Es tiempo de revisar el efecto de los spots

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Un tema que se ha analizado poco es el que tiene que ver con el impacto de los spots en las campañas electorales. Se trata de millones de piezas que cada temporada electoral nos vemos obligados a ver en las pantallas de los medios de comunicación, en algo que deja la duda no sólo de su utilidad, sino de si realmente ayudan a la participación ciudadana en las urnas.

 

Temporada de spots

Una de las facetas de este tema tiene que ver con las producciones de los partidos y sus creativos, que en ocasiones rayan en lo ridículo o de plano muestran una gran cantidad de carencias, pero que ocupan un espacio que –al menos en teoría– debería ser para presentar propuestas y perfiles de los candidatos.

Varios de los spots que se han podido ver en la actual campaña electoral, son una oportunidad perdida para comunicarse con un público que sigue desconfiando de la política, de los políticos y de los partidos, algo que parece no es tomado en cuenta a la hora de elaborar este tipo de instrumentos de comunicación.

Y es que lo que nos han ofrecido los creativos detrás de los spots 2021, no sólo llama la atención, sino que hace que nos preguntemos para que país diseñaron sus mensajes. Hemos visto de casi todo, desde imitaciones a personajes de televisión y cine, como el Chapulín Colorado hasta Superman, coreografías musicales, intentos de usar el humor, hasta algunos videos difundidos a través de redes sociales en donde se puede ver a un candidato salir de un ataúd como, según el abanderado, homenaje a las víctimas de la covid.

La gran pregunta que nos tenemos que hacer es si este tipo de piezas propagandísticas van a causar que el elector decida dar su voto para el candidato que ofrezca el spot más creativo, pues ante la abundancia de mensajes –a pesar de la posibilidad de reproducirlos en redes sociales–, la falta de propuestas concretas y la mala factura de muchos de estos spots pudieran apuntar en una dirección contraria.

El caso de los candidatos de RSP es algo llamativo en este sentido, pues parece que buscan simplemente llamar la atención, no conseguir el voto.

Otro botón de muestra de este tema tiene que ver con su impacto, tanto en la preferencia electoral del votante, como en la participación de los ciudadanos en las urnas. Si tomamos las elecciones intermedias, como lo será la de este año, de 2009 y 2015, buscando hacer una proyección con lo que podría suceder en 2021, nos daremos cuenta que los indicios apuntan a que no inciden en una mayor afluencia de electores a las casillas.

En promedio, incluyendo el actual proceso electoral, han sido cerca de 20 millones de spots los que se han transmitido, o transmitirán, en las respectivas campañas, pero la participación ciudadana se ha mantenido por debajo del 50%; de hecho, las proyecciones apuntan a que en 2021 esta cifra sería la de participación del padrón electoral que depositarían su voto el 6 de junio.

Así que ante los millones de spots que se transmitirán en los tiempos oficiales, parece que de poco servirán para que los mexicanos voten más, ya ni se diga que sirvan para conocer mejores propuestas.

Los investigadores reconocen que hace falta estudio acerca del impacto de los spots durante la campaña electoral, apenas se han presentado algunas investigaciones al respecto, la mayoría tendientes a analizar aspectos como la equidad en la contienda, la forma en que son utilizados por los partidos –en especial en el contexto de las campañas negativas–, pero poco se ha abordado el tema de su influencia como factor de decisión del voto o de una participación del electorado en las urnas.

No obstante, para los candidatos –quizá por la influencia de asesores y productores– se trata de una herramienta valiosa en la que vale la pena poner toda la creatividad –aunque sea poca– y lanzarlos en la primera oportunidad.

Por eso vemos que hay de todo en esta temporada electoral, desde la utilización de personajes de televisión, actos musicales y demás, como si incidir en la preferencia electoral y en la participación fuera poca cosa comparada con la popularidad que pueden dar 30 segundos en pantalla.

La actual campaña electoral podría prescindir de los spots en medios masivos de comunicación, el tiempo oficial dedicarse a campañas de salud o de promoción del voto para que más electores acudan a las casillas, porque los indicios apuntan a que estos espacios –así sean de 20 o 30 segundos– tienen poca utilidad para influir en las preferencias de los ciudadanos o para favorecer la asistencia a las urnas.

Además, las redes sociales –desde YouTube hasta Whastapp– le dan la posibilidad de llegar a un público masivo y diverso. Se podría argumentar que la radio y la televisión permiten llegar hasta a las personas que no cuentan con dispositivos móviles y que ofrecen una audiencia heterogénea, lo cual no ocurre en el caso de las redes sociales, pero también hay que tomar en cuenta el rechazo de quien ve o escucha su programa favorito y éste se ve interrumpido por los spots de los partidos políticos, uno detrás de otro.

Es tiempo de reflexionar acerca de este tema.

@AReyesVigueras