Japón

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Hace unos días me permití reflexionar sobre las mujeres en el poder, las que entienden de político y ha en política, las que dan resultados y beneficios, las que la historia persigue para no ser olvidadas.

Hoy trataré sobre la educación y habré de descansar mis comentarios en una nación que piensa a futuro, se prepara para vencer al mundo y cree en su capital humano, fundamentalmente en sus jóvenes. La apuesta es a doce años, el objetivo es formar a japoneses universales.

No discuten sobre reformas ni revanchismos, aplican lo necesario y más sencillo para instruir a sus ciudadanos. No les basta el dominio de la electrónica ni de la robótica. Tampoco les es suficiente su enorme disciplina y nacionalismo. Hay un plan piloto para ser ciudadanos del mundo, lo conocen como “Cambio Valiente” y consiste en transmitir conocimientos útiles y de dominio.

Lo importante es eliminar materias superfluas o de “relleno”, aquí se conocen como optativas. Se eliminan las tareas para reforzar los mecanismos de atención en las horas adecuadas y dejar tiempo libre para el esparcimiento y la recreación. El plan consiste en cinco, sólo cinco materias: ARITMÉTICA DE NEGOCIOS, van desde operaciones básicas hasta la educación financiera.

Los alumnos serán capaces de resolver problemas domésticos hasta planes empresariales; LECTURA, los jóvenes estarán obligados a leer y aprender de una hoja diaria del tema a su elección, esto es, a final de los doce años terminarán leyendo un libro por semana lo que significa que a partir de esta plataforma leerán 52 libros al año; CIVISMO, para conocer y reconocer a la autoridad, el respeto total a las leyes, educación cívica, el valor social, la tolerancia, la ética, respeto a las normas de convivencia, auxilio a los demás, protección a la ecología y al medio ambiente, además de fortalecer los valores patrios; COMPUTACIÓN, programas básicos, internet, redes sociales y negocios “on line”; e IDIOMAS, aprender cinco idiomas diferentes que no significa manejar el lenguaje, sino la cultura y la religión de la japonesa, la latina, la inglesa, la alemana, la china y la árabe, incluyendo intercambio a otros países para comprender mejor al mundo. En pocas palabras al término de doce años y con una edad promedio de 18 años, los jóvenes hablarán cinco idiomas, conocerán cinco culturas a la perfección, cinco alfabetos diferentes, serán expertos en uso de la tecnología/computadoras y celulares como herramientas de trabajo no de entretenimiento, lectura de 52 libros al año, respetuosos de la ley y la ecología y ser grandes formadores de convivencia.

Estos jóvenes ya no competirán, dominarán al mundo en sus diferentes variantes. La inversión es la misma sólo que la planeación es distinta, innovadora y extrema. Son sólo doce años, no más. Luego podrán determinar a su elección alguna profesión adicional, únicamente como factor complementario. Será una especialización buscando la excelencia. No piensan en escuelas masivas ni gratuitas eso ya los superaron, apuestan al coeficiente intelectual, al talento.

Quienes no presenten estas características recibirán adiestramiento en oficios súper necesarios en una comunidad, electricistas, plomeros, urbanistas, jardineros, albañiles, choferes. Pero tendrán el mismo valor social que todos porque entienden que cada uno opera sus capacidades en beneficio de todos. El gobierno japonés no contratará a políticos coyunturales ni pagará facturas de poder.

Todo esto se basa en la solicitud de aportación de sabios y expertos. Así las grandes diferencias, no se andan luciendo con aquello de que los niños pueden ir de falda a las escuelas o el “bulling”. Esos y otros planteamientos populistas los tienen superados. Es la educación el eje motor de su futuro, no la demagogia y el engaño masivo.

Conductor del programa Va En Serio MexiquenseTV canal 34.2