El mensaje de Biden a AMLO fue contundente: sin nosotros poco podrás lograr de lo que quieres…

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Lo primero que había que destacar en la charla digital de ayer es que Biden, a diferencia de su antecesor, piensa y luego actúa, y cuando lo hace es en forma razonada, no visceral. Por ello el encuentro virtual de ayer con Andrés Manuel López Obrador fue con puntos precisos, amable, pero firme, una agenda en la cual el norteamericano definió qué era lo importante.

Y eso fue lo de la reforma de la Ley de Energía Eléctrica, la contaminación que puede producir si se aprueba y aplica, y lo que el cambio de reglas a la inversión de Estados Unidos en México puede provocar en conflictos y dólares, muchos-muchos dólares.

La sobada de lomo para el tabasqueño vino con la mención de que se buscaría avanzar en una agenda equitativa en migración y en el desarrollo económico del sur de México, y de Centroamérica.

La verdad es que estos dos puntos forman parte no de las aspiraciones de AMLO o las proyecciones de México, sino de la Seguridad Interna, Nacional, del gobierno de Joe Biden.

Sin moverse de la Casa Blanca, Biden capoteó y sometió a sus intereses a un López Obrador que no entiende ni ingles ni formas de política estadounidenses, y que se tuvo que apoyar en su canciller-traductor y principal apaga-fuegos Marcelo Ebrard para poder seguirle el paso al norteamericano.

Sabedor de las limitaciones del mexicano, Biden y su equipo transmitieron mensajes previos y posteriores por redes sociales, y vía medios norteamericanos, en forma previa al dialogo formal por Zoom.

Así se sabe, porque lo publicaron varios medios de allá, que “el equipo del Presidente Joe Biden sigue muy de cerca el curso de la aprobación de la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica en México, propuesta por el Presidente Andrés Manuel López Obrador”, dijo a esos medios “un alto funcionario de la Casa Blanca”.

O sea…

En el comunicado final del encuentro, de apenas una hoja, rollero como todos esos documentos, la preocupación de Biden quedó establecida en frases como:

“Los líderes reconocieron los beneficios de abordar los contaminantes climáticos de corta duración, así como la necesidad de promover la eficiencia energética.  Discutieron cómo pueden trabajar juntos para apoyar un resultado exitoso en la Cumbre de Líderes Climáticos de este año el 22 de abril organizada por los Estados Unidos”.

La obviedad nos indica que eso significa un “¡no uses energías contaminantes ni te atrevas a usarlas como tienes planeado con tu reforma a tu ley de energía eléctrica!”.

Por supuesto que también se hicieron declaraciones de amor eterno como esa de que “los dos presidentes reafirmaron la asociación duradera entre ambos países, basada en el respeto mutuo y el extraordinario vínculo de familia y amistad”.

Ni modo que dijeran lo contrario. Al final ahí entra el hecho de que nuestro comercio depende de un 80 por ciento de ellos y muchos de nuestros empleos los proporcionan las plantas industriales norteamericanas asentadas en nuestro país.

AMLO había adelantado que pediría vacunas anticovid a Biden y no dudo que lo hiciera, pero Biden aclaró también desde antes que no le daría nada a AMLO, porque primero necesitaba vacunar a sus ciudadanos.

Todo eso quedó en una bonita frase en el comunicado conjunto: “Ambos líderes se comprometieron a trabajar juntos para combatir la pandemia de COVID-19, revitalizar la cooperación económica y Cooperación bilateral y multilateral sobre migración.

VOTAN EN COMISIONES DEL SENADO LA CONTROVERTIDA LEY

En fin, un encuentro sin grandes pronunciamientos, mientras en el Senado de México se reunían las comisiones unidas de Energía; Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, y Estudios Legislativos Segunda para votar la reforma.

Por la tarde-noche y bajo las presidencias de Rocío Abreu (de Morena), Raúl Bolaños-Cacho (de Verde) y Ana Lilia Rivera (de Morena), Ricardo Monreal líder de la mayoría de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política echaba a andar vía redes sociales la aplanadora legislativa del partido dominante.

Se iniciaba así el trámite final de la primera iniciativa preferente del presidente López Obrador que ha causado tanto revuelo dentro y fuera de México.

El zacatecano no quiso arriesgarse a vivir a un trámite conflictivo y sinuoso, con tomas de tribunas, carteles y debates eternos luego de que el jueves anterior el bloque opositor fue a un acalorado debate cuando el chiapaneco morenista Eduardo Ramírez, dio entrada al dictamen para turnarlo a comisiones.

VA HOY AL PLENO

Así todo indica que el dictamen final, sin cambios, pasará hoy al Pleno del Senado para una votación de mayoría simple.

Seguramente que eso será del agrado de su promotor, el presidente López Obrador, quien durante el fin de semana, con la espada verbal afiladisima, decía:

“Los adversarios corruptos, que estaban dedicados a robar y que no quieren dejar de robar, piensan que la reforma eléctrica, que es para fortalecer a la CFE, que no cueste más la luz y que no nos estén saqueando como sucedía, piensan que se va a dar marcha atrás por la llamada con el Presidente de Estados Unidos… no es así, porque el Presidente de Estados Unidos es respetuoso de nuestra soberanía”.

MORENA PIDE DESTITUIR AL AUDITOR

En la otra orilla del legislativo, en San Lázaro, y en respuesta a la carta también de López Obrador -quien como Dios está presente en todos los escenarios-, se reunió la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación para analizar el fallido informe donde al parecer se sobrevaluó el sobreprecio de la cancelación del proyecto del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco.

En términos simples la Auditoría emitió un dictamen que coloca en 331 mil millones de pesos el costo de la cancelación de ese proyecto cuando el presidente López Obrador decía que sólo iba a costar 120 mil millones.

Cuando la auditoría dijo que costaría tres veces más, López Obrador lo descalificó diciendo que él tenía otros datos. En una decisión que los metió en un tobogán de descrédito y desconfianza popular, los auditores aceptaron que se habían equivocado. A lo cual el presidente escaló el golpe y los acusó de haber triplicado el sobreprecio de esa cancelación dentro de un plan amañado para desacreditar a su Gobierno.

En ese contexto López Obrador sugirió el cese del auditor.

Ayer, mientras el auditor Superior de la Federación David Colmenares juraba y perjuraba que ni él ni nadie de su organismo había saboteado al Gobierno de López Obrador, indicó que su trabajo es sólo técnico y no político.

Fue el diputado Marco A. Zavala de Morena quien no se anduvo con rodeos y afirmó que como ya existía la duda, pues lo mejor era investigar al Auditor y por lo pronto separarlo del cargo. Igual le pidió una explicación de cómo ocurrió el error y los nombres de los responsables.

Colmenares no se dio por aludido y tampoco dio ninguna explicación, menos los nombres de los responsables.

El caso es que está abierta una investigación para auditar al Auditor y limpiar las cosas en esa organización.

Mientras tanto 1 mil 400 auditorías realizadas para integrar el informe, quedaron en el aire porque una de ellas tuvo fallas, y esa fue justo la que determinaría el sobreprecio de la cancelación del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en Texcoco, talón de Aquiles de las malas decisiones de Andrés Manuel López Obrador.

¡Vaya caso!

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