Luego de las elecciones los tres presidentes del PRD, Jesús Zambrano; del PAN, Marko Cortes Mendoza; y del PRI, Alejandro Moreno, denunciaron abiertamente la intervención del crimen organizado el proceso de votación. Argumentaron que fueron “levantadas” más de mil personas en diferentes puntos, que se arrojaron cabezas humanas en casillas y que se registró robo de urnas.
Sin embargo AMLO señaló que los criminales “se habían portado bien”. Frente a evidentes conductas y videos del propio presidente en respaldo, promoción o protección de bandas delincuenciales la comunidad nacional y internacional se muestra preocupada.
Lejos de aplicar la ley, el mandatario deja la responsabilidad de gobernar al pueblo a través de consultas públicas únicamente en algunos casos que le conviene, en otros toma decisiones en su beneficio. No es la primera ocasión que amlo reta a sus adversarios a probar sus señalamientos sobre los esquemas de ausencia de autoridad.
El propio Diego Fernández de Cevallos ha sido, como siempre, enérgico y duro con sus desafíos. Reto al presidente a recibirlo en la “mañanera” y a debatir, el tabasqueño no respondió a la altura de sus acusaciones.
Lopez Obrador dijo la semana pasada que el gobernador de Michoacán debía presentar evidencias de las acusaciones que hizo sobre las elecciones “pues que pruebe si tiene elementos” señaló el mandatario.
El gobernador Silvano Aureoles reaccionó y se presentó a las puertas de Palacio Nacional este martes para presentarle pruebas y evidencias al presidente de que el narcotráfico supuestamente ayudó a Morena en las elecciones en Michoacán. “Todos sabemos que compartir esta información abiertamente pondría en riesgo la vida de las personas y eso es algo que usted no permitiría en ninguna circunstancia.
Sé que el presidente es un humanista y entiende lo que digo”, difundió Aureoles en su cuenta de Twitter mostrando una fotografía de él mismo portando varios documentos. En respuesta amlo avisó que no atendería al mandatario estatal debido a que su acusación se trata sólo de un tema electoral.
“No puedo yo estar aquí recibiendo a personas, a autoridades, para atender cuestiones electorales, o acusaciones de tinte político electoral, no me corresponde eso, hay que respetar la investidura presidencial”, puntualizó en la mañanera desviando el tema. Conocemos que Aureoles en un personaje explosivo, impulsivo.
Ejerce su dominio y poder a su estilo. Lo califican de autoritario, pero debemos reconocer que esta hazaña última de aparentemente presentar pruebas de la liga de Morena con el narcotràfico es por lo menos temeraria.
Es muy posible que esté poniendo en riesgo su integridad, sin duda. Pero en este caso (Michoacan) como en Ayotzinapa (Guerrero) habremos de considerar que el disparo le puede salir por la culata al gobierno federal. Los involucrados en ilícitos graves bien pueden estar ligados al círculo cercano a AMLO y no es la primera ocasión que esto ocurre.
En cierto sentido la imagen moral del gobierno, la estampa pulcra de amlo y la formación y comportamiento de Morena, lidereado por Mario Delgado (cómplice político de Ebrard) están en riesgo y este promovido justamente por el presidente. Recordemos que la elección a gobernador en Michoacán fue ganada por Alfredo Ramírez Bedolla, candidato de la alianza entre Morena y el Partido del Trabajo. Ahora hay que saber si Aureoles está sólo, con qué pruebas cuenta y que harán los partidos antagónicos a Morena en estos días.
Michoacan ha sido una una tierra fecunda para actos fuera de la ley, grupos paramilitares, autodefensas, narcotràfico, mercado negro del aguacate, cobró de derecho de piso, asaltos a casetas de peaje, secuestros, la reunión del hijo de Fausto Vallejo (exgobernador) con “la Tuta” para negociar puestos en el gobierno, en fin algo que no está lejano a lo que ocurre en otras entidades como por ejemplo en Guerrero, Tamaulipas o Sonora.
AMLO ha sostenido en las últimas horas que todo está en paz y hay gobernabilidad. Defiende con todo el ejercicio de, poder y de su investidura a Claudia Sheinbaum para que no se desplome como el Metro, acostumbra a levantarle la diestra al grito de “no estas sola Claudia”.
Cubre las pifias de Ebrard y los actos presuntamente fuera de la ley de Bartlett, Romero Deschamps, Durazo e incluso de Gómez Urrutia.
Pero eso es muy distinto a dejar la persecución creciente de un narcoestado y asusta pensar en que luego de las libres acusaciones a todos y por todo en las mañaneras, cuando se enfrenta a la realidad se esconde. Aureoles advierte que con las puertas cerradas de Palacio Nacional acudirá, si es necesario a instancias internacionales.
Qué gana o qué pierde Silviano, pues ante cualquier amenaza o persecución solicitar asilo político, así nada más.
Conductor del programa VaEnSerio MexiquenseTV canal 34.2