El mundo volteó nuevamente a ver a sus mujeres, incluso las calificó. Y es qué hay líderes que sobresalen. Mire, de los 193 países activos en la ONU, 10 son dirigidos por mujeres y el énfasis que ellas imprimen para superar los obstáculos de la pandemia a nivel mundial supera el 60 por ciento. Angela Merkel, de Alemania, es una mujer excepcional en todos sentidos, destaca por su pragmatismo, sus firmes decisiones y estrategias. Conoce las heridas y cicatrices de su país pero también planea a futuro y cree decididamente en las nuevas generaciones.
Ha abierto fronteras, fortalece el diálogo, acepta a la ciencia, la educación y la tecnología como los motores para engrandecer a los suyos. La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Andern, es práctica, sensata y ante la pandemia lo primero fue proteger a su nación y lograr el menor índice de muertes por el virus. Estimula una política de protección al medio ambiente y generar beneficios vía el turismo. Ha provocado niveles de crecimiento sostenibles y palpables. Jana Martin, la Finlandesa una joven de 34 años de edad que ha descansado sus políticas de acercamiento social a través de una política de comunicación digital. Emplea a las redes sociales y a sus líderes sociales como bandera para obtener una convivencia sólida.
Estos mecanismos han servido para concientizar, para unir, para entender, para instruir. Su política logró evitar contagios masivos y convencer acerca de los beneficios de los protocolos sanitarios, iniciando por el uso intensivo y obligatorio del cubrebocas. Pero estos ejemplos no se agotan porque hay damas que saben entender la problemática de sus países y colocarlos en la geopolítica mundial. Observemos el comportamiento de una mujer como Michel Obama, que superó la etapa racial no confrontando sino con un mecanismo incluyente para todos.
Alguien algún día le pregunto cómo podría explicar este fenómeno y contestó: lograré ser capaz de asimilar lo que ocurre cuando puede transmitir cómo dos niñas negras viven en una Casa Blanca. Señaló que admira a Barack como persona, político, candidato y gobernante porque siempre estimula la idea de la esperanza. Ambos Michelle y Alabama creen en el ser humano, en la capacidad de cada uno, en su talento y aprenden de ello para crecer. Sienten que cada semejante aporta algo útil para la grandeza. Todas estas personas, incluyendo a las desaparecidas Margaret Thatcher o Diana Spencer, marcaron un ritmo y dinámica extraordinarias, con una capacidad y determinación en sus acciones, un estilo de comunicación ágil, sincero, creativo, de buen humor, con energía y que pretenden ofrecer soluciones innovadoras.
Por ello la historia las reconoce y las recuerda. Sirven a sus gente, a su nación, dejan a un lado la politiquería barata, o se rinden ante caprichos y ocurrencias de gobernantes torpes, simplemente los superan, los rebasan para cumplir. Son mujeres que derriban vallas, no las colocan.
Conductor del programa VAENSERIO mexiquense tv canal 34.2