Nuevamente, el PAN no asumió su responsabilidad frente a García Luna, culpó a terceros y con una cobardía ya natural y muy frecuente, pretende evadirse a plenitud de sus actos. No supo dónde meter la cabeza y eso que lo intentó a cómo diera lugar. Marko Cortés solo pudo balbucear que Calderón explique. No arriesga nada en su timorato reclamo al expresidente, ya que Calderón ya no es del PAN.
Podría también exigir explicaciones a Fox, que dejó crecer el narco que heredó del priato que lo solapaba y pactaba con tal, pero eso, exigirle a Fox, sí sería darse un balazo en el pie porque Fox sigue siendo panista.
Así que Cortés actúa como si metiera la cabeza en un león sin dentadura al ponerse farruco con Calderón, cuyo hijo es más timorato que su padre el expresidente y compra pleito ajeno poniéndose a insultar a Cortés, sin ser parte del pleito el muy bobalicón. Mismo error cometido por la hija de Peña respondiéndole a la prole y defendida torpemente por los priistas tan timoratos como todo estos mencionados. Pobrecitos. Lo decíamos en la entrega anterior que ha de ser complejo ser hijo de expresidente y saber que los ataques a tu padre son fundados y que te enojes y refunfuñes a lo tonto y respondas las que no son para ti, siempre meándote fuera de la bacinica por responderlas.
García Luna fue el segundo hombre más fuerte de este país y lo fue solapado bajo gobiernos panistas que lo cobijaron, cómplices. Si Fox y Calderón arguyen que no sabían, más que corruptos, siéndolo, pasan por otra cosa y no es precisamente el ser inocentes. Y no podemos escribir de qué pasan y cómo quedan con esas declaraciones por haber niños leyendo esto.
El PAN hizo el papelón de su vida cuando encabezó dos sexenios y desde el día de la sentencia a García Luna circula en redes su nueva sigla. Partido Aliado al Narco. Ni como desmentirlo. Qué fuerte. Y qué fuerte es que te den una sopa de tu propio chocolate en el mismo tono que como panistas utilizan hacia otros partidos, en un lenguaje difundido muy panista que los hastags y las gracejadas de panistas alardeando, afirman que Morena es narcopartido y la presidenta es narcocandidata y narcopresidenta. Ahora, los panistas tragarán la misma con sus propias siglas y ojalá que sean valientes y aguanten vara. El que se lleva, se aguanta.
Sí, qué sí, que los panistas buenos nada tienen qué ver, afirman. Sí, sí, ya sabemos esas salidas infantiles y ridículas deslindándose sin conseguirlo, tan del panismo más burdo. Y sí tienen qué ver. Su partido, si son miembros activos más, ha solapado y colaborado con narcos y esos “panistas buenos” también han permitido a Marko Cortés seguir al frente con el consabido ir a diestra y siniestra escupiendo sandez tras sandez superándose a sí mismo y enlodando al PAN a mansalva. Y se quedan los panistas tan contentos. Tienen lo que merecen.
Guanajuato incendiado por el narco debiera callarles la boca y dejar se ser tan insulsos en sus ataques a otros partidos, porque el PAN no está para dar lecciones. La nueva sigla del PAN parece que los describe perfectamente. Y sí, falta ver lo que suelte “El Mayo” Zambada o los Chapitos. A ver a quién enlodan en cuáles partidos. Esto no ha terminado.
Mientras tanto, está el asunto de elegir a los jueces. Esta columna no simpatiza con la idea, pero lleva el debate a otro plano: tampoco comparte la idea opositora muy difundida de que el pueblo es tonto y no sabe elegir. A la postura opositora muy sosa de afirmar que la gente no sabe votar presidentes (no fuera darle el voto al PAN encubrenarcos, porque sí estarían felices los opositores) entonces los electores no sabrán votar jueces. Falso. Es sobajar la inteligencia de los ciudadanos y eso ni es democrático ni es admisible. Ya volveremos a ello.