En su cuenta de Twitter, el presidente Andrés Manuel López Obrador escribió: “Hoy (ayer) firmamos el Acuerdo Nacional por la Democracia con la gobernadora, la jefa de gobierno y los gobernadores del país. Todas y todos nos comprometimos a garantizar elecciones libres, limpias y respetar la voluntad del pueblo”.
Se refiere al Acuerdo que anunció hace un mes y que ayer formalizó, “para no intervenir en apoyara ningún candidato de ningún partido; a no permitir que se utilice el presupuesto público con fines electorales; a denunciar la entrega de dinero del crimen organizado o de la delincuencia de cuello blanco para financiar campañas; a impedir la compra de lealtades o conciencias; a no traficar con la pobreza de la gente; a no solapar a tramposos o mapaches electorales; a evitar el acarreo y el relleno de urnas, la falsificación de actas y todas esas abundantes prácticas ilegales y antidemocráticas…”
Muy seriecitos, sentaditos como en un salón de clases, los gobernadores y la jefa de gobierno de la Ciudad de México fueron testigos mudos de la firma de dicho Acuerdo, menos la gobernadora Claudia Pavlovich, quien lo suscribió y fue la única persona titular de Ejecutivo estatal que habló.
Dijo: “…reafirmo nuestro compromiso de salvaguardar la legalidad del proceso electoral porque la democracia exige instituciones fuertes y equilibrios donde todas las opiniones cuentan…”
¿Hablaría a nombre del total de mandatarios y de la jefa de gobierno, o solo a nombre de ella como gobernadora de Sonora emanada del PRI? ¿Convencida por voluntad propia o por voluntad presidencial? Vaya usted a saber. Pero según, suscribió como titular de la Conago.
¿Y por qué no habló un gobernador de Morena? Es evidente que el presidente López Obrador le conviene el compromiso público de la “oposición”; ésta es una práctica que viene del priismo cuando se quería enviar el mensaje de tener el control.
Presentar a un mandatario de casa no tiene sentido porque están obligados a entrar al redil, a atender el llamado de su jefe político. ¿O será que los gobernadores morenistas son los únicos con cheque en blanco para hacer y deshacer en el actual proceso electoral concurrente, sobre todo durante las campañas y la jornada electoral?
Como sea, pero (con sus honrosas excepciones) los gobernadores seguramente salieron de Palacio Nacional carcajeándose, porque en el campo fáctico no solo meten las manos en el proceso electoral, sino hasta los codos.
Quizá AMLO también se carcajeó por las mismas razones.
Véanlos. Casi todas las personas titulares del Poder Ejecutivo en su respectivo ámbito de competencia andan del tingo al tango recorriendo comunidades para inaugurar obras, hacer promesas de acciones futuras y entregar cuánto apoyo. Vaya, hasta los presidentes y presidentas municipales.
Y así, implícitamente, respaldan a candidatos y candidatos de su respectiva fuerza política (o fuerzas políticas porque hay mandatarios que apuestan en varios partidos).
En Oaxaca, el presidente Andrés Manuel acaba de anunciar que el monto de las pensiones bimestrales para adultos mayores se incrementará en los siguientes años hasta llegar a los 6 mil pesos mensuales en 2024; un tentador anuncio en la víspera del inicio de las campañas a las diputaciones federales (en algunas entidades ya iniciaron para los comicios locales, y en otras están por empezar).
Claro, las obras y acciones de gobierno no se pueden detener en proceso electoral; lo prohibido es la propaganda de las mismas en épocas de campaña con las excepciones que señala la ley electoral.
Pero con prohibición o sin prohibición, la misma obra o acción de gobierno lleva implícito el propósito electoral. Todo gobierno pretende mantener el poder para su filiación política, ¿o no?, salvo los acuerdos para impulsar filiaciones distintas.
A ver, como dijo Jesús: “¿Qué tire la primera piedra quien esté libre de culpa?”
Algunos mandatarios salieron de Palacio Nacional haciendo declaraciones: Que respetarán el Acuerdo, que a ver si también el presidente López Obrador también lo respeta, que acuerdos como este no están por demás, pero es el INE la autoridad competente para convocarlos, etc.
Y sí, tienen razón: Es el Instituto Nacional Electoral el facultado para el arbitraje en el proceso electoral. Sin embargo, ni éste ha conseguido sentar a casi todos los mandatarios, será porque carece del expedientes de cada uno de ellos, o porque el Ejecutivo Federal se le adelantó.
En fin, parece que en México existe un árbitro electoral alterno.
ALEJANDRO
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha mostrado su afecto y buena relación hacia con el Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, quien en varias ocasiones a hablado en el foro del Palacio Nacional en respaldo de AMLO y sus propuestas.
Pero en la firma del Acuerdo Nacional por la Democracia, sentaron en el presídium solo a la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich. ¿Por qué representó a la Conago? ¿Por qué el presidente quiso mandar al mismo tiempo el mensaje de que nada tiene en contra de las mujeres?
Como haya sido, ahora el gobernador Alejandro Murat ocupó un asiento de las filas de hasta atrás. ¿Ese sitio le asignaron por orden alfabético de la entidad? ¿O llegaría tarde a la reunión? ¿O por qué?
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