Hay una canción que dice: “No puedo comprender/Que cosa es el amor/ Si lo que más quería/El alma mía me abandono/Pero no hay que llorar/Hay que saber perder…”
Pues le queda a los partidos políticos, coaliciones, candidatas y candidatos, respecto a los resultados de las elecciones concurrentes del próximo domingo seis de junio, solamente añadiendo dos palabra a la siguiente frase: “Que cosa es el amor del electorado”.
Porque si pierden, seguramente no convencieron al electorado o éste los abandonó por otra opción política. Claro, puede haber otras razones como, por ejemplo, anulación de resultados de casillas o de la elección por las causas previstas en la ley, pero esto es cosa distinta a la preferencia electoral que vienen siendo como el amor del electorado.
Entonces, si el resultado de la jornada electoral les es adverso, hay que saber perder sobre todo si el contrincante ganó de manera contundente, o, incluso, por mínimo porcentaje. Entiéndase que en la democracia se pierde o se gana por un voto.
En todo caso, para cualquiera de los dos supuestos, ahí están los medios de impunación y los tribunales electorales para resolver las controversias sobre resultados de las elecciones, a los cuales se debe recurrir en vez realizar movilizaciones o generar violencia.
Vaya, amenazar con violencia en la víspera de la jornada electoral si los resultados son adversos es como anticipar la propia derrota porque no consiguieron convencer a la ciudadanía o por falta de confianza en sí mismos.
Lo mismo cuando se manifiesta presunción de fraude electoral. ¿Y si ganan también habría fraude?
El partido que convenció, que acreditó el 100% de representantes ante las mesas directivas de casilla y generales, así como en los consejos electorales, no puede hablar de fraude electoral, pues con esta estructura garantizan la vigilancia del desarrollo de la votación y, en consecuencia, la transparencia y la certeza de los resultados electorales.
Ni siquiera los partidos que acreditan menos representantes se pueden decir engañados, sabiendo de la importancia de contar con estructura electoral completa.
TAMPOCO SE AUTOPROCLAMEN GANADORES
Tampoco empiecen a autoproclamarse ganadores con las cifras que arroje el Programa de Resultados Preliminares (PREP), porque éstos solo “tienen un carácter informativo y no son definitivos, por tanto no tienen efectos jurídicos.”
Los resultados definitivos los arrojan los cómputos distritales, los cuales se celebran el miércoles siguiente al día de la elección tratándose de elecciones de mayoría relativa de diputaciones federales, diputaciones locales y gubernaturas; y los cómputos municipales en el caso de las elecciones de ayuntamientos el día señalado en las leyes locales.
Hasta entonces pueden llamarse ganadores; y cuando en función de los resultados de los cómputos el consejo electoral respectivo declare la validez de la elección, declare diputadas y diputados electos, gobernadoras y gobernadores electos, presidentas y presidentes municipales electos, entregándoles su constancia de mayoría y válidez.
Mientras quizá solo puedan decir que llevan ventaja, en función del PREP.
Y miren, ni siquiera habiendo sido declarado electos o electas, tienen firmeza en el triunfo, salvo que nadie impugne; pero si impugnan, tendrán firmeza hasta que se resuelva la cadena impugnativa.
Entonces, es largo el camino.
Correo: [email protected]