Las mujeres detrás de Anabell Ávalos: Gisela Rubach y Minerva Hernández

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¿Quiénes están detrás de la exitosa campaña de Anabell Ávalos, la candidata de la coalición Unidos por Tlaxcala?

Se trata de dos mujeres empoderadas: Gisela Rubach Lueters y Minerva Hernández Ramos.

Cada una de estas mujeres brilla con luz propia.

Como los viejos alquimistas de hace 2,500 años, Anabel Ávalos posee el don político de saber mezclar el agua y el aceite. No posee ningún secreto, simplemente ser auténtica. La política, entiende ella, debe ser una caja de cristal, pues los políticos que ejercen cargos de representación popular deben estar sujetos al escrutinio público y someterse al escrutinio público.

Gisela Rubach tiene, entre otras cualidades, saber estar con Dios y con el diablo. En eso consiste su condición de consultora de marketing político. Como los médicos, la maestra Giselle atiende a sus “pacientes” políticos. Ha llegado al colmo de revivir a muchos desahuciados. Por esa razón la buscan de todos los partidos. Descendiente de alemanes pero veracruzana de nacimiento, es más mexicana que los nopales. Compenetrada en la idiosincrasia de la política mexicana lleva más de tres décadas educando a políticos de todas las tendencias. Anabell Ávalos se puso en sus manos y no se equivocó. La estrategia de Giselle ha rendido frutos.

Al equipo se sumó la senadora panista Minerva Hernández Ramos, una política sagaz que antepuso los intereses del estado a los propios a sabiendas de había que sumar y concedió en aras de la unidad dejar para el futuro inmediato la oportunidad de contender en las próximas elecciones. Minerva es parte del equipo político que junto con los líderes del PRD están a un tris de consolidar un proyecto que puede servir como un laboratorio político para la democracia no solo del estado de Tlaxcala, sino de todo el país.

En las pasadas elecciones estatales de 2016 el abanderado del PRI Marco Antonio Mena Rodríguez ganó la elección con 190 mil votos, entonces Lorena Cuéllar, contendió como candidata del PRD y el Partido del Trabajo. Cuéllar perdió. Antes en el 2000 buscó la nominación del PRI pero le dijeron que no por su fama de malabarista. Sin ninguna identidad ideológica, Cuéllar es la clásica oportunista. En su familia hubo dos gobernadores, mismos que se enriquecieron a costa del poder. Ella ha pretendido seguir esos pasos. Ahora es la candidata de Morena y mañana de cualquier otro partido.

En las pasadas elecciones nadie esperaba los sorprendentes resultados que impusieron a Obrador en Palacio Nacional. El triunfo del tabasqueño fue un fenómeno insólito. La gente no votó por su proyecto sino por el hartazgo de la corrupción en el gobierno de Peña Nieto. Pero el electorado está desencantado y enojado con Obrador quien resultó un charlatán. No es que haya sido un buen candidato. La gente estaba decidida a votar por el que fuera menos por el PRI. Ahora los ciudadanos entienden que no hay que votar con el hígado. Obrador resultó un fiasco. Decepcionó.

El trabajo de Giselle Rubach consiste en saber procesar los códigos que llevaron a Obrador al poder. En el caso de Tlaxcala se ha encargado de desmitificar al tabasqueño. No se puede decir que lo ha logrado hasta que haya pasado la elección. Lo cierto es que se encargó de empoderar a la candidata de Unidos por Tlaxcala de una manera espectacular.

El legendario ideólogo del PRI, Jesús Reyes Heroles solía decir que en una campaña había que tener muy claro el principio de “primero el programa y después el candidato”.

Anabell tenía ese principio muy claro. Se disciplinó. Antes de lograr la nominación fue reconocida como la mejor alcaldesa del país. Hasta los propios adversarios la reconocieron. No sólo logró el aplauso y el reconocimiento, sino sedujo a panistas y perredistas para lograr constituir una coalición en torno de su persona. No sorprende que en plena campaña políticos y candidatos de otras corrientes políticas, incluidos muchos de Morena se hayan pasado a sus filas.

En todo esto han sido claves las personalidades de Gisela Rubach y Minerva Hernández. Ambas mujeres son claves en el equipo de Anabel.

La candidata de Unidos por Tlaxcala desde adentro de la alianza integrada por el PRI, PAN, PRD, PS y PAC ha podido construir un consenso desde el cual se propone un cambio mediante un gobierno de coalición para ello confía en tener el método, los hombres y mujeres y la capacidad para lograrlo.

La estratega de la campaña de Unidos por Tlaxcala, Gisela Rubach –quien admira a Aristóteles y Platón y que además odia la mentira y la hipocresía– tiene muy claro que para ganar una elección “un candidato debe estar decidido a luchar con todo, a donde tope y sin dudar”.

Anabell, Gisela y Minerva son un ejemplo de ello.