Al reponerse la elección de presidente del Tribunal Electoral, se reconoce que había violaciones en la nominación del magistrado Reyes Rodríguez Mondragón como titular de ese organismo que podría haber derivado en impugnaciones a sus resoluciones por carecer de la debida legalidad y legitimidad.
A eso se refería justamente el líder del Senado, Ricardo Monreal quien pedía a la Suprema Corte admitir el recurso de impugnación presentado por el anterior presidente del TFPJF, magistrado José Luis Vargas, a fin de que la SCJN pudiera recomendar la reposición del procedimiento.
Ayer, al renunciar apenas a días de haber sido electo presidente, el magistrado Rodríguez Mondragón reabre el proceso de elección interna y reencauza al Tribunal a la necesaria legalidad, legitimidad y confiabilidad del organismo.
Así, mediante una carta a la opinión pública, Rodríguez Mondragón reconoció que su elección se realizó en ausencia de los magistrados Mónica Soto y de el propio José Luis Vargas, a quien debía sustituir.
Ello invalidó su elección.
“… lo cual no es sino una muestra más de que el tribunal electoral pasa por una situación en la que es necesaria la reconciliación. Me toca incidir en la reconciliación y la concordia interna. Para ello, voy a dar un paso a un lado para que el tribunal camine hacia adelante. Declinaré presidir este tribunal constitucional para que, en un proceso claro y transparente, entre todos y todas las integrantes de este órgano, podamos elegir a quien lo presida”, indicó.
Y reconoció además que la crisis que vive hoy el TEPJF es el resultado de una cadena de acontecimientos que han puesto a prueba la independencia e imparcialidad de este tribunal.
Comentó que cuando en el debate entre jueces y juezas existe la menor sospecha de que existen injerencias de intereses externos, ese diálogo entre juzgadores para la construcción de mayorías y consensos se vuelve casi imposible.
“Hago un llamado para que trabajemos de la mano por fortalecer esta institución. Es la hora de la independencia judicial, es la hora de ser árbitros creíbles para todos, es la hora de reconciliarnos a través del derecho y la impartición de justicia”, subrayó.
COMO EL LA CALDERA DEL DIABLO
Eso indica que son tantos los fondos extraconstitucionales que se entreveran en el conflicto del Tribunal Electoral, que lo que ocurre ahí parece más que una verdadera y grave crisis constitucional, un guion de telenovela que más bien debería ser abordado por Netflix.
El caso es que los enredados, querellas, odios, venganzas, traiciones, conjuras y verdaderas peleas de vecindad entre los 7 magistrados que integran ese Tribunal convierten aquello en una arena de pasiones y no de resoluciones jurídicas.
Fuera de lo anecdótico, sin un procedimiento previsto, reglamentado en lo administrativo, la deposición y sustitución del presidente de la institución, generó una crisis política profunda de alcances no solo constitucionales sino de Estado.
Pocos midieron su alcance. Uno de ellos fue el líder indiscutible del Senado y aspirante presidencial Ricardo Monreal. Otro, el ministro Arturo Zaldívar presidente de la Suprema Corte.
Seguro que ambos estuvieron detrás de esta solución presentada por el magistrado Reyes Rodríguez Mondragón.
Ya lo sabremos.
De ello dependía la calificación final de cientos o miles de impugnaciones de la elección reciente del 6 de junio pasado en cuanto a diputaciones federales, alcaldías y gubernaturas.
Y la calificación de las elecciones a gobernador en 2022, 2023 y el proceso de la sucesión presidencial y elecciones federales de 2024
Nada más que eso. Hoy el conflicto va en vías de solución a largo plazo. Ya lo veremos.
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