Reforma Judicial. Sandeces opositoras. 

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La reforma judicial nos ha dejado dos cosas destacables: 1) el desprecio a los electores, a los ciudadanos, so pretexto de que no sabrán votar a los jueces y 2) una chirriante actitud del Poder Judicial a negarse a ser escrutado. Alardeando de ser guardián de la Constitución, asume en su petulante discurso por voz de jueces y magistrados –los ministros opositores a Morena han sido mustios–   no estar obligado al escrutinio y asume en su conjunto, que las reformas del Estado no son para tal. Se mandan solos, tal parece, y eso no puede ser.
Esta columna no comparte ese desprecio y tampoco la elección de jueces. Reducir los dispendios groseros y reales del Poder Judicial y de la SCJN, sí. Y son dos cosas distintas.
Los comentócratas opositores señalan equivocadamente en pos de sostener su postura boicoteadora y negacionista, esquiroles como son, que el Poder Judicial está siendo nulificado. Y sostienen otra gran mentira: que los otros dos, Legislativo y Ejecutivo, quieren imponerse. Pues de ser así, es exactamente igual al revés, ya que el Judicial pretende nulificar a los otros dos, en dado caso. ¿Sera que ya se acabó el diálogo, como advierte el conspicuo González Alcántara Carrancá? Pues la culpa será de un Judicial que, de inicio, se negó a bajarse los abusivos y dispendiosos emolumentos y abusiva, Norma Piña vuelve a la cargada proponiendo aumentarlos en el fallido proyecto presupuestario que presentó para 2025. Ve la tempestad y no se hinca. Esto ya ha dejado de ser un mero debate de constitucionalidad.
Sobre el particular, llama poderosamente la atención esa manía enfermiza por creer que un juzgador puede dictar resoluciones contra todo. Una jueza pretende que se baje del Diario Oficial de la Federación una publicación y no pudo decir a ningún medio de comunicación opositor que está “interesadísimo” en oírla y en usarla de ariete contra Sheinbaum y Morena, cuál es el artículo que la faculta a bajar lo publicado. No pudo. Es que no existe y el Senado acertadamente, ya le enmendó la plana. La presidenta no tiene facultades para bajar nada del Diario Oficial. Diálogo entre poderes, como clama el Judicial, nada más que demostrándole que no toda la verdad jurídica la posee ni puede monopolizarla el Judicial o sus corifeos. Ya sabemos que eso al Judicial le fastidia mucho. Ni modo.
Que lo entienda quien pueda. Y a estas alturas, es mucho pedir quien quiera. Sí, los juzgadores están respondiendo a recursos legalmente interpuestos. Nada más que eso no justifica que se avienten resoluciones tan absurdas y sin fundamento invocado, como querer bajarse una publicación del Diario Oficial. Sus prerrogativas también tienen límites, señores justicias y no quieren reconocerlo. Y que nadie olvide que  hay asesores de peso en los otros dos poderes, como Zaldívar, que presidió la Corte y sabe por dónde. No toda la verdad está en la Suprema. Sí, sí, la jurídica y la verdad verdadera. Ambas.
Cuando otro juez alegaba que podía decir qué debe y qué no debe discutir el Congreso y eso implicaba no discutir una iniciativa de reforma judicial, creíamos haber visto ya demasiado y todo el exceso desde el Poder Judicial. Pero no, ahora llega esta jueza y dice tener derecho a bajar cosas del Diario Oficial. Y sin citar fundamento alguno, que es de primero de Derecho. La autoridad debe de sustentar todo acto que ha de ser debidamente fundado y motivado. Y es la jueza, imagínese el tamaño de su omisión y errático proceder. De miedo. Cuando se invalida una disposición legal, ningún juez se atreve a pedir que se baje del Diario Oficial, ya que no es la vía. Las enmiendas y nulificaciones resultantes de su veredicto llegan por otras vías, las conducentes y no por capricho de los jueces, como es el caso de esta juzgadora que se arroga facultades de las que carece y se inventa procedimientos inexistentes en la ley. Tan lista. Dice que la faculta defender al pueblo. Acabáramos, pues.
