Continúan las acusaciones de una nación a otra sobre el origen del COVID y si se trata o no de un fallido control en investigaciones de ingeniería genética. Peor resulta cuando algunos aventuran a concluir que se trata de una estrategia macabra de genocidio para exterminar a por los menos dos mil millones de seres humanos y equilibrar la balanza demo grafica en el planeta.
Como sea ahora resulta que las autoridades de África occidental confirmaron el primer caso conocido de un virus conocido como Marburgo, al morir una persona de fiebre hemorrágica en Guinea, confirmó la Organización Mundial de la Salud. Hoy tratan de rastrear a todos los que pudieron haber estado en contacto con el paciente.El caso fue reportado en la misma zona de Guinea en la que empezó una epidemia de ébola que mató a 11 mil 325 personas entre entre 2014 y 2016. A principios de este año, un brote mucho más pequeño de ébola también azotó la misma región cerca de las fronteras de Guinea con Sierra Leona y Liberia, con un saldo de 12 decesos.
El virus de Marburgo pertenece a la misma familia del Ébola, y se han registrado brotes en otras partes de África, como Angola, el Congo, Kenia, Sudáfrica y Uganda. Aseguraron expertos de la OMS que “el potencial del virus de Marburgo para propagarse a lo largo y ancho significa que tenemos que detenerlo en seco”, así se expresó el doctor Matshidiso Moeti, el director regional de la OMS para África. Investigadores confirman que los brotes del virus de Marburgo inician cuando un animal infectado (puede tratarse de un mono o un murciélago de fruta), transmite la enfermedad a un humano. Posteriormente, el virus se propaga de persona a persona mediante el contacto con fluidos corporales. Los síntomas de la enfermedad incluyen fiebre y dolores musculares, y algunos pacientes llegan a sufrir hemorragias a través de cavidades como los ojos y las orejas. No hay ningún medicamento aprobado para tratar al virus, pero la rehidratación y otros tratamientos pueden mejorar las posibilidades de supervivencia del paciente.
Las tasas de mortalidad han alcanzado un 88 por ciento en brotes anteriores. Los síntomas de la enfermedad presentan fiebre además de dolores musculares, hemorragias a través de cavidades como los ojos y las orejas. No hay ningún medicamento aprobado y probado para atacar al virus, pero la rehidratación y otros tratamientos pueden mejorar las posibilidades de supervivencia del paciente.
Las nuevas cepas y variantes del COVID tienen en permanente alerta a los gobiernos del mundo. Gran Bretaña ha cerrado sus fronteras. China extrema sus protocolos sanitarios. En México se vuelve al semáforo rojo y al cierra poco a poco de zonas turísticas.
Esta multiplicación de contagios y fallecimientos se conoce como la tercera ola y muchos esperan en semanas las consecuencias de haber llevado a cabo los Juegos Olímpicos de verano en Tokio. Por vez primera en la historia la humanidad se enfrenta a una serie de virus que está mermando a la población, a la economía y a la estabilidad social.
Conductor del programa VaEnSerio MexiquenseTV canal 34.2