AMLO y la oposición, cada quien en lo mismo

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Bien dice un conocido refrán que “cada loco con su tema”, algo que se aplica muy bien a dos de los más importantes actores políticos del país, pues tanto el presidente como los partidos de oposición andan en todo menos en los temas que se necesita abordar para encontrar soluciones a los principales problemas que tenemos en el país, ¿o acaso el lector los ha visto reunirse para hablar de desempleo o la inflación?

 

Cada quien con su agenda

Con todos los problemas que tenemos como país, se esperaría que los principales actores políticos buscarán y presentarán propuestas de solución o, al menos, que el debate girará en torno a las alternativas para resolver estas cuestiones, pero no, lo que tenemos es a una clase política buscando la popularidad y aparecer en la boleta en las siguientes elecciones, aún recurriendo a ridículos como son los casos de quienes, sin conocimiento de los hechos, opinan de todo con tal de aparecer en medios.

Son numerosos los episodios en donde secretarios de Estados o legisladores exhiben su poca preparación con declaraciones en las que queda de manifiesto su ignorancia, como aquella senadora que declaró que alguien había movido las ballenas de la vía que cayó en el caso de la Línea 12, que ya no nos sorprende leer o escuchar de estos casos.

Pero si esto es preocupante en legisladores o funcionarios públicos, lo es más en el caso del presidente de México, quien dedicó mucho de su tiempo en asuntos que carecen de importancia.

Viendo algunos ejemplos, tenemos que el presidente ha dedicado varias de sus conferencias mañaneras a enlistar a los columnistas y articulistas que lo han criticado en sus textos, pero ha dedicado poco tiempo a revisar la pérdida de empleo y el crecimiento del sector informal en el país.

En varias de sus mañaneras, ha presentado a Benito Bodoque, como un homenaje al actor de doblaje Jorge Arvizu, así como ha pedido que se reproduzca una canción de Marco Antonio Muñiz, pero no ha abordado el tema de los efectos de la clausura de los fideicomisos que apoyaban labores culturales, ni presentado las pruebas de la corrupción que determinó tal decisión.

En algunas de sus mañaneras, ha mostrado mensajes difundidos en la red social Twitter en los que se le critica o, según él, insulta, incluso afirmando erróneamente que se trata de periodistas o académicos, pero no ha dicho prácticamente nada de los despidos que provocó con su política de austeridad en el sector público.

En las conferencias desde Palacio Nacional, ha presentado su segundo libro, escrito en el presente sexenio, así como se ha referido a temas históricos, incluso citando equivocadamente los años de existencia de México, pero no ha reconocido que ya se rebasó, y por mucho, la cifra calificada como catastrófica por Hugo López Gattel de 60 mil muertos por la Covid-19, cuando según cifras oficiales rebasamos los 250 mil fallecimientos, un cuarto de millón, durante la pandemia.

En varias de sus mañaneras, ha criticado a diversos grupos sociales por protestar, como fue el caso de las feministas, dando largos discursos acerca de porqué, desde su óptica personal, están mal -desde que están infiltradas hasta el aspiracionismo-, pero no ha dicho mucho del aumento de feminicidios o del aumento de la violencia familiarq en años recientes.

También ha dedicado mucho tiempo a las disculpas exigidas a España y al Vaticano, al reemplazo de la OEA por estar al servicio de Estados Unidos, pero poco tiempo a reconocer los excesos del Instituto de Migración y de la Guardia Nacional en contra de migrantes centroamericanos.

Pero del otro lado tenemos a una oposición -y a muchos usuarios de redes sociales que se dicen opositores-, que no hacen más que contestar a las palabras que se expresan en las mañaneras, o a debatir acerca de la última frase presidencial.

La agenda de la oposición sólo está integrada por un único tema, que es servir de caja de resonancia de todo lo que salga de la boca de López Obrador, presentándose como sus interlocutores, incluso en redes sociales y omitiendo los demás temas que hay en el país.

Si el presidente tiene sus mañaneras, la oposición ya presentó sus “contramañaneras”, si el presidente critica a alguien en su conferencia de prensa por la mañana, en la tarde la oposición lo defenderá; si dice que esto va bien, responderán que no, que está mal, y si dice que está mal, ellos responderán que no puede ser, que está bien y así.

Parece que lo más importante para la oposición es responder al presidente, entrar en su dinámica y ser sus cómplices en ese juego de simulación y propaganda que tiene y que le permite mantener su popularidad de cara a las siguientes elecciones, que es lo único que le importa.

Pero lo que no tenemos son propuestas, alternativas a lo que hace el gobierno, poco análisis de los efectos de las decisiones tomadas y poca diferencia entre lo que se piensa en Morena y el resto de los partidos.

Y es que no hay que perder de vista que la clase política, así en singular, es una misma que proviene de la misma fuente y es difícil pedirle peras a este olmo político.

@AReyesVigueras