¿Cómo pretendes tú, miembro del Poder Judicial, callarle la boca al Congreso? y la otra no podía invocar el artículo que la habilitaba a proceder. Vamos, eso es desprecio al Derecho: acto fundado y motivado, tomar nota. Y no supieron decir en qué fundaban su cuestionable proceder de juzgadores. ¿Es que el Poder Judicial las puede todas? no, no las puede todas y por eso sorprende que haya magistrados que pretenden hacernos creer que sí. De nada sirve nuestro asombro, nuestro rechazo. No entienden que no entienden.
Volviendo al tema de los electores incapaces de elegir según opositores a esta reforma. Varias respuestas. La primera es que si la reforma se orquestara bien, no debiera haber problema alguno. Por ejemplo, se elegirían jueces por circunscripción. Eso implica que la gente de Campeche no tenga que elegir jueces de Tamaulipas y eso reduce el número de candidatos. Los circuitos judiciales de todas las intancias no son millones de circuitos. Y pueden fungir como distritos electorales. Y aún así, podría mirarse con detenimiento.
En segundo lugar, aflora, ya decíamos, esa enfermiza y faceta manía  de minimizar la capacidad de los mexicanos como electores. Desde que la democracia es mediana y razonablemente competitiva, sucede que se descarta la capacidad de la mayoría para elegir. Da igual si se le atribuye el voto del miedo, cuando supuestamente vota por no razonar un dizque sensato voto, que igual se le sobaja si no votaran PRI para perpetuarlo, como lo dijeron en 2000 o cuando votan Morena en 2018 o 2024. Siempre parecen equivocados los electores a juicio de exquisitos que mal creen ser los únicos que entienden de política. Craso error. Se recurre otra vez al burdo discursillo de que no saben votar los electores. Ya cámbienle al tonito. Los electores siempre parecen equivocados a juzgar por las inopinadas expresiones fatuas de comentócratas que se sienten exquisitos, como para solo ser ellos los que saben qué es bueno para los demás y, no lo dude usted, se asumen como los únicos entendedores de los altos asuntos de la política, una que existe solo para exquisitos y no, están muy equivocados, desde luego. Fue un error gigantesco votar PRI en 2012, pero esa elección si les parece adecuada a los priistas encubiertos. También denúnciese.
Tanta ramplonería de esos comentrócratas secundando dichos fatuos y alcahueteados por politicastros de poca monta y de toda laya, ahondan en que la gente repita cual tarabilla y de una manera francamente deleznable y patética, que sí, que son incapaces de elegir correctamente. Lo de correctamente, ya se sabe, según digan los comentrócratas que jamás revelan su voto, como para que opinemos de si su elección era buena y de las razones para sostener que tampoco lo es. Muy listos, ellos.
Pues bien, los electores son más listos que ellos y más de una vez les darán 3 y las malas. Los electores tienen claro que el Poder Judicial es corrupto y que ni sus campañas de spots en medios tratando de lavarse la cara ni los arranques como los de la jueza, cambian su parecer. Y rechazan a ese Poder Judicial que posee la manía de querer irrumpir en todo, venga o no a cuento, y a sobajar ya no solo el Derecho, sino la capacidad de los ciudadanos a entender. Sí, no todo es votante urbano o universitario, pero ello no implica que sea incapaz de identificar lo importante, lo trascendente. Negarlo es una postura soberbia e infumable.
De últimas, se afirma que 8 ministros renunciarán a buscar ser elegidos popularmente. Hacen bien. No las tienen consigo. Ya eran impresentables cuando los nombraron entre los sexenios Fox y Peña, los más. Faltaba constatar que eran inelegibles en la urna. Y por cierto, a ver si al señalado de corrupción Gutiérrez Ortiz Mena se le acaba el sarcasmo que desata risas en Harvard. Ansiamos verle el rostro si no repite. Es bastante pardo, aunque el Pardo, es otro de ellos.