Violencia, líos postelectorales y el riesgo tras las elecciones

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Prepárense para las batallas que vienen en el contexto de las elecciones concurrentes de junio próximo; todos: Partidos, candidatos y candidatas, ciudadanía.

Porque en el reporte de Integralia de abril de 2021, se advierten momentos difíciles. Lean: 

Proceso electoral conflictivo. Los ataques del presidente y de Morena al INE presagian campañas conflictivas y conflictos postelectorales. Es previsible que los candidatos perdedores de ese partido aleguen fraude y ocurran movilizaciones de protesta (como las de Salgado Macedonio en días recientes). El Tribunal Electoral tendrá la última palabra y en aquellas entidades donde Morena pierda por estrecho margen habrá presiones para anular elecciones”. 

“Tras las elecciones de 2021, aumenta el riesgo político en México. Si los resultados favorecen al presidente, podría impulsar cambios más drásticos de los que se han visto (en lo que va del sexenio). Si no le favorecen, es previsible que se redoble los ataques contra la oposición, además de usar consultas populares para presionar al congreso a aprobar las reformas que necesita para dejar su ‘huella’ y pasar a la historia, entre ellas una energética, otra político-electoral e incluso convocar a un Constituyente para reescribir la Constitución… 

“Las empresas e inversionistas deben prepararse para un entorno de mayores riesgos y ataques reputacionales y navegar la segunda mitad del sexenio.”  

Afortunadamente hasta el momento existe una relativa paz en la geografía electoral del país. Aunque en algunas entidades federativas ya se han registrado asesinatos de políticos y de aspirantes a cargos de elección popular.

Las campañas electorales para las diputaciones federales se desarrollan sin sobresaltos mayores. Pero empezarán a subir de tono.

Quizá las más cruentas se centren en las 15 entidades donde renovarán gubernatura. Y tal vez los conflictos mayores y hasta violentos ocurran durante clímax de todas las campañas a los distintos cargos de elección popular que se juegan en este proceso concurrente.

En la medida en que avancen las campañas (hay entidades donde están por iniciar) se verá el aumento de las descalificaciones, de las acusaciones mutuas, de delitos electorales, etc.

Y como bien cita Integralia, es probable “que los candidatos perdedores de ese partido (Morena) aleguen fraude”. Tan, pero tan previsible que, incluso, la cúpula morenista se adelanta con sus ataques al árbitro electoral.

Por eso, el gran resto de los partidos (principalmente el PAN, el PRI y el PRD) y sus candidatas y candidatos necesitan de buenos equipos jurídicos para preparar la defensa o, incluso, la impugnación a Morena y candidaturas, o a cualquier otro contendiente.

Porque la situación apunta a la judicialización de las elecciones presionando a los tribunales electorales. A la par, tampoco se descarte la “toma” de consejos electorales y hasta la quema, robo o destrucción de boletas y paquetería electoral.

Claro, Morena también debe preparar sus equipos jurídicos, porque la oposición tampoco canta mal las rancheras. Sin embargo, es el partido en el poder presidencial el que por lo mismo difícilmente estaría dispuesto a perder, sino a ganar por las buenas o por las malas.

¿O no?

Lo ideal sería que ninguna de las fuerzas política le apostara a las campañas violentas, a los conflictos postelectorales, o a la obtención de triunfos vía la anulación amañada de la votación en casillas electorales o de toda la elección.

Sin embargo, el poder es el poder. Y, ciertamente, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tendrá la última palabra, cuya Sala Superior empieza a perder credibilidad gracias a la inclinación política de algunos magistrados.

¡Qué difícil!

Y según el análisis de Integralia, no es nada alentador el panorama pierda o gane Morena y aliados, sobre todo la mayoría calificada de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión. De todos modos vendrán embestidas.

Nada más relean este punto de análisis: “Si los resultados favorecen al presidente, podría impulsar cambios más drásticos de los que se han visto..” 

¿Cambios más drásticos?

MORENA PERDERÁ POR SÍ MISMO 

Morena embestirá a todo ente ante una derrota electoral, salvo que ocurra un milagro y acepte el fracaso.

Sin embargo, en su ansiedad por el poder no ve que si pierde algunos o muchos cargos de elección popular, será por sí mismo.

De entrada Morena trae una inmensa división interna, no solo a nivel de cúpula nacional, sino también en diversas entidades federativas; y ese es un factor de derrota.

Otro factor son las candidaturas; éstas no son del todo buenas, y no ocurrirá el efecto AMLO del 2018 para hacerlas ganar.

Un factor más (por citar solo tres): El desgaste por el ejercicio en el gobierno.

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