”.

Un órgano como Auditoría Superior de la Federación es para eso, para escudriñar el ejercicio del presupuesto y detectar inconsistencias, irregularidades, desvíos, para en su caso sean corregidas por las autoridades competentes con la consecuente sanción a quien corresponda.

Sin embargo, pareciera como si el presidente López Obrador en vez de ASF quisiera un espejito mágico para preguntarle todas las mañanas: “Espejito mágico, espejito de oro, dime cuál es el gobierno más honesto sin mancha de corrupción”. Y el espejito, responder: “El de usted mi amo”.

Y eso solo sucede en los cuentos. Porque los órganos de gobierno se integran por seres humanos falibles. Entonces, un gobierno por más honesto siempre tendrá errores: Involuntarios, por inexperiencia y aquellos cometidos con premeditación.

¿Cuáles serán los del gobierno de la Cuarta “T”?

En la revisión de la Cuenta Pública 2019 del primer año del sexenio, entre otras cosas se detectó:

Que el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado (opera sin manuales actualizados, en la opacidad y con pérdidas; y tiene 4 millones 630 mil 496.69 pesos pendientes por aclarar”.

Deficiencias en la adjudicación, contratación, operación, comprobación y supervisión de los recursos ejercidos en las partidas presupuestales de la Policía Federal en 2019.

Un costo superior al estimado por la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) en Texcoco.

Que la Secretaría de la Función Pública mostró resistencias en el proceso de fiscalización, al no permitir el acceso al equipo auditor a sus instalaciones y archivos.

Pero al presidente López Obrador no le gustaron nadita los informes de la ASF, aflorándole su espíritu de operador de campaña electoral.

EL AUDITOR 

David Colmenares Páramo es un personaje técnico, no político; avezado en su materia y comprometido con su función.

Lleva muchos años trabajando en el ramo de las finanzas siempre del lado técnico. Y hasta donde se sabe no ha tenido la tentación de ocupar cargos estrictamente políticos.

Por eso resulta ofensivo el hecho de que el presidente Andrés Manuel López Obrador haya insinuado que la Auditoría Superior de la Federación le esté dando mala información de los adversarios del mandatario.

Es como decir otra vez el “quien no está conmigo, está contra mí”. 

Pero quiénes están contra él son sus propios colaboradores y colaboradoras (con sus excepciones); o sea, los artífices de los otros datos.

Correo: [email protected]