Les está calando hondo el desprestigio a magistradas y magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Parece haberles llegado a la “conciencia” los señalamientos hechos, incluso por la opinión pública internacional, sobre sentencias benéficas al proselitismo del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Por cierto, un mandatario que tiene el don de cuestionar ampliamente vicios del pasado como los fraudes y delitos electorales cuando al mismo tiempo prácticamente cae en la misma tentación; pero en él son “actos democráticos”.
En fin, la semana pasada la Sala Superior, por mayoría de votos, revocó el acuerdo del Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE) por el que emitió los lineamientos para las conferencias matutinas del presidente López Obrador, al considerar parcialmente fundados los argumentos hechos llegar por la representación jurídica de éste.
O sea, dio la razón al Ejecutivo.
Dicha Sala “determinó que, contrario a lo considerado por el Consejo General la emisión del acuerdo no implicó la emisión de medidas cautelares de tipo inhibitorio sino la imposición de medidas de no repetición, ante la supuesta posibilidad de que ocurra un acto lesivo futuro de carácter ilícito.”
Y “la naturaleza de la medida de no repetición requiere un estudio de fondo que corresponde a la autoridad jurisdiccional, y no a la etapa de la medida cautelar.” Además, “el Instituto partió de la posibilidad de que el presidente repitiera un hecho similar, sin embargo, derivado de denuncias previas, nunca se ha determinado que esas conductas tengan un carácter ilícito.”
Cierto. No obstante, en el ánimo ciudadano permeó la imagen de un Tribunal entregado al mandatario nacional; influyen en ello otros casos en los cuales magistrados y magistradas han bailado al son del tronido de dedos de quién despacha en Palacio Nacional.
Con sus honrosísimas excepciones. Porque se escapan el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón y la magistrada Janine Otálora Malassis, quien, por cierto, renunció al cargo de presidenta de la Sala Superior poco después de que AMLO asumió la Presidencia de México, cuando el polémico caso sobre la elección de la gubernatura de Puebla.
Las críticas han estado durísimas desde la semana pasada por el revés al acuerdo del INE sobre los lineamientos para las “mañaneras”, tanto que el magistrado presidente José Luis Vargas Valdez aclaró que “hasta el momento no se han resuelto en definitiva los asuntos de fondo de las conferencias matutinas para el actual proceso electoral.”
Salió a lavarse las manos como Poncio Pilatos.
Hizo la aclaración en entrevistas radiofónicas y el TEPJF la boletinó intentando limpiar la imagen del órgano jurisdiccional. Pero como reza la vox populi: “Palo dado ni Dios lo quita”.
No obstante, se explica que al menos existen entre seis y siete recursos que aún siguen abiertos y que prevén resolver en las próximas semanas, y que en la sesión del miércoles pasado “solamente se revocaron los lineamientos” emitidos por el INE el 15 de enero.
“Es un tema de fondo que se tendrá que analizar con absoluto rigor, con total apego al marco legal aplicable y eso es lo que se hará en las próximas semanas, en una sola resolución, para poder generar un dictamen final sobre lo que tendrá que ser el alcance de las mañaneras”, informó el magistrado presidente.
O sea, ¿hay esperanzas de que la Sala Superior restrinja las mañaneras?
Pues debería, y debe de darse antes del inicio de las campañas electorales; la Constitución Política es clarísima al establecer los siguiente:
“Durante el tiempo que comprendan las campañas electorales federales y locales y hasta la conclusión de la respectiva jornada comicial, deberá suspenderse la difusión en los medios de comunicación social de toda propaganda gubernamental, tanto de los poderes federales, como de las entidades federativas, así como de los Municipios, de las demarcaciones territoriales de la Ciudad de México y cualquier otro ente público. Las únicas excepciones a lo anterior serán las campañas de información de las autoridades electorales, las relativas a servicios educativos y de salud, o las necesarias para la protección civil en casos de emergencia.”
Si Vargas Valdez quiere evitar estragos en su imagen de juez electoral, pues necesita limpiar su imagen con hechos, no con declaraciones de prensa, ni con invitaciones a los medios de comunicación a evitar decir que los magistrados de la Sala Superior violaron la Constitución.
Todo es cuestión de interpretación.
A VER QUÉ DICE AMLO
Si ocurre el milagro de que el pleno de la Sala Superior del TEPJF restrinja las “mañaneras” por lo menos durante el periodo de campañas electorales, a ver qué dice el presidente Andrés Manuel López Obrador.
A ver si sostiene sus mismas palabras de la semana pasada cuando se congratuló del revés a los lineamientos del INE, diciendo:
“Celebro que el Tribunal Electoral haya tomado esa resolución de que no se limite, no se censure esta conferencia mañanera… actuaron bien…. Hay diferencias de tiempo atrás, porque al estar en la oposición padecimos de la falta de imparcialidad del INE y algunos consejeros hasta la fecha. Entonces, celebro que las instituciones vayan actuando con libertad, con independencia…”
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